sábado, 31 de marzo de 2018

¿Sabía usted? Los sistemas suelo-planta-clima y la agricultura


Recientemente, los agricultores venezolanos están prestando atención al concepto de sistema suelo-planta-clima-manejo, y su importancia en la agricultura. Sobre esa base, he decidido actualizar esta información que preparé hace un par de años, con la intención de colaborar en el conocimiento de estos sistemas, por parte de las personas que se encuentran en las regiones agrícolas luchando por producir alimentos para la población.

La agricultura venezolana atraviesa por una crisis sin precedentes, por lo que para intentar superar la carestía de los alimentos básicos necesarios para cubrir los requerimientos de la población, la producción agrícola tiene que ser recuperada. A pesar de todas las limitaciones actuales, en Venezuela hace mucho tiempo que dejamos la agricultura de subsistencia y tenemos una agricultura moderna, gracias entre otros, a los centros de investigación y a un buen número de agricultores de avanzada que han estado pendientes de los últimos adelantos para mejorar esta actividad. Por supuesto, estos años de indolencia e ignorancia por parte de los gobernantes, han deteriorado ese modelo que tenemos que actualizar de manera generalizada. Cualquier camino que se tome en ese sentido, cualquier modelo agrícola que se intente establecer para el país, tiene que basarse sobre el cabal conocimiento de los diferentes sistemas suelo-planta-clima de nuestras regiones agrícolas y cómo manejarlos adecuadamente para obtener la mayor productividad posible de dichos sistemas. Todo ese esfuerzo acompañado de políticas agrícolas que abarquen aspectos sociales, económicos y geopolíticos.

¿Qué es un sistema suelo-planta-clima? Es una aproximación donde concurren una serie de factores de suelo y de clima que pueden afectar el crecimiento de las plantas. El crecimiento de una planta no puede considerarse en una forma aislada, ya que el mismo va a depender tanto de sus características propias determinadas por su código genético, como de los factores externos de suelo y clima predominantes en un momento y un lugar determinados. Se debe considerar entonces el crecimiento como una resultante de las interacciones que ocurren dentro del sistema suelo-planta-clima, donde concurre un cuarto factor que es el manejo que se le pueda brindar a esos factores, con el objeto de lograr las mejores condiciones para el desarrollo de las plantas.

La planta: en agricultura, nuestro fin primordial es lograr los mayores rendimientos y beneficios de un cultivo, lo cual va a depender de que las plantas se puedan desarrollar normalmente, y para lograrlo, es necesario conocer los factores que afectan su crecimiento. La planta es un producto de su constitución genética y el ambiente que la rodea, el patrón genético es fijo para una planta dada y determina su potencial para un máximo crecimiento en medio de un ambiente favorable. Por esto se puede decir que el crecimiento de la planta es una función de los factores ambientales o factores de  crecimiento externos, los cuales pueden ser considerados como variables, y cuya magnitud y combinación determinarán el crecimiento que pueda alcanzar dicha planta.

Por otro lado, los factores genéticos van a determinar la máxima capacidad de crecimiento de una planta y pueden ser modificados por medio del mejoramiento genético, para darle al vegetal una serie de características que le permitan tolerar mejor las condiciones ambientales.

En relación a la planta, como centro de estos sistemas, podemos decir que la agricultura venezolana utiliza, con excepción de las variedades transgénicas, los mejores cultivares del mundo que se adaptan mejor a nuestras condiciones. En maíz tenemos cultivares, en su mayoría híbridos, propios y foráneos, con las mayores capacidades de rendimiento en nuestros sistemas. En sorgo granífero hemos desarrollado cultivares tan excelentes que hasta han sido requeridos por países vecinos para su siembra. En arroz me he llevado la sorpresa de que la Fundación DANAC está desarrollando híbridos, lo cual implica una tecnología bastante complicada y novedosa para mejorar la productividad de este cultivo. En soya, los persistentes agricultores de Portuguesa están abriendo lo que han llamado la “Ruta de la Soya”, en unas condiciones que siempre se han considerado difíciles para este cultivo pero con variedades creadas en UCLA y en DANAC, además de unas variedades de Brasil y otros países, que se muestran promisorias para este proyecto. En hortalizas se emplean las mejores semillas y cultivares con un buen número de híbridos, lo mismo ocurre con algunos frutos como melón, patilla y lechosa. En forrajes se han estado sembrando un gran número de cultivares, híbridos y variedades, cada uno ubicado en condiciones muy particulares por su adaptabilidad. Así como estos casos, podemos encontrar otros ejemplos del modernismo de nuestra agricultura en lo que se refiere a la planta como centro de los sistemas suelo-planta-clima.

Estamos a la expectativa de que ocurra un cambio en la legislación que impide a los agricultores venezolanos utilizar semillas de cultivares transgénicos, para comenzar a evaluarlos, producirlos y utilizarlos en nuestras siembras.

Las plantas, además, necesitan ser protegidas de la competencia o daño por malezas, insectos plaga y enfermedades, para lo cual en nuestra agricultura se utilizan todo tipo de biocidas, de última generación, complementado con un desarrollo nacional de productos biológicos basados principalmente en el uso de insectos que parasitan otros insectos y hongos que parasitan insectos y pueden también controlar otros hongos.

