lunes, 29 de enero de 2018

¡Qué barbaridad! ¡Qué barbarie!



No dejamos de horrorizarnos con los sucesos cotidianos de Venezuela. La falta de servicios y algunas veces su mala calidad nos complica la vida enormemente. Las fallas en el suministro de electricidad crean caos en las calles porque los semáforos no funcionan; los residentes en edificios no pueden utilizar los ascensores y recursos de seguridad como puertas y portones eléctricos, cámaras y otras facilidades; además de tener que recurrir a las velas para no vivir en tinieblas. Las fallas en el suministro de agua potable nos regresa a los tiempos pueblerinos cuando había que ir con recipientes a la “pila”, que era un sitio común para un vecindario completo, al cual llegaba una simple tubería; o ir al sitio donde se estaciona un camión cisterna y reparte agua a los vecinos; y además se nos dificulta el aseo personal. El servicio de internet tan malo y frecuentemente ausente en zonas densamente pobladas que complica cualquier transacción comercial, ya que no hay dinero en efectivo circulando y tampoco los puntos de pago con tarjetas funcionan. El pésimo servicio de recolección de basura que contamina las ciudades, dejándolas llenas de desechos regados por calles y aceras, que se convierten en rápidos criaderos de moscas y promueven la invasión de ratas. La falta de medicinas que causa grandes trastornos a la salud de los ciudadanos, y hasta se convierte en un arma mortífera cuando el enfermo no consigue el remedio adecuado y oportuno, y fallece. La falta de alimentos que está promoviendo una generación de desnutridos y ha causado la locura de muchos, por la desesperación de no conseguir el alimento para sus hijos, llegando a cometer actos fuera de toda norma ciudadana.

¡Qué barbaridad!

Como resultado de esa locura colectiva, recientemente pudimos observar videos mostrando grupos de personas asaltando fincas ganaderas para matar animales y poder tener carne para la alimentación, en episodios que muestran el salvajismo al que ha llegado nuestro pueblo, y además, la impunidad con la que realizan estos actos. Estos grupos se comportan igual que un grupo de leones al acecho de una víctima, que puede ser un bisonte, un venado, una jirafa, una cebra, o cualquier otro animal que les pueda brindar su carne para el banquete. Lo rodean, lo persiguen, se rotan en este proceso hasta que la víctima comienza a mostrar cansancio y eventualmente a detenerse. En este momento una de las fieras trata de morderlo y retenerlo por una pata, otra fiera lo muerde por el vientre, y el golpe final lo asesta la fiera que logra morderlo en el cuello, tumbarlo y asfixiarlo hasta que moribundo, ya sin fuerzas, comienza a recibir las dentelladas que van rompiendo sus carnes, desmembrando su cuerpo.

De igual manera pudimos ver a estas fieras humanas perseguir a un indefenso maute, cansarlo dentro de los alambres de púas de un limitado potrero, tratar de agarrarlo y tumbarlo, hasta que el pequeño bovino, ya sin fuerzas, se rinde y comienza a recibir las dentelladas asesinas, que en este caso no son los dientes leoninos sino una variada gama de armas blancas que se hunden en las carnes de la víctima y luego comienzan a deslizarlas para desmembrar su cuerpo y repartirse el botín.

¡Qué barbarie!

Esta locura que no respeta la vida de animales domésticos, también ha llegado a que en Venezuela no se respete la vida de las personas. Hemos visto, ya durante años, y recientemente con mayor frecuencia y saña, cómo persiguen a la gente, los acorralan, los engañan con falsos acuerdos, y luego las víctimas comienzan a recibir las dentelladas de estos salvajes, que son la metralla que sale de piezas de artillería liviana y pesada, esos trozos metálicos comienzan a hundirse en las carnes, ahora humanas, hasta que se acaba la vida de estos ciudadanos.

¡Qué barbarie!

