NOS
RESTRINGEN LA APLICACIÓN DE LA MODERNA TECNOLOGÍA AGRÍCOLA
Pedro
Raúl Solórzano Peraza
Marzo
de 2017.
La
agricultura venezolana está en crisis. Eso lo escuchamos a diario o lo leemos
en los diferentes medios de comunicación, nacionales y extranjeros. Todo el
mundo opina y muchos, conocedores o no de lo que es la agricultura, hasta
llegan a decir que tenemos un enorme atraso tecnológico o que no hemos superado
la agricultura de subsistencia, siendo éstas las causas de que nos encontremos
muy lejos de lograr la soberanía alimentaria para nuestra población. Igualmente
se opina sobre la crisis en salud, educación, economía, en fin, toda Venezuela
está en crisis. Sin embargo, no se escucha decir que la farmacología o la
medicina venezolana tienen un enorme atraso tecnológico aún cuando no se
consiguen medicinas en las farmacias, los quirófanos no funcionan, etc., etc. Por
supuesto que no hay atraso tecnológico ya que nuestros médicos salen al mercado
internacional en países del primer mundo como los Estados Unidos y los de la
Unión Europea y logran destacarse profesionalmente. Lo mismo ocurre con los
profesores universitarios, con los economistas, pero también con los
profesionales del agro como son los ingenieros agrónomos y los médicos
veterinarios, quienes se destacan en los diversos escenarios donde han tenido
que ir huyendo de las limitaciones para su desarrollo en el país o simplemente
solicitados por organismos internacionales.
En
general, las personas tienden a confundir los términos, a confundir crisis con
atraso tecnológico, ya que la crisis nuestra es generada por malas políticas mientras
que un atraso tecnológico se genera por desconocimiento de una materia en
particular. Así, escuchamos la promoción de un centro médico capitalino anunciando
que disponen de la tecnología más moderna del mundo, lo que indica que no hay
atraso tecnológico en la medicina pero la crisis de la salud en muy grande y
cada día cobra nuevas víctimas. En agricultura disponemos de híbridos de arroz,
hemos utilizado ampliamente fertilizantes nitrogenados con inhibidores de la
nitrificación, con el uso de la biotecnología podemos clonar cultivares libres
de ciertas enfermedades, estamos en capacidad de producir insecticidas biológicos para mejorar
el manejo integrado de plagas, el riego localizado ha aumentado rápidamente la
superficie servida con fertirrigación, utilizamos recursos de internet para
facilitar actividades propias de la agricultura, y muchas otras herramientas
modernas, novedosas, han sido utilizadas en nuestras regiones agrícolas, pero
la crisis del sistema agroalimentario es muy grande y al igual que la salud,
cada día la desnutrición por falta de alimentos cobra nuevas víctimas. Y esto
lo aprovechan algunas personas para asegurar que en agricultura, a diferencia
de otras disciplinas, sí tenemos un enorme atraso tecnológico.
Aceptar
que tenemos atraso tecnológico en la agricultura nacional sería una injusta descalificación
de muchos de nuestros productores que andan en pos de lo novedoso en
agricultura y de las instituciones de educación superior del país,
especialmente aquellas universidades donde existen facultades de agronomía y
ciencias veterinarias y de otras organizaciones que sirven de complemento en
algunas áreas conexas con el agro, como por ejemplo el IESA. Por las
limitaciones de espacio voy a referirme en concreto a tres ejemplos en
particular:
Los híbridos de arroz:
la hibridación de plantas autógamas como el arroz es sumamente complicada, como
ejemplo de esto podemos señalar que es necesario desarrollar líneas
androestériles por medio de variaciones del fotoperíodo o por variaciones
térmicas y luego mantenerlas en el tiempo, para ser utilizadas como madres en
los cruzamientos respectivos. Todo el desarrollo de los híbridos es muy
complejo, lo cual se evidencia en que los chinos, descubridores de esta
tecnología, pusieron a disposición de sus agricultores los primeros híbridos de
arroz en el año 1976, y solamente a finales del siglo pasado y lo que va de
este siglo, es cuando se ha comenzado a popularizar el uso y la producción de
estos materiales genéticos de alto potencial de rendimiento y elevadas cualidades
de tolerancia a plagas y a limitaciones ambientales, en países de gran
desarrollo científico y tecnológico como los Estados Unidos y algunos países
europeos. Y en Venezuela, gracias a la Fundación DANAC, estamos a la vanguardia
en esta carrera tecnológica, no solo evaluando híbridos si no produciendo
nuestros propios materiales para mejorar los rendimientos y disminuir costos
directos de producción en este importante cereal.