El clima: en el componente clima se incluyen algunos factores que van a determinar el entorno donde se desarrolla la planta, exceptuando el suelo. Los más importantes para la agricultura son temperatura, lluvias y luz o radiación, los cuales no son totalmente controlables para la producción agrícola, pero se pueden manejar con algunas acciones directas o indirectas para tratar de adaptarlos a los requerimientos de las plantas cultivadas.

En nuestras condiciones tropicales, aparentemente no existen limitaciones de temperatura para el crecimiento de las plantas, ya que sus rangos de variación están entre límites normales. Para aquellas especies que requieren bajas temperaturas para la inducción de la floración y la consecuente fructificación, se busca ubicarlas en zonas donde por razones de altitud se logran esas condiciones. Es el caso de importantes centros de producción de flores, fresas, duraznos, algunas hortalizas, etc., ubicados en la Región Andina y sectores montañosos de las Regiones Central y Centro Occidental. En este caso, se está manejando el factor temperatura con la ubicación de los cultivos en el paisaje.

La mayor parte de la producción agrícola del país proviene de la agricultura de secano, que es la que depende de la cantidad y distribución de las lluvias en cada ciclo anual. En este tipo de agricultura, pueden ocurrir irregularidades en la suplencia de agua a las plantas por exceso o insuficiencia de las lluvias; por mala distribución de las mismas en el tiempo; o porque los suelos tengan una baja capacidad de almacenamiento de agua y lleguen fácilmente a niveles de marchitez permanente, o sean muy pesados con mal drenaje y se aguachinen en períodos cortos de tiempo.  

El mejor aprovechamiento de los ciclos de lluvia en la agricultura de secano, se logra con adecuadas fechas de siembra y poblaciones de plantas, según la humedad edáfica disponible durante el ciclo de vida. Cuando hay excesos se construyen drenajes para avenar convenientemente los campos y cuando hay defectos se busca mejorar  la infiltración del agua en el suelo.

La agricultura bajo riego proporciona una gran seguridad para el éxito de la producción de los cultivos. En Venezuela disponemos de sistemas de riego para cientos de miles de hectáreas que se utilizan principalmente en arroz y caña de azúcar. Muchos de nuestros productores de arroz utilizan modernos sistemas de nivelación, con rayos laser, para lograr sembrar con pendientes mínimas y el mínimo gasto de agua posible, lo cual permite incrementar las áreas de siembra con la misma disponibilidad de agua. También existen desarrollos de riego recientes, en su mayoría por particulares y especialmente para la producción de hortalizas, que se han orientado hacia el uso del concepto de riego localizado, con la aplicación simultánea de la fertirrigación, que es uno de los métodos de aplicación de fertilizantes más modernos y eficientes que existen en la actualidad.

La luz es un factor muy importante ya que es determinante para que ocurra la fotosíntesis, y por consiguiente, para el crecimiento de las plantas. En la producción de cultivos es importante lograr poblaciones de plantas adecuadas en cada uno de ellos, para obtener una eficiente intercepción y utilización de la luz por las plantas. Cuando las poblaciones son muy bajas, una buena proporción de la energía radiante incidente no puede ser interceptada por las hojas y se pierde; por otro lado, existe un punto por encima del cual un incremento en la población de plantas de un cultivo no produce mayores rendimientos, entre otras cosas, porque ocurre una fuerte competencia entre las plantas por agua, luz y nutrientes.

Hay un aspecto asociado a la suplencia de luz de gran importancia en agricultura, el cual se refiere a la duración diaria del período de claridad u oscuridad, o lo que se ha denominado longitud del día o de la noche. El comportamiento de la planta en relación a la longitud del día es llamado fotoperíodo, y en nuestras condiciones, aun cuando a lo largo del año la diferencia entre el día más largo y el más corto es aproximadamente una hora, tiene gran trascendencia en el comportamiento de muchas especies, particularmente en lo que se refiere a la inducción de la floración. Por eso es un factor que se toma en consideración para establecer las fechas de siembra de los cultivos.

El suelo: es un cuerpo natural donde se arraigan las plantas, y entre otras cosas,  es fuente de los nutrientes que éstas necesitan para su normal desarrollo. El suelo tiene características que se agrupan en físicas, químicas, físico-químicas y biológicas, las cuales en una u otra forma afectan el crecimiento de las plantas.

Las características físicas textura, estructura y porosidad del suelo son determinantes en el almacenamiento de agua y nutrientes, movilidad de iones en la fase líquida, y principalmente, en las pérdidas de nutrientes (contenidos en el suelo o adicionados con los fertilizantes) por los procesos de lixiviación o de arrastre por acción de la erosión.

Las características químicas están relacionadas con la naturaleza de los minerales y la disponibilidad de nutrientes del suelo, tanto en forma intercambiable como en solución. El instrumento de diagnóstico más utilizado con la finalidad de conocer estas características y por ende, el estado nutritivo del suelo, es el análisis químico de suelos lo cual se realiza en laboratorios especializados.