Otra barbaridad son las declaraciones recientes del ministro de agricultura, que han sido excelentemente analizadas por el estimado Profesor Werner Gutiérrez. Quiero anexar un comentario a esos anuncios. En primer lugar, lo etéreo en señalar que la “agricultura evolucionó 67% en el 2017”. ¿Qué quiere decir eso? Creo que solo en la mente de este militar está la respuesta. En segundo lugar, declaró que se sembraron 168.000 hectáreas de arroz. Si eso fuese cierto, con un rendimiento promedio de 5 toneladas/hectárea (porque menos que eso sería antieconómico y resultado de una mala práctica agrícola), esa producción alcanzaría para un suministro de 31 kilogramos de arroz per cápita para una población de 30 millones de personas, lo cual sería excelente y no hubiese sido necesario importar arroz de Surinam, Pakistán y Brasil, entre otros.

¡Qué barbaridad! Cómo mienten.

Pedro Raúl Solórzano Peraza


viernes, 26 de enero de 2018

Lea esto que le va a interesar, una versión novelada de: Formas de potasio en el suelo



Las plantas absorben potasio en forma catiónica (K+), estos iones cargados positivamente pueden ser adsorbidos por las cargas negativas de las arcillas y mantenerse allí estableciendo un equilibrio con la concentración de K en la solución del suelo. Originalmente, ese potasio proviene de la meteorización de los minerales que lo contienen, y al liberarse, ese K pasa a los sitios de intercambio, a la solución, y parte puede ser fijado en las estructuras de algunas arcillas. Quiere decir, que el potasio en el suelo se encuentra en diferentes formas que van a determinar su aprovechamiento por parte de las plantas.

Esas formas de potasio en el suelo han sido clasificadas de diferentes maneras, una de ellas establece cuatro categorías de acuerdo a su mayor o menor disponibilidad para las plantas, las cuales son: a.-formando parte de la estructura de los minerales, de 5.000 a 25.000 ppm; b.-difícilmente aprovechable, de 50 a 750 ppm; c.-intercambiable, de 40 a 600 ppm; d.-en solución, de 1 a 10 ppm. El potasio en la estructura de los minerales como feldespatos y micas, es retenido fuertemente y no puede ser utilizado por las plantas. El potasio difícilmente aprovechable es principalmente el K fijado por minerales de arcilla como illita y vermiculita. El potasio intercambiable es mantenido por fuerzas electrostáticas en la fracción coloidal y es fácilmente intercambiado por otros cationes y enviado hacia la solución del suelo.

Entre estas diferentes formas de K en el suelo existen interrelaciones que tratan de mantener un equilibrio; sin embargo, la tasa de movimiento del potasio en las estructuras de los minerales hacia formas más fácilmente aprovechables es tan lenta que este equilibrio no se mantiene, por lo que durante el período de crecimiento de un cultivo el K en los minerales tiene que ser considerado no aprovechable. El K intercambiable y el K en solución se equilibran rápidamente y están a disposición de las plantas, mientras que el K difícilmente aprovechable tiene una tasa de movimiento muy lenta. Esta situación es interesante, ya que demuestra que del contenido total de potasio en los suelos, solo una fracción muy pequeña es fácilmente aprovechable para las plantas en un momento determinado.

Entonces, un suelo puede tener un elevado contenido de potasio total pero eso no quiere decir que pueda suministrar suficiente nutriente a las plantas, ya que sabemos que la mayor parte de ese elemento se encuentra asociado a las estructuras minerales de donde no puede ser absorbido por las raíces de las plantas. Recuerdo que nuestro profesor de edafología nos explicaba esto de manera muy gráfica, más o menos así:

-En los minerales primarios como los feldespatos microclina y ortoclasa, o como las micas biotita y moscovita, el potasio se encuentra formando parte de sus estructuras cristalinas, está incorporado allí  desde el proceso de formación de esos minerales y solo puede liberarse en la medida que el mineral se vaya meteorizando. La raíz de las plantas no tiene la posibilidad de absorber ese potasio mientras se encuentre en la estructura cristalina del mineral, no es capaz de ponerse a pelear, por ejemplo con un feldespato, y decirle:

-Mira ortoclasa, dame ese potasio que tienes ahí, en tu cuerpo, que lo necesito. Y ortoclasa le responde:

-No juegue pedazo de raíz, no te lo voy a dar porque ese potasio es mío, lo tengo desde mi nacimiento, y deja el fastidio de estar haciéndome cosquillas con esos pelitos radicales que tú tienes por todos lados para ver si aflojo.

