ALGUNAS
IDEAS PARA LA PRODUCCIÓN DE SOYA EN VENEZUELA
(SEGUNDA
PARTE DE UN TOTAL DE CUATRO)
Pedro
Raúl Solórzano Peraza
Abril
de 2017.
II/4.-DÓNDE Y CUÁNDO
SEMBRAR SOYA
Cuando
se planifican programas comerciales de producción agrícola se debe partir del conocimiento de los
siguientes puntos: qué se va a producir, cuánto, con quién, dónde y cuándo, y
con qué vamos a desarrollar esos programas, asumiendo que existe un mercado
seguro para el producto cosechado. En este caso que nos ocupa, ya está definido
que lo que vamos a producir es soya y que es necesario sembrar al menos unas
600.000 hectáreas para intentar cubrir nuestros requerimientos de este grano.
Además, estos programas los vamos a desarrollar con los agricultores
venezolanos, apoyados, cuando sea necesario, por personal técnico capacitado en
el manejo de este cultivo y por especialistas en las diferentes áreas de la
agronomía como pueden ser entomología, edafología, fitopatología, botánica y
combate de malezas, mecanización agrícola, economía agrícola, mercadeo y otras.
La
meta de sembrar 600.000 hectáreas de soya se logrará en el mediano plazo, ya
que se debe comenzar con superficies moderadas para poder concentrar allí los
esfuerzos necesarios y aspirar a lograr el éxito indispensable de estos
programas agrícolas, éxito tan necesario para que el cultivo de la soya se
arraigue definitivamente en nuestros campos agrícolas. Quizás se pueda iniciar
el primer año con la siembra de 30.000 hectáreas, con una mayoría de
agricultores con experiencia en el cultivo, y con actividades de adiestramiento
para aquellos agricultores novatos en la siembra de soya. Se aspira llegar al
total de la superficie requerida en un máximo de unos 8-10 años.
Conociendo
qué, cuánto y con quién vamos a sembrar, en esta sección vamos a considerar
dónde y cuándo vamos a desarrollar los programas de soya en Venezuela. Lo
lógico es comenzar el primer año en las regiones donde se tiene experiencia con
el cultivo, donde existen los recursos humanos y de maquinarias y equipos
agrícolas, facilidades de transporte y suficientes centros de recepción,
acondicionamiento y almacenamiento de las cosechas. En tal sentido, se deben
seleccionar agricultores en el eje El Sombrero-El Tigre-Maturín y zonas
aledañas, e incluir al menos 3.000 hectáreas para siembras de Norte-Verano en
los Llanos Occidentales del estado Portuguesa.
Como
contactos importantes para la selección y el compromiso de los agricultores de
participar en el programa de producción de soya, se deben considerar las
asociaciones de productores regionales y algunas individualidades con
experiencia en el cultivo como el caso de la finca de la Familia Meneses entre
El Sombrero y Chaguaramas, el señor Pedro Solano en El Socorro, el Ingeniero Ramón
Bolotín en Turén y otros productores de Anzoátegui, Monagas y Portuguesa que
han estado por años vinculados a este cultivo.
Es
muy importante considerar que en cada caso, en cada región, los sistemas
suelo-clima son diferentes y, por lo tanto, las fechas de siembra variarán
especialmente según las características del ciclo de lluvias. En general, la
época más conveniente para sembrar soya se selecciona en función de que en lo
posible, el ciclo de la planta transcurra durante los días de mayor número de
horas de luz y aprovechando la mayor cantidad de agua de lluvia durante su
ciclo de vida. Esto permite que no ocurran mayores limitaciones de estos dos
importantes factores de crecimiento y la planta pueda expresar toda su
capacidad de producción. Por supuesto, se debe procurar que la cosecha coincida
con períodos de poca precipitación para favorecer la labor de recolección y
proteger la calidad del grano.