Las características físico-químicas se refieren principalmente a la capacidad de intercambio catiónico (CIC) y al pH del suelo. La CIC refleja la capacidad del suelo para retener cationes y se relacionan con ella la CIC efectiva, CIC a pH 7,0, saturación con aluminio, saturación con bases, acidez potencial.

Con el conocimiento o la consideración del sistema suelo-planta-clima, se pueden establecer las prácticas de manejo más recomendables para mantener condiciones edáficas favorables para cada cultivo, fijar las fechas de siembra y las poblaciones más adecuadas en cada sistema para lograr un mejor aprovechamiento de las condiciones climáticas, y seleccionar los mejores cultivares para cada región en particular.

En conclusión, la agricultura venezolana necesita el apoyo de políticas adecuadas para su recuperación y crecimiento tanto vertical como horizontal. Sabemos de la complejidad  de la agricultura, los riesgos que existen en la actividad, y hemos visto que solo se logra producir alimentos, fibras y otros bienes provenientes del mundo vegetal, conociendo los factores de producción y manejándolos en el campo. No se produce alimentos diagnosticando las calorías necesarias por las personas ya que eso es asunto de los nutricionistas, ni se produce alimentos asignando recursos monetarios que luego son mal invertidos o no se invierten en el sector. Solo se produce alimentos trabajando en el campo con dedicación, con apoyo financiero suficiente y oportuno, y con apoyo científico y tecnológico.



sábado, 24 de marzo de 2018

¿Sabía usted? Investigación para la producción agrícola



Lo que aquí he denominado Investigación para la Producción Agrícola, tiene que ser realizada principalmente por las universidades nacionales, las cuales, en contacto con nuestra realidad, son receptoras de las necesidades que pueda tener nuestra sociedad productiva y según acuerdos, desarrollar las líneas de investigación que permitan obtener resultados para satisfacer esas necesidades. Así, la investigación para la producción agrícola, realizada en nuestras universidades y en centros de investigación como INIA, IVIC y otros, además  de cubrir las curiosidades propias de los investigadores, debe orientarse hacia la búsqueda de soluciones para el mejoramiento de la productividad en el campo venezolano, en general, a solicitud de los mismos productores según sus propias necesidades.

Además de las solicitudes de los agricultores y a manera de orientación, algunas áreas para la investigación agrícola pueden ser las siguientes:

-Mejoramiento genético de especies cultivadas y desarrollo de las tecnologías para la producción comercial de semillas certificadas: ésta es una de las áreas mundialmente más importante en lo que se refiere a investigación agrícola y donde se aplica mucha biotecnología. Diariamente están colocándose en el mercado mundial nuevos cultivares de diferentes especies, de los cuales, aquellos que puedan tener interés para nuestra agricultura, deben ser evaluados en las diferentes regiones agrícolas del país con potencial para la producción de ese cultivo. Además, los centros de investigación agrícola del país con programas de mejoramiento genético, deben trabajar arduamente para obtener nuevos cultivares adaptados a determinadas condiciones existentes en nuestros agrosistemas, con mayores potenciales de rendimiento o para superar alguna situación estresante que afecte el crecimiento y desarrollo de las plantas.

En el país existen programas de mejoramiento genético en instituciones oficiales como el INIA, en las facultades de agronomía de las diversas universidades y en algunas empresas o dependencias privadas. Un ejemplo de la actividad privada es la Fundación DANAC, donde han descollado con sus programas de mejoramiento genético en cereales y soya, de los cuales se han obtenido varios cultivares de mucho éxito en los programas comerciales que se han llevado a cabo con estos importantes cultivos. Mención especial merece esta fundación por sus trabajos recientes con híbridos de arroz.

-Desarrollo de biocidas (insecticidas, herbicidas, fungicidas) de origen biológico y de la tecnología para su producción y uso comercial: las voces de alerta en relación a la contaminación del ambiente han propiciado que, al menos en la actividad agrícola, se mantenga una búsqueda constante de organismos capaces de controlar el desarrollo de otros organismos que puedan ser perjudiciales para las plantas cultivadas. En este sentido, se han encontrado insectos parasitoides de otros insectos, hongos capaces de parasitar y eliminar algunos insectos perjudiciales a los cultivos, hongos que controlan la vida de otros hongos patógenos, y otros.

En la actualidad, en el INIA, en las universidades y en algunas empresas privadas se desarrollan y producen comercialmente algunos de esos organismos. Estas organizaciones deben ser apoyadas en sus actividades.

-Evaluación y búsqueda de procesos y microorganismos útiles en la fertilización biológica y desarrollo de tecnologías para su producción y uso comercial: es necesario aclarar conceptos, ya que existe confusión en relación a lo que son fertilizantes orgánicos, biofertilizantes y fertilización biológica.

Este último término lo he tratado de utilizar en lo personal, porque me parece el más adecuado para tratar estos aspectos y deslindarlo del concepto de fertilizantes. Lo he definido de la siguiente manera: “Fertilización biológica es la utilización y mejoramiento de procesos  o fenómenos naturales donde intervienen seres vivos, capaces de servir como fuentes de nutrientes para las plantas cultivadas o que sirvan para mejorar la disponibilidad y aprovechamiento de esos nutrientes esenciales por parte de las plantas”.