La raíz replica: -cónchale ortoclasa no me dejes morir.

Y ortoclasa le dice a la raíz: -entonces o te mueres tú o me muero yo, porque sin ese potasio que tú quieres dejo de ser ortoclasa, me desintegro. Busca por otro lado que por allí hay potasio más fácil para ti, intercambiable, en solución……..

Por eso, los minerales para liberar los nutrientes que contienen tienen que meteorizarse, descomponerse, en lo cual intervienen diferentes procesos como es el caso de la hidrólisis de la ortoclasa:

                   KAlSi3O8  +  HOH                   KOH  +  HAlSi3O8

El hidróxido de potasio disocia en K+ y OH-, y ese catión K+ puede ser adsorbido por los coloides del suelo y desde allí establecer un equilibrio dinámico con el K en solución. Esto quiere decir que en la medida que el K en solución disminuye porque las plantas lo absorben, o porque se fija en algunos minerales de arcilla, o porque se lava del perfil del suelo, parte del K intercambiable se libera hacia la solución del suelo para mantener el equilibrio entre estas dos formas de K, que son las fácilmente aprovechables por parte de las plantas. Es por ello que los análisis de laboratorio con fines de fertilidad no reportan el contenido de potasio total, sino K aprovechable en las formas de K+ intercambiable y en solución, generalmente extraído con una solución de acetato de amonio normal pH 7,0.

Espero les sea de utilidad.

Recordemos que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.

En Amazon está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor trato a los suelos y al ambiente en general, https:/www.amazon.com/dp/1973818078/

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Enero de 2018




jueves, 18 de enero de 2018

¿Sabía usted? La caña de azúcar, el cultivo dulce de Venezuela


Recientemente se ha estado divulgando por los medios de comunicación del país, la situación del cultivo de la caña de azúcar, posiblemente por ser tiempo de zafra y porque la expectativa de la producción está muy por debajo de las necesidades de la población, por lo que será imperativo la importación de al menos 70% de los requerimientos internos de azúcar. Esta escasez ocurre quizás porque los centrales azucareros se encuentran en un acelerado deterioro de sus instalaciones, quizás porque los recursos para ampliar la siembra y concomitantemente la oferta de caña no están disponibles, o quizás por tantos obstáculos que tienen que ser salvados por los agricultores para poder trabajar sus campos de manera eficiente y segura.

Por esa actualidad en relación a este cultivo, he considerado oportuno utilizar algunas inquietudes escritas con anterioridad y reunirlas en este artículo. La caña de azúcar (Saccharum officinarum) viene a ser prácticamente la única materia prima para la producción de azúcar en el país, razón por la cual tiene una gran tradición en el ambiente agrícola venezolano, donde por muchos años, ha ocupado inmensas extensiones de terreno. A todos quienes hemos tenido la fortuna de viajar por nuestro  territorio, al paso por los Valles de Aragua, por los del Río Turbio o por los valles yaracuyanos, nos ha quedado grabado en la mente los cañamelares en flor durante los meses finales del año, porque cuando los días se hacen más cortos se induce la floración de esta dulce planta, y brotan de sus tallos blanquecinas flores que cubren los campos semejando el resultado de una nevada pasajera. Aunque esas siembras han mermado hasta niveles muy bajos, pueden ser recuperadas en el corto y mediano plazos, para volver a florecer en estos valles de fértiles suelos y con productores especializados en este cultivo.

