AL DOCTOR HELIO CAMPOS GIRAL, IN
MEMÓRIAM
Pedro Raúl Solórzano Peraza
Abril de 2017
Helio Campos Giral,
después de sobrepasar los 93 años de edad, de los cuales más de setenta fueron
dedicados a andar por el país llevando su sapiencia en las Ciencias Agronómicas
para apoyar y mejorar la agricultura nacional, ahora anda en otra dimensión,
desde donde nos alienta a seguir insistiendo en esta noble actividad de
producir alimentos. En lo personal tengo una profunda admiración y un especial
agradecimiento hacia este venezolano ejemplar, quien fuera mi profesor en las
aulas universitarias y luego en la vida profesional, ya que tuve la suerte de
trabajar a su lado en la empresa Protinal, C.A. por más de trece años, durante
los cuales siempre compartió con su grupo de trabajo su vasta experiencia y
múltiples conocimientos.
Egresó como Doctor en
Agronomía mención Summa Cum Laude de la Facultad de Agronomía de la Universidad
Central de Venezuela y obtuvo dos posgrados en los Estados Unidos de América, uno
en producción animal en California y otro en producción vegetal en Louisiana,
en esta última, además, honrado al ser electo miembro de la Honor Society of
Phi Kappa Phi como estudiante de posgrado destacado por su excelente
rendimiento académico. Con todo ese bagaje intelectual y luego dedicado al
ejercicio de la agronomía durante tantos años, logró acumular un amplio
conocimiento científico, tecnológico y práctico de nuestra agricultura, con lo
cual pudo contribuir significativamente en su desarrollo.
Un ejemplo de esa
contribución, que retrata la capacidad del Doctor Helio Campos, me viene con el
recuerdo de que en 1970 se iniciaron las siembras de sorgo granífero en las
cercanías de la población de Chaguaramas, estado Guárico. Éste era un pueblo
que se encontraba casi en el abandono, donde cada día aumentaba el número de
casas muertas como las descritas por Miguel Otero Silva en referencia a la
población de Ortíz, y donde cada día disminuía el número de pobladores que iban
huyendo hacia otros lares más prometedores. Se había convertido solamente en
una encrucijada de caminos, donde paraban algunos viajeros a refrescarse con
una bebida fría o a saciar el hambre en un par de sitios que existían para
comer, mientras descansaban un rato para retomar sus rutas hacia Valle de La
Pascua, El Socorro o Santa María de Ipire en la ruta del oriente; o hacia el Km
133; o hacia Altagracia de Orituco, Lezama y otros poblados en la vía del
norte; o hacia Las Mercedes del Llano en la vía del sur buscando al imponente
Orinoco; o hacia Maracay y el resto del centro del país en la vìa del oeste.
A mediados de ese año
1970, luego de deforestar y acondicionar varios cientos de hectáreas en una
finca que adquirió Protinal, C.A. por intermedio de Don Eugenio Mendoza
Goiticoa, comenzaron las siembras de
sorgo, y el pueblo identificaba aquel emprendimiento como “La Mendoza”. Luego,
sobre el portón de la entrada principal de aquella hacienda se colocó un gran
letrero que decía: Agrícola Chaguaramas, C.A., que fue la empresa encargada por
muchos años de sembrar y promover la siembra de este cereal no solo en Guárico
si no en toda Venezuela, lo que sirvió para que en adelante el pueblo identificara
a la empresa como “La Agrícola”. Toda la estrategia, las prácticas de manejo
del cultivo, la organización empresarial necesaria para atender una siembra que
llegó a superar las 3.000 hectáreas en esa sola unidad de producción, la
investigación para mejorar cada día la productividad y el manejo de los
recursos naturales, y otras actividades, tenían el sello del Doctor Helio
Campos Giral.
Algunos lotes
sembrados lindaban con la carretera nacional que une a El Sombrero con Chaguaramas,
lo que cambió el paisaje cuando de aquellas llanuras onduladas y agrestes ahora
surgía el verdor de las hojas del sorgo y sus preciosas panículas, rojizas
algunas y amarillentas otras. Aquella riqueza también cambió el futuro de aquel
pueblo guariqueño, porque dejó de ser solo una encrucijada de caminos, para ser
un destino de personas que de alguna manera participaban en la producción y
comercialización del sorgo.
Así como Campos Giral
tuvo esa destacada participación en lo que pudiéramos llamar la verdadera
primera ruta del sorgo granífero, también la tuvo en lo que se puede considerar
la primera ruta de la soya en Venezuela, cuando desde mediados de los años
sesenta comenzó a evaluar cientos de cultivares de esta leguminosa provenientes
de diversas partes del mundo, para seleccionar apenas a la variedad Improved
Pelican, originaria de USA, ya que todas las demás eran fuertemente afectadas
en su desarrollo por el fotoperiodo tropical de días cortos, cuando aún no
existían los materiales actuales adaptados a bajas latitudes. Esa variedad se
utilizó en muchos programas comerciales de soya que se continuaron por varias
décadas, y sentaron las bases para el conocimiento y desarrollo de tecnologías
para la producción de esta maravillosa planta en los sistemas suelo-clima del
país.
La pasión del Doctor
Campos Giral por la agronomía fue tal, que fue de los pocos profesionales del
agro a quien he escuchado recitando algunos de esos magistrales versos de Don Andrés
Bello…..
¡Salve, fecunda zona
que al sol enamorado
circunscribes
el vago curso, y
cuanto ser se anima
en cada vario clima
acariciada de su luz
concibes!.....
….Abrigo den los
valles
a la sedienta caña;
la manzana y la pera
en la fresca montaña
el cielo olviden de
su madre España;
adorne la ladera
el cafetal; ampare
a la tierna teobroma
en la ribera
la sombra maternal de
su bucare;
aquí el vergel, allá
la huerta ría………
Allá está el Doctor
Helio Campos Giral, amparado por la bonhomía que lo caracterizó en su tránsito
terrenal, como al tierno cacao lo ampara la sombra maternal de su bucare.
Descanse en paz.
Pedro Raúl Solórzano
Peraza
Abril de 2017.
pedroraulsolorzano@yahoo.com
pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com
Lamentable pérdida para el país. Conocí al Dr. Campos Giral en 1968, siendo yo niño de once años, cuando mi padre sembró para PROTINAL sorgo y soya en la hacienda Mozanga (Los Guayos, estado Carabobo). Fueron siembras pioneras de estos rubros en el centro del país. La siembra de 50 hectáreas de soya en 1968 apareció en un informe de Protinal como la máxima superficie sembrada en Venezuela por un agricultor con fines de producción comercial. Recuerdo el gran profesionalismo con el que los doctores Santiago Fedón y Helio Campos Giral gerenciaban las actividades agrícolas de Protinal y el gran respeto y admiración que por ellos tenía mi padre... ¡Tiempos y hombres que no volverán!
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