Debido a criterios de protección ambiental y al incremento en los precios de los fertilizantes químicos, toma importancia la exploración de otras vías para suministrar nutrientes a las plantas, como el uso de fertilizantes orgánicos o biofertilizantes y aplicación de la fertilización biológica, de gran importancia en el suministro de los nutrientes nitrógeno (N) y fósforo (P) a las plantas.

El nitrógeno (N) en la naturaleza proviene del aire (contiene 78% de N) pero para ser utilizado por las plantas tiene que ser fijado al suelo. El N del aire llega al suelo por diversos mecanismos naturales, o se puede fijar artificialmente, tal como se realiza en la industria de fertilizantes para luego ser aplicados al suelo. Entre los mecanismos naturales, ocurre una fijación de N atmosférico al suelo por medio de organismos vivos, unos de vida libre como Azospirilum y otros que viven en simbiosis en las raíces de las plantas como las bacterias del género Rhizobium, la cual se conoce en su concepción amplia como fijación biológica de nitrógeno, aplicándose el término “fertilización nitrogenada biológica” a la promoción y mejoramiento de ese fenómeno natural para que sirva como fuente de nitrógeno a las plantas cultivadas. Todos estos procesos están bajo constante estudio para mejorarlos y buscar vías para utilizarlos en lo que hemos denominado fertilización nitrogenada biológica.

El fósforo (P) es otro nutriente que se debe aplicar al suelo en elevadas dosis de fertilizantes ya que parte de ese P se hace temporalmente no aprovechable para las plantas, al sufrir unos procesos que se conocen en conjunto como fijación de fosfatos en el suelo. La fertilización biológica, en el caso del fósforo, tiene dos vías fundamentales; una basada sobre el uso de microorganismos con capacidad de solubilizar fosfatos para ponerlos a disposición de las plantas; la otra, correspondiente al uso de micorrizas para infectar las raíces de las plantas y aumentar su capacidad exploratoria del suelo, de tal manera que puedan absorber mayores cantidades de P que es poco móvil en la solución del suelo.
 
Algunos microorganismos del suelo capaces de solubilizar fosfatos son hongos de los géneros Aspergillus y Penicillium y bacterias de los géneros Pseudomonas, Rhizobium y Bacillus. Las bacterias solubilizadoras de P (BSP) se utilizan para producir fertilizantes con P soluble como es el caso del biofertilizante conocido como PHS, producido por la fusión de roca fosfórica con azufre (S) elemental e inoculación con bacterias del género Thiobacillus, éstas oxidan el S generando un ambiente ácido para la solubilización de los fosfatos de la roca. En Venezuela hay un renovado interés por los biofertilizantes, y a nivel oficial, el INIA, tiene un proyecto específico para esto, que se denomina Proyecto de Innovación Tecnológica en Biofertilizantes para Agrosistemas Venezolanos Sustentables.

-Evaluación y búsqueda de materiales que puedan ser utilizados en la fabricación de  fertilizantes: permanentemente se están obteniendo subproductos de actividades industriales, que contienen nutrientes esenciales para las plantas y que pudieran tener utilidad como componentes de los fertilizantes. Todos esos materiales tienen que ser evaluados desde el punto de vista de su compatibilidad química y física con otras sustancias que tradicionalmente se han utilizado como materia prima para esta industria, así como su evaluación biológica en cuanto a la ausencia de efectos fitotóxicos y el impacto que pudieran tener sobre el ambiente.

-Evaluación, adaptación y fabricación de prototipos de implementos, maquinarias y equipos de uso agrícola: en algunas oportunidades es necesario desarrollar ciertas herramientas, que son indispensables en la agricultura moderna y de grandes extensiones. Por citar algunos ejemplos:

-Cuando la producción de ajonjolí fue importante en la agricultura venezolana, un productor del estado Portuguesa ideó y fabricó un equipo para recolectar automáticamente los haces de ajonjolí parados en el campo, e incorporarlos a la máquina trilladora.
-Durante cierto tiempo se estuvo tratando de desarrollar un prototipo de sembradora para el cultivo de yuca.
-También hay reportes de la fabricación de prototipos y adaptación de sembradoras para utilizar con el método de mínima o cero labranza, aplicadoras de estiércol, encaladoras y otros ejemplos que seguramente existen en la historia de nuestra agricultura.

-Desarrollo de metodologías y equipos para la aplicación más eficiente del agua de riego: cada día, mundialmente, se habla con preocupación en relación a la posible escasez de agua que nos espera en el planeta, lo cual ya se refleja en el conflicto de uso de este preciado líquido entre doméstico, industrial y su utilización en agricultura de riego. Por ello se deben establecer líneas de investigación para ser lo más eficientes posible en la utilización del agua para regar los campos cultivados.

Todo lo expuesto son solo algunas ideas de lo mucho que se debe hacer en cuanto a la orientación de la investigación para la agricultura venezolana. Todas las instituciones que tienen la responsabilidad de investigar para la producción agrícola deben ser apoyadas con presupuestos justos, con programas de mejoramiento profesional, con el equipamiento de laboratorios e invernaderos, hacer esfuerzos para recuperar el personal profesional que ha renunciado en busca de mejores oportunidades. A las organizaciones privadas, facilitarles todo el apoyo institucional oficial que puedan requerir para el logro de sus objetivos.