También, resultado de esa tradición, hemos desarrollado una amplia infraestructura para el procesamiento de la caña, representada por los centrales azucareros que se encuentran repartidos en casi todo el territorio nacional, desde Sucre hasta el Zulia, en Táchira lindando con la frontera colombiana, en Trujillo, y con una alta concentración de estas instalaciones en los estados centrales del país, y en Lara, Yaracuy, Portuguesa y Barinas. Sin embargo, hoy muchas de esas instalaciones han sido expropiadas por el gobierno, están deteriorándose rápidamente por inactividad y, los que aún funcionan, trabajan por debajo de sus capacidades instaladas, debido principalmente a la falta de materia prima para procesar, motivado en gran parte a la falta de estímulos para la siembra de este importante cultivo.

La caña de azúcar debe producirse con riego para asegurar buenos rendimientos; por lo tanto, para ampliar la superficie sembrada una opción sería la recuperación de la infraestructura de algunos sistemas de riego del país, lo cual se inició a mediados de los años noventa con la intención de otorgar a los productores organizados la administración, operación y mantenimiento de estas grandes obras que pertenecen al estado venezolano. Esa acción no fue continuada pero puede ser reiniciada, ya que existen los proyectos para algunos sistemas de riego y lo que faltaría sería ejecutarlos. Otra opción sería, que en aquellos sitios donde el suministro de agua es limitado y se dispone de acuíferos abundantes y de buena calidad para riego, se adelanten programas para la perforación y equipamiento de pozos.

Disponiendo de suficiente superficie acondicionada para la siembra de caña de azúcar, se tienen que organizar programas de producción comercial, en los cuales se tenga la seguridad de disponer de los recursos necesarios (maquinarias y equipos agrícolas, vialidad agrícola en buenas condiciones, semillas, fertilizantes, plaguicidas, entre otros) para llevar las siembras a feliz término, incluyendo definición de precios del producto que permitan que los agricultores obtengan un margen aceptable de beneficios por su actividad, y que el producto final pueda llegar a los consumidores a un precio razonable. Paralelamente, los centrales azucareros del país deben ser recuperados y acondicionados para la molienda de esa nueva cantidad de materia prima que producirán nuestros campos.

Para los programas de producción comercial, se deben organizar las siembras de tal manera que la caña vaya destinada a específicas y cercanas plantas receptoras según su capacidad, para evitar fletes muy alejados que encarezcan el producto. Así mismo, eso evita que se arrime excesiva cantidad de caña a algunos centrales y muy poca a otros.

Recordemos que:

Del sacaroso jugo de la caña
se cristalizan:
la panela, el papelón,
la morena y la blanca sacarinas
que al paladar endulzan
con su melífero sabor;
además se destilan:
el aguardiente claro
y el ambarino ron,
que a los sentidos enardecen
y, momentáneamente,
nuestras vidas enloquecen.

Recordemos también que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.

En Amazon está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor trato a los suelos y al ambiente en general, https:/www.amazon.com/dp/1973818078/

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Enero de 2018

pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com


viernes, 12 de enero de 2018

¿Sabía usted? Los suelos tienen cargas eléctricas que salvaguardan los nutrientes


Los suelos son cuerpos naturales muy complejos y con una gran variabilidad espacial; sin embargo, todos ellos están constituidos por tres fases que son sólida, líquida y gaseosa. La fase sólida son las partículas del suelo que se separan en dos fracciones, la fracción mineral y la fracción orgánica; la fase líquida es el agua o solución del suelo y la fase gaseosa es el aire del suelo.

La fracción orgánica o materia orgánica la representan los componentes de origen orgánico incorporados al suelo, mientras que la fracción mineral la representan partículas provenientes de la meteorización y descomposición de los minerales de la corteza terrestre, de diferente tamaño e inferiores a 2mm de diámetro, que se clasifican en arena las más grandes (2-0,05mm), limo de tamaño intermedio (0,05-0,002mm) y arcillas que son las más pequeñas (<0,002mm).

