lunes, 24 de octubre de 2016

VIII.-INVESTIGACIÓN PARA LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA

RECUPERACIÓN DE LA AGRICULTURA VENEZOLANA POSTSOCIALISMO DEL SIGLO XXI
Pedro Raúl Solórzano Peraza

VIII.-INVESTIGACIÓN PARA LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA (Resumen del original).

Lo que aquí he denominado Investigación para la Producción Agrícola, tiene que ser realizada principalmente por las universidades nacionales, las cuales, en contacto con nuestra realidad, son receptoras de las necesidades que pueda tener nuestra sociedad productiva y según acuerdos, desarrollar las líneas de investigación que permitan obtener resultados para satisfacer esas necesidades. Así, la investigación para la producción agrícola, realizada en nuestras universidades y en centros de investigación como INIA, IVIC y otros, además  de cubrir las curiosidades propias de los investigadores, debe orientarse hacia la búsqueda de soluciones para el mejoramiento de la productividad en el campo venezolano, en general, a solicitud de los mismos productores según sus propias necesidades.

ALGUNAS ORIENTACIONES (SOLUCIONES)
Además de las solicitudes de los agricultores y a manera de orientación, algunas áreas para la investigación agrícola pueden ser las siguientes:

-Mejoramiento genético de especies cultivadas y desarrollo de las tecnologías para la producción comercial de semillas certificadas: ésta es una de las áreas mundialmente más importante en lo que se refiere a investigación agrícola y donde se aplica mucha biotecnología. Diariamente están colocándose en el mercado mundial nuevos cultivares de diferentes especies, de los cuales, aquellos que puedan tener interés para nuestra agricultura, deben ser evaluados en las diferentes regiones agrícolas del país con potencial para la producción de ese cultivo. Además, los centros de investigación agrícola del país con programas de mejoramiento genético, deben trabajar arduamente para obtener nuevos cultivares adaptados a determinadas condiciones existentes en nuestros agrosistemas, con mayores potenciales de rendimiento o para superar alguna situación estresante que afecte el crecimiento y desarrollo de las plantas.

En el país existen programas de mejoramiento genético en instituciones oficiales como el INIA, en las facultades de agronomía de las diversas universidades y en algunas empresas o dependencias privadas como Protinal, C.A., un grupo de semilleristas reunidos conjuntamente con Agroisleña, C.A. en la empresa SEHIVECA, la Fundación DANAC del Grupo Empresarial Polar y otros. Tanto Protinal, C.A. como Fundación DANAC, han descollado con sus programas de mejoramiento genético en cereales y soya, de los cuales se han obtenido varios cultivares de mucho éxito en los programas comerciales que se han llevado a cabo con estos importantes cultivos. Mención especial merece la Fundación DANAC por sus trabajos recientes con híbridos de arroz.

-Desarrollo de biocidas (insecticidas, herbicidas, fungicidas) de origen biológico y de la tecnología para su producción y uso comercial: las voces de alerta en relación a la contaminación del ambiente han propiciado que, al menos en la actividad agrícola, se mantenga una búsqueda constante de organismos capaces de controlar el desarrollo de otros organismos que puedan ser perjudiciales para las plantas cultivadas. En este sentido, se han encontrado insectos parasitoides de otros insectos, hongos capaces de parasitar y eliminar algunos insectos perjudiciales a los cultivos, hongos que controlan la vida de otros hongos patógenos, y otros.

En la actualidad, en el INIA, en las universidades y en algunas empresas privadas se desarrollan y producen comercialmente algunos de esos organismos. Estas organizaciones deben ser apoyadas en sus actividades.

-Evaluación y búsqueda de procesos y microorganismos útiles en la fertilización biológica y desarrollo de tecnologías para su producción y uso comercial: es necesario aclarar conceptos, ya que existe confusión en relación a lo que son fertilizantes orgánicos, biofertilizantes y fertilización biológica.