Los resultados de las investigaciones no pueden quedarse en informes y otros documentos archivados, tienen que llegar al campo y ser utilizados. Los productos que se obtengan y deban ser aplicados a los cultivos o a los suelos para su protección y mejoramiento, deben producirse a escala comercial. De lo contrario, la investigación agrícola no tendría ningún sentido.



sábado, 17 de marzo de 2018

De la incapacidad a la burla



Vuelve al tapete el problema del suministro de fertilizantes para el ciclo agrícola de secano 2018, el cual es al mismo tiempo el problema del suministro insuficiente de todos los insumos básicos para la agricultura, que es el mismo problema del suministro de alimentos para la población de un país que se alimenta de la basura. La incapacidad del régimen para apoyar la producción agrícola nacional, queda manifestada año tras año en todos los obstáculos que va colocando a los productores para la obtención de sus insumos, y en los actuales momentos, se suma el problema para la comercialización de los pocos productos que logran salir del campo, que quieren ser confiscados por autoridades regionales para su repartición demagógica.

A esta incapacidad se une ahora la burla, cuando el militar que está al frente del ministerio de agricultura dice que la producción agrícola aumentó 67% el año pasado y hay comida de sobra, y cuando el vicepresidente dice “tenemos que cesar las importaciones. Las divisas que se daban para importar maíz, arroz, azúcar, soya, etc, serán destinadas para potenciar la producción nacional. En los próximos meses Venezuela debe ser autosuficiente en estos rubros”.

Al lado de esta alharaca gubernamental, aparecen hoy dos informaciones en relación a los fertilizantes y la agricultura venezolana. Una por el ingeniero agrónomo y productor agrícola Ramón Elías Bolotín señalando que en el ciclo de norte-verano que  termina con el inicio del ciclo de lluvias, los cultivos se sembraron sin fertilizantes y en girasol hubo una caída de 40% en los rendimientos. La otra, por Carlos O. Albornoz, Presidente de FEDENAGA, quien advierte que “sin fertilizantes no hay siembra”…….. Esta situación me llevó a recordar algunas cifras que he trazado en anteriores oportunidades en relación a este tema, y que creo vale la pena repetir, para que nuestra realidad, para el ciclo agrícola de secano que comienza a mediados de abril (dentro de un mes), se pueda apreciar con mayor claridad. Veamos:

Supongamos que queremos hacer realidad el sueño del vicepresidente de la república de que en los próximos meses Venezuela debe ser autosuficiente en los rubros maíz, arroz, azúcar, soya, etc. Para ello, debemos sembrar inmediatamente, comenzando en abril, unos 4 millones de hectáreas con esos y otros cultivos. Si se van a sembrar 4 millones de hectáreas, aplicando un promedio de 0,4 toneladas de fertilizantes por hectárea, se requieren 1,6 millones de toneladas de fertilizante NPK. Si además se deben aplicar 200 kg de fertilizante nitrogenado adicional, se requieren 800.000 toneladas de nitrogenado que es generalmente urea. Por lo tanto, en total se requieren 2,4 millones de toneladas (2.400.000 toneladas) de fertilizantes para atender 4 millones de hectáreas.

Durante los pasados años se ha distribuido en el país alrededor de 800.000 toneladas anuales de fertilizantes, de las cuales 40% ha correspondido a productos importados y 60% productos provenientes de nuestra industria, principalmente urea. Como esta tendencia no va a variar ya que la industria de fertilizantes no ha mejorado en estos últimos años, la producción nacional de fertilizantes seguirá siendo 60% de 800.000 toneladas o 480.000 toneladas. Quiere decir que para 4 millones de hectáreas se debe importar 1.920.000 toneladas (2.400.000 – 480.000).

Esa cantidad de fertilizantes no aparece por arte de magia en las fincas nacionales, el producto tiene que negociarse en los mercados internacionales, luego es preciso contratar los barcos para traerlo y después distribuirlo en todo el país. Para movilizar esa cantidad de fertilizante se necesitan más de 63.700 viajes de gandolas, ya que cada una puede transportar 30 toneladas. Si durante el tiempo que dure la distribución de los fertilizantes por todo el país cada gandola puede realizar 10 viajes, habría que disponer de unas 6.500 gandolas en buenas condiciones.

Creo que finaliza el ciclo de lluvias de este año y no se ha terminado de negociar ese fertilizante, mucho menos se habrá contratado los fletes para traerlo a puertos venezolanos y menos aún se habrá contratado y organizado las gandolas para toda esa movilización. La situación se hace más crítica si tomamos en cuenta que para esos 4 millones de hectáreas se requiere, como mínimo, disponer de unos 10 millones de unidades (kg o litros) de herbicidas y unos 5 millones de litros de insecticidas, todo eso sin incluir los millones de kilos de semillas. Por eso digo nuevamente, que para el 2018 estamos ante el mismo cuento de todos estos funestos años que ha tenido la agricultura venezolana.