Estas partículas no se encuentran aisladas en los suelos sino que están asociadas entre sí formando agregados, dentro de estos agregados y entre los agregados quedan espacios vacíos que representan el espacio poroso del suelo que es donde se alojan las fases líquida y gaseosa. Los poros son de diferente tamaño por lo que se separan en espacio poroso capilar, los más pequeños, y espacio poroso no capilar, los más grandes. Cuando un suelo se inunda, se satura con agua, la fase líquida ocupa el espacio poroso total, pero al dejarlo drenar libremente se vacía el espacio poroso no capilar o macroporos, que es entonces ocupado por el aire del suelo o fase gaseosa, y en el espacio poroso capilar o microporos, queda el agua retenida en contra de la fuerza de gravedad. En este punto el suelo está a “capacidad de campo”. Parte del agua retenida en los microporos es el agua útil para las plantas, otra parte no puede ser absorbida por las raíces de las plantas, es llamada agua higroscópica, por ser retenida a altas tensiones que las plantas no pueden vencer. Al agotarse el agua útil para las plantas, el suelo ha alcanzado el “punto de marchitez permanente”.

En la fase sólida, tanto en la fracción mineral como en la fracción orgánica, está presente una fracción de tamaño coloidal que aloja las cargas eléctricas del suelo. Estas cargas eléctricas pueden ser permanentes o variables en las arcillas, mientras que en la fracción orgánica son en general, cargas variables. En las arcillas, las cargas permanentes se generan durante la formación de estos minerales por sustituciones isomórficas, son cargas estructurales, mientras que las cargas variables son dependientes del pH y ocurren por disociaciones iónicas. Estas cargas eléctricas en el suelo son responsables del fenómeno conocido como intercambio iónico, el cual es uno de los fenómenos más importantes que ocurren en el suelo desde el punto de vista de su fertilidad. Es un proceso reversible mediante el cual puede ocurrir intercambio de aniones y cationes entre las fases líquida y sólida del suelo.

En general, los suelos dedicados a la agricultura tienen cargas netas negativas capaces de adsorber cationes, que como K+, Ca++, Mg++, NH4+, H+, etc., tienen cargas positivas. Una vez adsorbidos a la fase sólida pueden sufrir intercambio con cationes en la solución del suelo, en el fenómeno conocido como intercambio catiónico. Los suelos también pueden tener cargas netas positivas, lo cual ocurriría a pH muy ácido (generalmente a pH < 4,0). Estas cargas positivas serían sitios para la adsorción de aniones, que son iones cargados negativamente como NO3-, H2PO4-, SO4=, etc., y una vez adsorbidos están sujetos a procesos de intercambio con otros aniones en la solución del suelo. Debido a que la mayoría de los suelos dedicados a la producción agrícola tienen valores de pH a los cuales el fenómeno de intercambio aniónico sería mínimo, ya que si el suelo es muy ácido se encala para elevar el pH a valores en los cuales no hay cargas netas positivas, el mismo no tiene mayor relevancia en condiciones de campo, y exceptuando los fosfatos y hasta cierto punto los sulfatos, los aniones como el nitrato (NO3-) están expuestos a pérdidas considerables por lavado.

Existe un valor de pH del suelo donde las cargas positivas y negativas son iguales, y a este valor de pH se le llama punto isoeléctrico o punto de carga neta cero (PCNC), el cual ocurre en condiciones de acidez, generalmente con pH alrededor de 4,0.

La capacidad de intercambio catiónico (CIC), representa la magnitud de las cargas negativas netas del suelo o el número total de posiciones de intercambio, se expresa en miliequivalentes por cada 100 gramos de suelo (meq/100 g de suelo) o como centimoles por kg de suelo (cmol/kg de suelo). Como ya fue indicado anteriormente, esas cargas negativas netas pueden ser permanentes cuando se originan por sustituciones isomórficas durante la formación del mineral, o pueden ser variables cuando dependen de las variaciones del pH del suelo.

