domingo, 27 de noviembre de 2022

Éxodo, el caso de Venezuela

 

Éxodo es una palabra de origen griego, “exodos”, que significa salida y se asocia a la movilización de mucha gente o de pueblos enteros que salen de su ambiente tradicional hacia otros lugares. Cuando esos lugares de destino quedan fuera del país de origen de las personas que salen, el éxodo se convierte en emigración.

 

Los éxodos internos, que ocurren dentro de un mismo país, generalmente corresponden a lo que se denomina éxodo rural, el cual consiste en la movilización de gran cantidad de personas que se van de los campos a las ciudades buscando mejores condiciones de vida, mejores ofertas de empleo, más comodidades. Muchas veces la modernización de la agricultura conlleva a que se requiera menos mano de obra en las actividades del campo, y la gente decide probar suerte en las ciudades. Esa migración, ese éxodo rural, puede causar problemas en las ciudades, ya que generalmente ocurren de forma imprevista, creando caos en la infraestructura y los servicios de las ciudades.

 

Éxodo es el Segundo Libro de la Biblia en el Antiguo Testamento, el cual relata la época en que los hebreos eran esclavizados en el Egipto faraónico, y al ser liberados con la intervención de Moisés, inician el éxodo hacia la Tierra Prometida. Este éxodo permitió al pueblo israelita adquirir conciencia de su unidad étnica, filosófica y religiosa, a la vez que hizo de ellos un pueblo libre, con identidad nacional propia y provisto de ley.

 

Los éxodos de masas humanas hacia otros países diferentes a los suyos, las emigraciones, están ocurriendo en la actualidad con mucha frecuencia en todo el mundo, y sus causas principales son guerras, escasez de alimentos a causa de condiciones climáticas adversas, y gobiernos dictatoriales que limitan a tal grado las condiciones de vida de los ciudadanos, que los impulsan a emigrar.

 

Estos éxodos actuales son motivo de discusión mundial, por los problemas que pueden causar en la tranquilidad de los países receptores de esas muchedumbres. En muchos casos han motivado la revisión de los aspectos legales que tienen que ver con todos esos procesos migratorios.

 

En el actual año 2022, se estima que de Venezuela han emigrado en un éxodo masivo más de seis millones de personas, en una diáspora distribuida por todo el mundo, principalmente hacia otros países latinoamericanos, hacia los Estados Unidos de América y hacia la Madre Patria, España.

 

La diáspora venezolana del siglo XXI está representando un grave problema porque incluye una buena cantidad de profesionales, jóvenes, que están empobreciendo las posibilidades de desarrollo y de recuperación del país en su economía, salud y educación entre otros. Esos otros países, receptores de estas personas, son los que se enriquecen con las actividades de estos venezolanos, cuya formación profesional ha tenido un costo bastante elevado, especialmente cuando se incluyen estudios de posgrado en otros países.

 

Es necesario crear condiciones en el país para que esas personas regresen y puedan contribuir en el desarrollo de Venezuela, dispongan de suficientes recursos para realizar sus respectivas tareas que sean generadoras de riquezas materiales y sociales, y que se sientan justamente remunerados. Hay que favorecer que la diáspora venezolana regrese a sus querencias.

 

He vuelto a mi querencia original,

he vuelto a mi refugio natural:

 

he vuelto a ver el serpenteante río,

he vuelto a revolcarme en el pantano,

he vuelto a ver la flora de mi llano,

para quedarme he vuelto con renovado brío.

 

Que bello el rostro alegre de mi madre,

que bellos sus labios incansables:

 

labios que buscan llevar a mis mejillas

el calor de un afectuoso beso

como lleva el río en su reposo y embeleso

el fértil sedimento hasta su orilla.

 

Que placentero el silencio de la noche

iluminada por múltiples estrellas:

 

luceros que alumbran la noche campesina

como alumbra Dios con el sol cada mañana,

como escucha el ser muy dentro en sus entrañas

el canto incansable de la inquieta golondrina.

 

Que verdes los potreros infinitos

rodeados de alambradas y arboledas:

 

verde alterado por el brillo de las pieles

de las reses que pastan complacidas,

y por las garzas que sobre sus lomos erguidas

espulgan sus cuerpos cual amigos fieles.