Con esta improvisación gubernamental no se puede llegar a ninguna parte. Programas agrícolas serios tienen que ser elaborados en todas sus instancias por personas que conozcan de la materia, no por estos paracaidistas que han estado volando de un ministerio a otro durante las últimas dos décadas, como si estas dependencias oficiales fuesen centros sociales, campos deportivos o cuarteles. Ante la pretensión de querer que en los próximos meses Venezuela sea autosuficiente en el suministro de alimentos para la población, y ante la incapacidad manifiesta del régimen para apoyar la agricultura nacional, podemos decir que estamos pasando de la incapacidad a la burla en esta materia.

Recordemos que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.

En Amazon está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor trato a los suelos y al ambiente en general, https:/www.amazon.com/dp/1973818078/

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Marzo de 2018.



viernes, 9 de marzo de 2018

Lineamientos para definir políticas agrícolas en Venezuela.



Quiero insistir en este aspecto de la vida nacional, porque el actual régimen, que desafortunadamente dirige al país, sigue sin fijar un rumbo serio para sacar a la producción agrícola de la horrenda crisis en que se encuentra

La producción agrícola en Venezuela se encuentra a niveles muy bajos en relación a la demanda de la población por alimentos y por otros productos del campo, causando que la mayoría de esos requerimientos sean satisfechos con importaciones. Para solucionar esta situación y obtener una balanza agrícola positiva, un aspecto importante es la aplicación de políticas agrícolas que favorezcan el incremento de la producción y de la productividad de los cultivos, tomando en consideración todos los aspectos que intervienen en el proceso agrícola como son aspectos legales y financieros, recursos físico naturales; infraestructura, equipamiento e insumos agrícolas; demanda de los diferentes rubros por la población; recursos humanos incluyendo mano de obra asalariada, productores y profesionales del agro; aspectos sociales y aspectos geopolíticos.

El establecimiento de lineamientos para definir políticas agrícolas en Venezuela, debe partir de conocer qué vamos a producir, cuánto, dónde, con qué y con quién vamos a alcanzar la producción deseada o requerida.

1.-Qué vamos a producir: se necesita producir alimentos energéticos como azúcar, cereales y semillas oleaginosas; y fuentes de fibra y de proteínas.

Nuestra principal fuente de azúcar es la caña de azúcar, y los cereales para consumo humano directo y más competitivos en nuestros sistemas suelo-planta-clima, son el maíz blanco y el arroz.

Las oleaginosas con más posibilidades en la actualidad son la palma aceitera, la soya y el girasol, y quizás el ajonjolí como fuente de una semilla y un aceite muy especiales. En cuanto a las fuentes de proteínas de origen vegetal tenemos nuevamente la soya y algunas leguminosas de grano; y como fuentes de proteínas de origen animal tenemos huevos, leche, carnes de diferentes especies domésticas y pescado.

Para la producción de proteína animal cuya alimentación básica es con alimentos balanceados, como aves y cerdos, se requiere una producción primaria de fuentes energéticas que se pueden cubrir con maíz amarillo y sorgo granífero, y de fuentes proteicas que se cubren mayormente con harina de soya y con tortas que son subproductos de otras especies vegetales. La alimentación para la producción de proteína animal a potreros, es básicamente con especies forrajeras que van a aportar un poco de todo, incluyendo fibras, minerales y vitaminas esenciales para la nutrición animal, suplementado con concentrados de minerales.

Una alimentación balanceada para mejorar el suministro de vitaminas y minerales esenciales para la población se completa con frutas, hortalizas,  raíces y tubérculos como papa, yuca, ocumo, ñame y otros de menor importancia, los cuales necesitan fundamentalmente apoyos financiero y educativo para estimular su producción y mantenerla a niveles de la demanda.

En relación a la proteína animal, además de los aspectos de su alimentación, deben considerarse políticas que promuevan el uso de las mejores razas para nuestros ambientes y sistemas de producción, así como el mejoramiento genético de los rebaños.

2.-Cuánto vamos a producir: en función de la seguridad alimentaria esperada, para saber cuánto vamos a producir, podemos basarnos sobre los requerimientos nutritivos de la población que permitan diseñar una adecuada guía de alimentación, capaz de cubrir esos requerimientos. El Instituto Nacional de Nutrición (INN) debería ser el organismo líder en esta instancia, con la cooperación de algunas organizaciones privadas y de expertos independientes que acumulan múltiples y acertadas experiencias en esta materia. Estos requerimientos se llevan a productos alimenticios, para saber la cantidad de cada alimento que debe ser consumida anualmente por la población venezolana y cuánto de eso nosotros pudiéramos producir.

Además se deben revisar las estadísticas y considerar los datos históricos en cuanto al consumo de la población en cada rubro, lo cual ayudaría mucho en el diseño de los cultivos y la magnitud de cada uno. Lo importante es que se pueda ofrecer a la población venezolana una adecuada alimentación, y si es con productos provenientes de nuestros campos, mucho mejor.