Las arcillas son filosilicatos, formados por la combinación de láminas de tetraedros de silicio y láminas de octaedros de aluminio, magnesio o hierro.  Hay arcillas como la caoilinita formada por la combinación de una capa de tetraedros y una capa octaédrica, por lo que es una arcilla del tipo 1:1 o de dos capas. Otras arcillas, como vermiculita y montmorillonita, se forman por la combinación de dos capas de tetraedros de silicio y una capa octaédrica, correspondiendo a una arcilla del tipo 2:1 o de tres capas.

Se considera que la caolinita no tiene cargas negativas permanentes ya que en su estructura no ocurren sustituciones isomórficas, por lo tanto, todas sus cargas son variables o dependientes del pH y su CIC es relativamente baja, del orden de 3 a 15 meq/100 g.

La montmorillonita es una arcilla de tres capas, dos de tetraedros de silicio y en el medio una capa octaédrica de aluminio. Es una arcilla expansiva cuyas cargas permanentes se originan en la capa octaédrica, cuando alrededor de 20% del Al es sustituido por Mg, quedando cargas negativas libres. Este reemplazo de Al por Mg ocurre durante la formación del mineral y no representa cambios estructurales por lo que se conoce como “sustitución isomórfica”, y se originan cargas permanentes porque en la estructura del mineral al sustituirse un catión trivalente como el Al+++ por uno divalente como el Mg++ quedan cargas negativas no balanceadas.

Las cargas variables ocurren porque las arcillas tienen en sus bordes grupos –SiOH que al ser sometidos a aumentos del pH generan cargas negativas libres. Esquemáticamente, esto es de la siguiente manera:

                   -SiOH + OH-                 -SiO- + HOH    


Estas cargas variables también se denominan cargas dependientes del pH porque tienden a incrementarse con aumentos en el pH del medio. La CIC de la montmorillonita varía entre 80-120 meq/100 g.

La vermiculita es otra arcilla de tres capas con sustituciones isomórficas de Al por Mg en la capa octaédrica y cerca de una tercera parte del Si de los tetraedros es sustituida por Al. Su CIC es muy alta, variando entre 100 y 150 meq/100 g.

Hay otros minerales de arcilla como clorita que es similar a la vermiculita pero tiene una capa de brucita [Mg(OH)2] ubicada en el espacio interlaminar, por eso se conoce como una arcilla interestratificada y es causa de que se reduzca su CIC a valores de 10-40 meq/100 g. El alófano es un aluminosilicato amorfo muy abundante en suelos formados de cenizas volcánicas con una CIC muy variable y dependiente del pH. Las arcillas 2:1-2:2 formadas a partir de una arcilla de tres capas pero en su espacio interlaminar ocurre un mineral de aluminio, su CIC es variable y alrededor de 15 a 20 meq/100 g, a pH 6,0. La illita es del grupo de lo que se conoce como arcilla-mica, las cuales tienen una estructura parecida a las arcillas del tipo 2:1 pero una buena cantidad del Si de los tetraedros es sustituído por Al, quedando un exceso de cargas negativas que son balanceadas por K+ en el espacio interlaminar.

Como ya hemos dicho, los coloides orgánicos son fuente importante de sitios de intercambio catiónico en los suelos. El origen de las cargas negativas de la materia orgánica es fundamentalmente en los grupos carboxílicos y se comportan de la misma manera que las cargas variables de las arcillas, es decir, son cargas dependientes del pH.

                             -C-OH + OH-                 -C-O- + HOH

                                                                                 
                              O                                       O

La presencia en el suelo de cargas negativas variables dependientes del pH, es una de las ventajas adicionales de la práctica del encalado de los suelos, ya que a la vez que se está corrigiendo un problema de acidez, se está incrementando la CIC del suelo al aumentar su pH. Esto puede ser particularmente importante en las relaciones de fertilidad de aquellos suelos que en su condición natural son ácidos y tienen una CIC muy baja, por lo tanto, tienen poca capacidad para retener nutrientes. Esta capacidad se eleva con el encalado y se protegen los nutrientes de la lixiviación.