Este último término lo he tratado de utilizar en lo personal, porque me parece el más adecuado para tratar estos aspectos y deslindarlo del concepto de fertilizantes. Lo he definido de la siguiente manera: “Fertilización biológica es la utilización y mejoramiento de procesos  o fenómenos naturales donde intervienen seres vivos, capaces de servir como fuentes de nutrientes para las plantas cultivadas o que sirvan para mejorar la disponibilidad y aprovechamiento de esos nutrientes esenciales por parte de las plantas”.

Debido a criterios de protección ambiental y al incremento en los precios de los fertilizantes químicos, toma importancia la exploración de otras vías para suministrar nutrientes a las plantas, como el uso de fertilizantes orgánicos o biofertilizantes y aplicación de la fertilización biológica, de gran importancia en el suministro de los nutrientes nitrógeno (N) y fósforo (P) a las plantas.

El nitrógeno (N) en la naturaleza proviene del aire (contiene 78% de N) pero para ser utilizado por las plantas tiene que ser fijado al suelo. El N del aire llega al suelo por diversos mecanismos naturales, o se puede fijar artificialmente, tal como se realiza en la industria de fertilizantes para luego ser aplicados al suelo. Entre los mecanismos naturales, ocurre una fijación de N atmosférico al suelo por medio de organismos vivos, la cual se conoce en su concepción amplia como fijación biológica de nitrógeno, aplicándose el término “fertilización nitrogenada biológica” a la promoción y mejoramiento de ese fenómeno natural para que sirva como fuente de nitrógeno a las plantas cultivadas. Todos estos procesos están bajo constante estudio para mejorarlos y buscar vías para utilizarlos en lo que hemos denominado fertilización nitrogenada biológica.

El fósforo (P) es otro nutriente que se debe aplicar al suelo en elevadas dosis de fertilizantes ya que parte de ese P se hace temporalmente no aprovechable para las plantas, al sufrir unos procesos que se conocen en conjunto como fijación de fosfatos en el suelo. La fertilización biológica, en el caso del fósforo, tiene dos vías fundamentales; una basada sobre el uso de microorganismos con capacidad de solubilizar fosfatos para ponerlos a disposición de las plantas; la otra, correspondiente al uso de micorrizas para infectar las raíces de las plantas y aumentar su capacidad exploratoria del suelo, de tal manera que puedan absorber mayores cantidades de P que es poco móvil en la solución del suelo.
 
Algunos microorganismos del suelo capaces de solubilizar fosfatos son hongos de los géneros Aspergillus y Penicillium y bacterias de los géneros Pseudomonas, Rhizobium y Bacillus. Las bacterias solubilizadoras de P (BSP) se utilizan para producir fertilizantes con P soluble como es el caso del biofertilizante conocido como PHS, producido por la fusión de roca fosfórica con azufre (S) elemental e inoculación con bacterias del género Thiobacillus, éstas oxidan el S generando un ambiente ácido para la solubilización de los fosfatos de la roca. En Venezuela hay un renovado interés por los biofertilizantes, y a nivel oficial, el INIA, tiene un proyecto específico para esto, que se denomina Proyecto de Innovación Tecnológica en Biofertilizantes para Agrosistemas Venezolanos Sustentables.

-Evaluación y búsqueda de materiales que puedan ser utilizados en la fabricación de  fertilizantes: permanentemente se están obteniendo subproductos de actividades industriales, que contienen nutrientes esenciales para las plantas y que pudieran tener utilidad como componentes de los fertilizantes. Todos esos materiales tienen que ser evaluados desde el punto de vista de su compatibilidad química y física con otras sustancias que tradicionalmente se han utilizado como materia prima para esta industria, así como su evaluación biológica en cuanto a la ausencia de efectos fitotóxicos y el impacto que pudieran tener sobre el ambiente.