 

Que atractivos los campos florecidos

con colores y aromas especiales:

 

es la blanquecina flor del estoraque agresivo,

es el amarillo intenso de la flor del cundeamor,

es del mastranto su inconfundible olor,

es de mi tierra su carácter posesivo.

 

Que excepcionales tus paisajes infinitos

adornados con recursos tan variados:

 

es el agua cristalina que fluye en manantiales,

es el color rojizo del sol vespertino,

es el concierto de las aves con sus trinos,

es el espectáculo de ver correr tus animales.

 

He vuelto a mi querencia original,

he vuelto a mi refugio natural.

 

 

Pedro Raúl Solórzano Peraza.

Noviembre 2022.

Complejidad de la fertilización de cultivos y la guerra contra los fertilizantes químicos

 

Cuando se elaboran programas de fertilización de cultivos se deben considerar todas las opciones posibles, eso permite que se obtenga un verdadero programa racional y eficiente. Estas opciones son:

 

1.-Fertilización edáfica convencional química y orgánica: consiste en incorporar al suelo fertilizantes químicos y orgánicos (biofertilizantes). Cuando se consideran cultivos que cubren miles de hectáreas, los fertilizantes orgánicos solo pueden ser rentables si se generan en las propias unidades de producción o en lugares cercanos donde el transporte no los encarezca a niveles antieconómicos.

 

2.-Fertirrigación: es la aplicación de los fertilizantes junto con el agua de riego, se riega con soluciones nutritivas. Es un método muy eficiente de aplicar los nutrientes si se dispone de sistemas de riego localizado y productos hidrosolubles.

 

3.-Fertilización foliar: se refiere a la aspersión de soluciones nutritivas sobre el follaje de las plantas. Se deben utilizar productos especialmente elaborados con este fin, los cuales generalmente contienen nutrientes y estimulantes del metabolismo vegetal. Se utilizan particularmente para la aplicación uniforme de micronutrientes y para correcciones urgentes de alguna insuficiencia nutritiva.

 

4.-Fertilización biológica: es la utilización y mejoramiento de procesos o fenómenos naturales donde intervienen seres vivos, que sirven para incrementar la disponibilidad y aprovechamiento de los nutrientes esenciales por parte de las plantas. Los casos de nitrógeno y fósforo son los más estudiados en cuanto a la fertilización biológica, en los cuales se dispone de información muy importante para su aplicación. Algunos de esos procesos consisten en utilizar la diazotrofía, las micorrizas, las bacterias promotoras del crecimiento (PGPR) y las bacterias solubilizadoras de fosfatos (BSP).

 

Fertilización nitrogenada biológica (FNB): se logra por medio de la diazotrofía, que es el proceso de fijación de nitrógeno atmosférico molecular (N2) al suelo por medio de la actividad de microorganismos simbiontes (leguminosas) o de vida libre. Estos microorganismos fijadores de nitrógeno se denominan diazótrofos, y como ejemplos tenemos Rhizobium y Bradyrhizobium que son simbiontes; y Azospirillum y Azotobacter que son de vida libre.

 

Fertilización fosfatada biológica (FFB): en este caso del fósforo (P), ha tenido una gran significación el suministro de micorrizas a algunas especies de plantas. Estos hongos infectan las raíces causando una extensión del sistema radical por medio de sus hifas, permitiendo a la planta explorar un mayor volumen de suelo, y por lo tanto, mayor capacidad para absorber nutrientes, especialmente aquellos que tienen poca movilidad en el suelo como es el caso del fósforo. En el aprovechamiento de los fosfatos, también son importantes los microorganismos capaces de incrementar la solubilidad del P del suelo (BSP), tal como Bacillus megaterium var. Fosfaticum y las bacterias promotoras del crecimiento (PGPR).

 

Para poder aprovechar estas opciones en forma integrada, es preciso tener un conocimiento básico del sistema suelo-planta-clima, mediante un análisis de suelo reciente, una buena información climatológica, y los requerimientos nutritivos de la planta. Considero que la integración de las opciones aplicables a cada sistema suelo-planta-clima es fundamental para lograr un programa de fertilización de cultivos eficiente y racional.