Los cationes que predominan en el complejo de intercambio de un suelo son: Ca++, Mg++, K+, Na+, Al+++, H+, y las relaciones entre ellos son indicativas de las condiciones de fertilidad del suelo. Así, cuando predominan los cationes básicos Ca++, Mg++ y K+, el suelo va a tener un porcentaje de saturación con bases alto, además, generalmente tienen un pH adecuado y buenas condiciones de fertilidad. Cuando predominan los cationes ácidos H+ y Al+++, se espera una pobreza en nutrientes, condiciones de acidez, y posibles problemas de toxicidad para las plantas. Esta retención de los nutrientes por las cargas eléctricas de los coloides del suelo, permite que se adsorban y se mantengan en la zona de influencia de las raíces de las plantas y, al pasar a la solución del suelo, sean absorbidos. Por eso las cargas eléctricas de los coloides del suelo salvaguardan los nutrientes esenciales para las plantas.

Recordemos que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.

En Amazon está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor trato a los suelos y al ambiente en general, https:/www.amazon.com/dp/1973818078/

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Enero de 2018.


jueves, 4 de enero de 2018

Versión novelada de: Fertilizantes nitrogenados y episodios bélicos


Entre los fertilizantes nitrogenados químicos se separan dos tipos, los naturales y los sintéticos. Los naturales están representados por lo que se conoce como salitre chileno, que son depósitos de sales con base principalmente nítrica ubicados en el desierto chileno. Este producto que se conoció en su época de mayor esplendor como el “oro blanco”, así como el petróleo se conoce hoy en día como el “oro negro”, ha tenido una interesante historia, porque por un lado en un momento representó una fuente casi milagrosa de nitrógeno para uso agrícola y, por otro lado, jugó un papel protagónico en episodios bélicos.

El salitre es una mezcla de nitratos de sodio (NaNO3) y de potasio (KNO3) que se encuentra naturalmente acumulado en grandes extensiones de América del Sur, principalmente en regiones desérticas que actualmente pertenecen al norte de Chile. Este producto ha tenido múltiples usos destacándose su aplicación como fertilizante, como agente oxidante en procesos químicos, en la fabricación de pólvora y fuegos pirotécnicos, en medicina como diurético, en la fabricación de pigmentos y otros productos. Se establece que el salitre se comenzó a usar en el año 1650 en el área de pirotécnia, pero su gran auge ocurre a mediados del siglo XIX, cuando en 1830 se realizó la primera exportación hacia Gran Bretaña, donde los ingleses lo utilizaron como insumo químico y en Escocia lo utilizaron como fertilizante.

Así comenzó la explotación del salitre a gran escala en Perú y Bolivia, en Antofagasta y Tarapacá desde 1830, actividad que luego fue monopolizada por Chile desde 1880 hasta su decadencia en 1920, aunque se sigue explotando a menor escala porque su demanda es limitada y su rentabilidad es baja. Sin embargo, para Chile esta actividad fue de gran importancia económica y al mismo tiempo una inmensa fuente laboral, hasta que durante la I Guerra Mundial, Alemania comenzó a producir salitre sintético, muy útil para proseguir la guerra causando la decadencia del salitre natural. A pesar de ello, los procesos de producción salitreros dejaron un inmenso patrimonio histórico y cultural a Chile. Las oficinas del desierto de Atacama reflejan los medios y la forma de explotación del salitre que marcaron a generaciones de chilenos, peruanos y bolivianos. Recientemente, en el año 2004, sus instalaciones fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Hay un episodio bélico que involucra al salitre con la historia de América del Sur, y es lo que se denominó la “Guerra del Pacífico” americana. Las acciones se iniciaron entre Chile y Bolivia y tuvo su punto de partida en problemas comerciales alrededor de la explotación del salitre. Se señala que Bolivia transgredió, violó, un tratado de límites suscrito por estos dos países desde 1874. El gobierno boliviano estableció un impuesto a la Compañía de Salitres y Ferrocarril Antofagasta violando el tratado antes mencionado, el cual la compañía salitrera se negó a pagar y consecuentemente el gobierno boliviano ordenó el embargo de sus bienes, su venta en subasta pública y posterior reivindicación o reclamo de las salitreras mantenidas por la compañía. Por supuesto, el gobierno chileno reaccionó rápidamente ocupando el Puerto de Antofagasta en febrero de 1879.