Los fertilizantes
nitrogenados con inhibidores de la nitrificación: debido
al comportamiento tan especial del nitrógeno en el suelo, los fertilizantes
nitrogenados son los que, en general, se aplican en mayor cantidad para la
producción agrícola. Son sustancias muy criticadas por ser contaminantes del
ambiente, de las aguas profundas y de los cuerpos de agua, pero actualmente no
es posible producir abundancia de alimentos sin el concurso de estos productos.
Por esa razón, se han buscado opciones que permitan contaminar menos a la vez
que utilizar menores dosis por unidad de superficie cultivada. En lo personal,
considero que la mejor opción para esto es el uso de fertilizantes con
inhibidores de la nitrificación. Esto consiste en combinar los fertilizantes
nitrogenados con moléculas específicas producidas en reactores, que son capaces
de retrasar en el suelo la acción de las bacterias del género Nitrosomonas, las
cuales son responsables de transformar el amonio de los fertilizantes en
nitrato. Este último es el compuesto nitrogenado que causa mayores problemas de
contaminación ambiental y al disminuir su producción se disminuyen las pérdidas
de nitrógeno del suelo por lixiviación y erosión, y consecuentemente se
utilizan dosis menores y se contamina menos. Hasta hace cinco años, en el mundo
solo existían cuatro plantas para producir estos fertilizantes ecológicos, y la
quinta planta, la estábamos instalando en Venezuela por medio de la empresa
Agroisleña, C.A. después de haber evaluado experimentalmente y utilizado a
nivel comercial estos fertilizantes en casi todo el país, en lo cual hemos sido
pioneros en la agricultura de Suramérica.
La ruta de la soya: así
bautizaron un grupo de agricultores sus nuevas decisiones para producir soya en
el país, utilizando los más recientes avances en este cultivo. Casualmente, en
el momento cuando estoy escribiendo este artículo, ellos van rumbo a Boa Vista,
Brasil, a asistir a unas actividades de campo y seminarios para traer lo
novedoso del cultivo desde el principal país exportador de soya del mundo. Esto
no puede ser atraso tecnológico.
Esos
ejemplos, así como muchos otros que por falta de espacio no se pueden mostrar,
revelan que en agricultura tenemos significativos adelantos tecnológicos, pero
las políticas gubernamentales nos restringen su aplicación. La planta de
nitrogenados con inhibidores quedó a medio construir con la expropiación de
Agroisleña, C.A. en el año 2010, los híbridos de arroz requieren programas
especiales de fertilización para desarrollar su potencial de rendimiento y en
el país no existen esos fertilizantes necesarios, el manejo integrado de
insectos plagas y de malezas requiere plaguicidas específicos que en el país no
se consiguen, la producción de fertilizantes hidrosolubles para fertirrigación
requiere la importación de materia prima que no se puede obtener si no se
adjudican las divisas correspondientes, no podemos utilizar semillas de
cultivares genéticamente modificados porque legalmente nos lo prohíben, etc.,
etc.
Así
como algunas personas tienen el derecho de establecer que nuestra agricultura
está tecnológicamente atrasada, en lo personal y sobre la base de todo lo
anterior que es una muestra de que disponemos de conocimiento suficiente para
hacer una agricultura con modernas tecnologías, considero que tengo el derecho
de no aceptar esa concepción y más bien aseverar que nuestra agricultura sufre
una brutal crisis, y por lo tanto, tiene
que ser recuperada. Estos comentarios los respaldo con la experiencia de más de
cincuenta años de graduado al egresar de la Facultad de Agronomía de la
Universidad Central de Venezuela en marzo de 1966, con estudios de posgrado en
una prestigiosa universidad de USA, transitando la docencia universitaria
prácticamente durante todos esos años en la UCV y en la UNELLEZ, dedicado a la
investigación y la extensión agrícolas cuyos resultados han generado la
publicación de varios libros, al mismo tiempo trabajando en empresas como
Protinal, C.A. y Agroisleña, C.A. por más de 13 años en cada una de ellas, asesorando
diversas organizaciones, y quizás la vivencia más importante, siendo
agricultor.
Es
el momento de ofrecer soluciones para la recuperación de la agricultura
venezolana.
Pedro
Raúl Solórzano Peraza
Marzo
de 2017.
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