Con
las consideraciones anteriores, para el primer año se recomienda concretamente
la siembra de soya en las áreas potenciales de Guárico, Anzoátegui y Monagas,
tan pronto como se tenga seguridad del inicio de la estación lluviosa y que el
suelo se encuentre suficientemente húmedo para asegurar la pronta germinación
de las semillas y la emergencia de las pequeñas plantas sobre la superficie del
suelo. En otras palabras, la soya no se debe sembrar en suelo seco, y además se
debe buscar que después de la germinación de las semillas se mantenga húmeda la
sección superficial del suelo de tal manera que las plántulas puedan emerger
fácilmente.
La
fecha de siembra se puede prolongar por algo más de un mes, y corresponde en
las áreas señaladas de Guárico, Anzoátegui y Monagas, en años normales, a finales de mayo y todo el
mes de junio. Sembrar después del mes de junio en aquellos casos cuando las
lluvias comienzan en los primeros días de mayo, es riesgoso porque puede
presentarse escasez de agua hacia los períodos de llenado de grano, causando
anormalidades en el desarrollo del grano, aborto excesivo de vainas, bajos
rendimientos y mala calidad del producto.
En
algunos sectores del estado Monagas es posible establecer dos fechas de siembra
ya que el ciclo de lluvias es bimodal, una durante el principal pico de lluvias
que generalmente comienza en el mes de mayo, y otra para aprovechar el ciclo de
Norte-Verano que es muy definido y permite la siembra tardía de la soya. La
siembra realizada en el principal pico de lluvias puede llevar a coincidir la
maduración de la soya con lluvias importantes, pero las características de los
suelos de esta región, de texturas ligeras y alta conductividad hidráulica que
son responsables de un rápido drenaje, permiten que se pueda realizar la
cosecha mecanizada al poco tiempo después de la ocurrencia de una fuerte lluvia.
La
soya debe sembrarse como segundo cultivo en las zonas bajas de la región de los
Llanos Occidentales donde el ciclo de lluvias también es bimodal, después de la
cosecha de maíz y de arroz que ocupan la sección de la primera moda que va de
finales de abril a principios de octubre, recomendándose realizar las siembras de
soya desde octubre hasta un máximo de la primera quincena de noviembre. Esto
puede ajustarse de acuerdo a la irregularidad de los ciclos de lluvia, ya que
si el inicio de la estación lluviosa se retrasa como ha ocurrido en algunos
años, la siembra de Norte-Verano se puede prolongar hasta todo el mes de
noviembre, siempre y cuando se utilicen variedades precoces, de ciclo corto y
tolerantes al menor número de horas luz que ocurre en los meses finales del año.
En
los llanos altos de Portuguesa y Barinas, en el pié de monte de estos estados, las
siembras deben realizarse, al igual que para centro-oriente al comienzo de la
estación lluviosa, aprovechando al máximo los días más largos del año y que las
plantas puedan utilizar una buena cantidad del agua de lluvia, pero procurando
que para el momento de la recolección, no se retrase la labor por motivo de excesos
de agua o excesivo aguachinamiento de los suelos que pudieran impedir la
entrada de las cosechadoras combinadas a los campos de cultivo. En estas
situaciones, el drenaje superficial de los suelos se acelera favorecido por las
pendientes del terreno.
Paralelamente
a esos programas de siembras comerciales, se deben impulsar evaluaciones en
otras regiones del país, con siembras experimentales o semi comerciales para
evaluar variedades, fechas de siembra, densidad de población, fertilización, y
otras variables, que permitan seleccionar otras regiones importantes para la
expansión futura del cultivo.
Es
recomendable establecer programas para la producción de semilla certificada de
soya con las variedades más promisorias, lo cual es un proceso bastante exigente
para lograr un producto de buena calidad, evitando incidencia de enfermedades,
por lo cual se recomienda planificar estos programas para la época seca con la
aplicación de riego.
Pedro
Raúl Solórzano Peraza
Abril
de 2017.
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