¿Cómo entra Perú en esta guerra? Oficialmente la guerra entre Chile y Bolivia es declarada dos meses después de la ocupación del Puerto de Antofagasata, y Perú, que había suscrito un Tratado de Alianza con Bolivia en 1873, tuvo que intervenir en el conflicto. Las operaciones militares prácticamente terminan con la entrada de las fuerzas chilenas a Lima en enero de 1881; sin embargo, se señala que esta Guerra del Pacífico concluyó en 1884, cuando Chile obtuvo como indemnización de guerra que le cedieran las provincias de Tarapacá y Antofagasta que concentran casi todos los yacimientos de salitre que existen en el mundo.

El desarrollo de los fertilizantes nitrogenados sintéticos comienza con necesidades derivadas de la escasez de los productos naturales orgánicos para la agricultura, como es el caso del guano, y de lo limitado en el suministro del salitre natural para la agricultura y otros usos, incluyendo explosivos y municiones para la guerra. Lo que ocurrió fue que a comienzos del siglo XIX, se demostró que el crecimiento de las plantas dependía en buena medida de los aportes de nitrógeno. Cuando trasciende esta información se inicia un incremento en la demanda de nitrógeno para elevar los niveles de fertilidad de los suelos y lograr mejores resultados de la actividad agrícola.

Pero la agricultura no fue la única actividad que demandaba crecientes cantidades de nitrógeno. Hasta comienzo de la segunda década del siglo XIX se disponía solamente de pólvora como explosivo, luego un químico italiano de apellido Sobrero produjo un poderoso explosivo que es la nitroglicerina, dando inicio a la gran industria de los explosivos nitrogenados cuyo máximo representante fue la dinamita, derivada de la nitroglicerina, y se incrementan considerablemente las demandas de productos nitrogenados. La tensa situación política que reinó en Europa a principios del siglo XX, dejaba en claro que la nación que no tuviera un adecuado suministro de salitre chileno no podría lograr una provisión suficiente de municiones. La solución era sintetizar los compuestos nitrogenados a partir del nitrógeno del aire, considerado como un suministro ilimitado y a disposición de todos.

Así comienza el hombre a tratar de fijar el nitrógeno del aire, desarrollándose algunos procesos en el período 1904-1908, pero el más ventajoso de todos fue la síntesis de Haber para producción de amoníaco, desarrollado por Fritz Haber y convertido en un proceso de fabricación industrial por Carl Bosch, por lo que se conoce como el proceso Haber-Bosch para la síntesis de amoníaco y, ya en 1913, existía una planta industrial produciendo 30.000 toneladas de sulfato de amonio. La guerra de 1914 estimuló el crecimiento de esta industria en Alemania, debido en gran medida a que Gran Bretaña y sus aliados controlaban las rutas marítimas de entrada del salitre chileno a Europa, quedando Alemania y otros países sin acceso a esta fuente nitrogenada para la agricultura, explosivos y municiones, viéndose obligados a buscar otras fuentes de nitrógeno, o perecer.

Finalmente, se culpa a la síntesis del amoníaco como responsable de que la I Guerra Mundial se prolongase por dos años más, causando la muerte a unos dos millones de personas que han debido sobrevivir; pero también fue responsable de la lucha contra la desnutrición en esa época, y al mismo tiempo, permitió la producción de muchos materiales sintéticos que contienen nitrógeno y son importantes en la vida cotidiana, incluyendo medicinas.

Espero les sea de utilidad

Recordemos que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.

En Amazon está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor trato a los suelos y al ambiente en general, https:/www.amazon.com/dp/1973818078/

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Enero de 2018