Recordemos que la alimentación es quizás la necesidad prioritaria del ser humano, tal como se desprende de la pirámide de Abraham Maslow, donde jerarquiza esas necesidades de tal manera que se deben ir cubriendo primero las necesidades orientadas a la supervivencia, e ir subiendo hasta llegar a las que se orientan hacia el desarrollo, al crecimiento como persona. Dentro de las necesidades de supervivencia están las necesidades fisiológicas ocupando la base de esa pirámide, siendo quizás la alimentación el más importante componente de  este grupo y, por ello, representa la necesidad prioritaria de todas las personas.

Una vez que se hayan determinado los déficits de cada cultivo, las políticas agrícolas deben estar orientadas, en primer lugar, a promover su siembra en los sistemas suelo-planta-clima con mejores condiciones para cada cultivo. Luego, se establecen las superficies a sembrar, que se estiman considerando los rendimientos promedio de cada cultivo en cada región agrícola. Una vez en progreso esta actividad, se debe considerar la producción de excedentes para exportación, en aquellos rubros en que esto sea posible y cuando se tenga un mercado seguro para su colocación.

3.-Dónde vamos a producir cada cultivo: con la participación de los especialistas en edafología, climatología y otras ciencias, se definen los sistemas suelo-clima mejor adaptados para cada cultivo, así como se establecen las fechas (períodos) de siembra más convenientes para cada caso en las siembras de secano, fechas que deben ser respetadas para poder esperar resultados exitosos. Esta información se complementa conjuntamente con los productores agrícolas, utilizando sus experiencias de larga data relativas a la producción de determinados cultivos en las diferentes regiones del país. Además, las políticas agrícolas deben favorecer realizar los estudios de suelo y de los recursos climatológicos, que sean necesarios para ampliar la frontera agrícola de la manera más  segura posible.

4.-Con qué produciremos: durante los años más recientes ha sido notoria la escasez de los insumos básicos para la agricultura, en todos los rubros y en todas las regiones del país. Las políticas agrícolas en este caso deben estar orientadas a facilitar los trámites de registros, importación, producción, distribución de los distintos insumos, incluyendo semillas, plaguicidas, fertilizantes, y maquinarias y equipos agrícolas. Con esto se busca que esos insumos lleguen a las unidades de producción a tiempo, en las cantidades requeridas, del tipo y calidad exigida por los agricultores.

5.-Con quién produciremos: en el país existe un buen número de productores agrícolas, capacitados, con experiencia, en muchos casos especializados en determinados cultivos y manejando muy específicos sistemas de producción, quienes serán los  principales protagonistas de la actividad agrícola nacional. Gran parte de estos productores se encuentran agremiados en diversas asociaciones, las cuales son, entre otras cosas, centros de apoyo para facilitar las actividades de campo, legales, financieras, y también centros de divulgación y mejoramiento profesional de esos agricultores.

También existen los pequeños productores, quienes tradicionalmente han permanecido y vivido de lo que producen sus limitadas parcelas, que tienen que ser apoyados y mejorados en cuanto al suministro de recursos incluyendo asistencia técnica, y en cuanto a su calidad de vida que algunas veces es realmente marginal.

Además de los  productores, en el país hay centros de investigación y docencia para apoyar la actividad; profesionales de alto nivel y amplia experiencia en agricultura; y una disponibilidad laboral con tradición y conocimiento de las actividades de campo. Todos ellos deben ser beneficiados con políticas agrícolas que los apoyen en sus gestiones financieras y comerciales, ya que representan las personas con quienes produciremos los alimentos y otros bienes agrícolas, para tratar de lograr una necesaria e impostergable seguridad alimentaria.

6.-Otras políticas: en adición a las políticas específicas para la producción de campo, se tienen que decretar otras, en áreas conexas, que vayan dirigidas a  la solución de tantos problemas que afectan la vida y la tranquilidad de los productores. Algunas de estas políticas deben cubrir el área de financiamiento de la producción, incluyendo, además del apoyo para cubrir los costos directos de producción, las inversiones en infraestructura y en equipos y maquinarias agrícolas. Otras políticas dirigidas a asegurar la titularidad de las propiedades de los agricultores, así como para brindarles seguridad personal que es un deber constitucional de los gobernantes para con los ciudadanos. Otras orientadas a comprometer a las industrias receptoras de materia prima a llegar a acuerdos que sean satisfactorios para ellos, pero también para productores y consumidores.

En fin, para dictar políticas agrícolas eficientes es necesario revisar todos los aspectos que influyan sobre la marcha de la agricultura en su más amplia expresión, para que se pueda alcanzar éxito en esta actividad fundamental, no solo para la salud y supervivencia de nuestros conciudadanos, si no para su felicidad y disfrute pleno de la vida.

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Marzo de 2018

www.pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com
pedroraulsolorzano@yahoo.com


jueves, 1 de marzo de 2018

¿Sabia usted? El grano de soya, sus nutrientes y sus antinutrientes



La soya, Glycine max (L) Merril, es una especie originaria de China, donde por su alto valor nutritivo que la convierten en la carne vegetal y por ofrecer una gran versatilidad en su uso por la variedad de productos que se derivan de su grano, para los chinos ha sido, fundamentalmente, un grano para consumo humano. Su expansión por el mundo ha hecho que se multipliquen los usos de la soya, utilizándose en alimentación animal, como proteína para consumo humano y como fuente de aceite comestible. En la actualidad, su calidad ha favorecido que la soya sea la oleaginosa más importante del mundo, a la vez que es la primera fuente de proteína en la formulación de alimentos balanceados para animales.