 

Recientemente, el 5 de noviembre de este año, asistí al Expocongreso Latinoamericano de Ganadería Tropical, en Maracaibo, en el marco de la Asamblea Anual de Fedenaga y Extraordinaria de Fegalago, durante el cual le dieron una buena participación al cultivo de la palma aceitera como opción para diversificar la producción pecuaria regional. Después de mi presentación, la cual fue referida a un programa general para la fertilización de este cultivo (general porque no se dispone de un análisis de suelo ni de otros datos del sistema suelo-planta-clima), surgió la siguiente pregunta. “¿Cuánto tiempo pasará para matar al suelo con la aplicación de esos fertilizantes químicos?”.

 

Si los fertilizantes se aplican a los cultivos de manera racional, no tienen por qué “matar” al suelo. Al contrario, los fertilizantes químicos son fuente de nutrientes que necesitan tanto los macroorganismos como los microorganismos del suelo, para su nutrición y para poder incrementar sus poblaciones. Recordemos que los fertilizantes en su mayoría son productos naturales, provenientes de yacimientos que son fuente de la materia prima para elaborarlos, por ejemplo, minas de apatitas como fuente de P y de silvita como fuente de K. Igualmente, los nutrientes que contienen los suelos provenientes del material parental, también se liberan por la descomposición y meteorización de rocas y minerales. Por otro lado, el nitrógeno es el principal componente del aire, desde allí lo fijan al suelo los diazótrofos, al igual que lo fija la industria para la síntesis de amoníaco que es el punto de partida en la elaboración de los fertilizantes nitrogenados. Entonces, estos productos naturales vuelven al suelo por medio de los fertilizantes, en un ciclo cerrado, para ser utilizados por las plantas.

 

Los fertilizantes químicos son difíciles de excluir en un programa de fertilización de cultivos racional y serio, ya que representan los productos más concentrados en nutrientes para suplir las necesidades de las plantas. Para cubrir los requerimientos nutritivos de un cultivo posiblemente se requieran varias toneladas de biofertilizantes por hectárea, mientras que con fertilizantes químicos solo se pueden requerir varios cientos de kilogramos de producto. Sin embargo, si el manejo del sistema suelo-planta-clima lo permitiera y existiera la posibilidad de incorporar biofertilizantes en el programa de fertilización, sería mucho mejor ya que se estarían mejorando las condiciones de fertilidad y la vida del suelo. Por esto, la cero o mínima labranza del suelo que permite un aporte de los restos de cosecha al suelo y los abonos verdes, integrados con una racional fertilización química, producen excelentes resultados en la producción de los cultivos y su sostenibilidad en el tiempo.

 

Como un ejemplo para comprender que la aplicación racional de fertilizantes químicos al suelo para la producción de alimentos, difícilmente puede “matar” a un suelo, veamos los siguientes datos: Cada vez que se aplica a un suelo una tonelada de fertilizante/ha/año (lo cual es una dosis alta y poco utilizada), que equivale a aplicar 100 gramos de fertilizante por cada metro cuadrado de terreno, en un suelo hasta 30 cm de profundidad y una densidad aparente de 1,5 ton m-3, cada metro cuadrado de terreno tiene una masa de 450 kg, por lo tanto, esa dosis equivale a distribuir 100 gramos de fertilizante por cada 450.000 gramos de suelo o 0,1 kg de fertilizante por cada 450 kg de suelo. Es una concentración tan baja de fertilizantes que difícilmente puede “matar” a un suelo; más bien, favorece la vida del suelo y la biodiversidad vegetal sobre el planeta.

 

Cada vez estoy más convencido que los fanatismos no son favorables para una correcta fertilización de los cultivos. Así como se intenta castigar a los fertilizantes químicos como destructores del medio ambiente, en general se trata de imponer conceptos fuera de toda razón. Por ejemplo, recuerdo que por los años setenta y ochenta del siglo pasado, el fanatismo de algunas personas intentó desprestigiar al aceite de palma considerándolo como un veneno para la salud pública; por supuesto, eso no tuvo mayor asidero científico. Ahora en el 2022, en este evento tecnológico, identificado como Expocongreso Latinoamericano de Ganadería Tropical, celebrado los días 4 y 5 de noviembre en Maracaibo, el fanatismo de un expositor intenta desprestigiar al aceite de soya indicando que “nos está matando”. Me pregunto, ¿Cómo explicar que los chinos han consumido aceite de soya durante varios siglos y la República Popular China es el país más poblado del mundo?

 

Pedro Raúl Solórzano Peraza

Noviembre de 2022