El valor nutritivo de la soya se refiere al elevado contenido de proteína de su grano que es alrededor de 35%, y al contenido de aceite que es aproximadamente 17-20% y de excelentes características. Vale la pena destacar, que la calidad de la proteína de la soya se manifiesta porque en las cadenas proteicas están presentes los aminoácidos esenciales valina, leucina, metionina, arginina, triptófano, isoleucina, treonina, fenilalanina, lisina e histidina, y además, en cantidades bastante adecuadas. Por estas razones de la calidad del grano de soya, y por las ventajas de poder incorporarla en programas agrícolas de rotación de cultivos para mejorar la sanidad de los campos y su fertilidad nitrogenada, en muchos países del mundo la soya ha sido incluida directa o indirectamente en la dieta diaria, y como cultivo ha sido permanentemente el centro de vastos programas de investigación y promoción, para tratar de incrementar su producción y productividad.

En Venezuela tenemos un requerimiento actual de soya, que según manifestaciones de productores de la Ruta de la Soya, ronda 1.400.000 toneladas de grano, que se utilizarían para la extracción de aceite y cubrir las necesidades internas de aceites comestibles, y el subproducto de esa operación que es la harina de soya, para cubrir las necesidades de las industrias de alimentos balanceados para animales, especialmente aves y cerdos. Todo ese requerimiento se debe cubrir con importaciones, ya que la producción nacional es muy pequeña.

Actualmente, debido a la situación complicada del suministro de alimentos balanceados para animales, por su escasez eventual y el alto precio del producto, que en las condiciones de la economía de hoy es casi imposible que los criadores puedan adquirirlos, también se está promocionando el uso de la soya integral para formular alimentos para animales a nivel de finca. Aquí es donde es necesario considerar que la soya, a pesar de su alto tenor de nutrientes, también contiene antinutrientes, que deben ser eliminados o disminuidos para que los animales consumidores puedan aprovechar cabalmente la riqueza proteica de este maravilloso grano.

De una manera muy sencilla se puede decir que las proteínas son cadenas largas de aminoácidos, que deben romperse para que puedan ser absorbidos a través de la pared intestinal y se conviertan en verdaderos nutrientes para el consumidor. En el organismo se producen enzimas que activan la degradación de las proteínas, cuyo nombre genérico es proteasas, pero la soya contiene un inhibidor de una de estas enzimas, la tripsina, conocido como SBTI (Soybean Tripsine Inhibitor), que bloquea su acción e impide el aprovechamiento de las proteínas. Por eso se consideran antinutrientes, ya que causan molestias gástricas, reducida digestión de las proteínas y deficiencias crónicas en la absorción de los aminoácidos. A lo largo de la cadena de las proteínas, la tripsina se activa en las terminaciones de los aminoácidos lisina y arginina.

Si un agricultor utiliza el grano de soya para preparar raciones para animales sin eliminar esos antinutrientes, los animales que las consuman no van a aprovechar las proteínas del alimento y, además, se van a producir problemas como los mencionados anteriormente. Por ello, antes de incorporar soya a las raciones, se debe realizar lo que se denomina desactivación de la soya, que no es más que la eliminación de esos antinutrientes, la eliminación de los inhibidores que bloquean la acción de las proteasas. Para la desactivación de la soya a nivel de finca, en el país se han desarrollado equipos relativamente sencillos, que aplican el método de desactivación en húmedo con temperaturas entre 110 y 120°C, cuyo diseño y funcionamiento puede ser apreciado por medio de un video, preparado por jóvenes que colaboran en ese interesante programa identificado como ”La Ruta de la Soya”. Creo que información al respecto se puede obtener contactando al Ingeniero Ramón Bolotín, en la asociación de productores de Turén o en Fedeagro.

Siempre se escribe en relación a las bondades de la soya y su valor nutritivo, pero pocas veces se alerta a los productores sobre su contenido de antinutrientes y los riesgos que se pueden enfrentar por el desconocimiento de su presencia. Tampoco se divulga mucho sobre lo relativamente fácil que puede ser acondicionar el grano para su uso adecuado en raciones de alimentos para animales. Por eso celebro que la soya en el país está siendo atendida por estos grupos de ruteros de la soya, quienes están logrando una motivación muy amplia, para que este cultivo sea de interés en todas nuestras regiones agrícolas con potencial para su producción y, de esta manera, contribuir a la sustitución de importaciones de alimentos y diversificar nuestra frontera agrícola. Muchos de los campos donde se producen cereales, pueden ser considerados en programas de rotación de cultivos con soya, con el objeto de disminuir la presión de insectos plaga, malezas y enfermedades, y a la vez mejorar los niveles de nitrógeno del suelo para aprovechamiento por los cultivos sucesivos.

Recordemos que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.

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Pedro Raúl Solórzano Peraza
Marzo de 2018.