-Evaluación, adaptación y fabricación de prototipos de implementos, maquinarias y equipos de uso agrícola: en algunas oportunidades es necesario desarrollar ciertas herramientas, que son indispensables en la agricultura moderna y de grandes extensiones. Por citar dos ejemplos:

-Cuando la producción de ajonjolí fue importante en la agricultura venezolana, un productor del estado Portuguesa ideó y fabricó un equipo para recolectar automáticamente los haces de ajonjolí parados en el campo e incorporarlos a la máquina trilladora.
-Durante cierto tiempo se estuvo tratando de desarrollar un prototipo de sembradora para el cultivo de yuca.
-También hay reportes de la fabricación de prototipos y adaptación de sembradoras para utilizar con el método de mínima o cero labranza, aplicadoras de estiércol, encaladoras y otros ejemplos que seguramente existen en la historia de nuestra agricultura.

-Desarrollo de metodologías y equipos para la aplicación más eficiente del agua de riego: cada día, mundialmente, se habla con preocupación en relación a la posible escasez de agua que nos espera en el planeta, lo cual ya se refleja en el conflicto de uso de este preciado líquido entre doméstico, industrial y su utilización en agricultura de riego. Por ello se deben establecer líneas de investigación para ser lo más eficientes posible en la utilización del agua para regar los campos cultivados.

Todo lo expuesto son solo algunas ideas de lo mucho que se debe hacer en cuanto a la orientación de la investigación para la agricultura venezolana. Todas las instituciones que tienen la responsabilidad de investigar para la producción agrícola deben ser apoyadas con presupuestos justos, con programas de mejoramiento profesional, con el equipamiento de laboratorios e invernaderos, hacer esfuerzos para recuperar el personal profesional que ha renunciado en busca de mejores oportunidades. A las organizaciones privadas, facilitarles todo el apoyo institucional oficial que puedan requerir para el logro de sus objetivos.

Los resultados de las investigaciones no pueden quedarse en informes y otros documentos archivados, tienen que llegar al campo y ser utilizados. Los productos que se obtengan y deban ser aplicados a los cultivos o a los suelos para su protección y mejoramiento, deben producirse a escala comercial.




Octubre de 2016
VII.-UN SERVICIO DE  EXTENSIÓN AGRÍCOLA Y DE ASISTENCIA TÉCNICA

RECUPERACIÓN DE LA  AGRICULTURA VENEZOLANA POSTSOCIALISMO DEL SIGLO XXI
Pedro Raúl Solórzano Peraza

VII.-UN SERVICIO DE EXTENSIÓN AGRÍCOLA Y DE ASISTENCIA TÉCNICA (Resumen del original)
El agente de extensión agrícola es la conexión de los centros donde se imparte educación e investigación agrícola y de las empresas que ofrecen insumos para esta actividad, con los productores. La extensión es la ligazón de los avances de la ciencia y la tecnología con los agricultores, la cual funciona en ambos sentidos. Por un lado, el agricultor informa al extensionista de algún problema en sus cultivos y éste le busca solución, personalmente o acudiendo a los centros donde puede conseguir las respuestas correspondientes y le lleva al agricultor la solución encontrada. Por otro lado, el agente de extensión le informa al agricultor acerca de las novedades que van apareciendo en los centros de investigación agrícola para el mejoramiento de la productividad, para administrar mejor su negocio, para proteger cada vez más el ambiente, trata de convencerlo y el agricultor pone en práctica esos avances.

Las labores de extensión agrícola además benefician la programación de actividades en los centros de investigación. Buscar respuesta a problemas particulares de un productor, o problemas que afectan a un cultivo, o a una región o al país entero, lleva al agente de extensión a informar eso  a los centros de investigación. Si existe la solución, el extensionista la lleva al productor, si no el instituto de investigación programaría algunas líneas para encontrar esa solución. Es una labor coordinada, donde la presencia del agente de extensión es fundamental, lo que significa que para tener una agricultura próspera debe existir en el país un efectivo servicio de extensión agrícola.

Una vez que el extensionista tiene una respuesta para un problema particular de un agricultor, le explica la solución de manera teórica o práctica, o teórica-práctica según sea la naturaleza de dicha solución. Cuando la respuesta va más allá de un agricultor aislado, el extensionista debe explicar la solución recurriendo a talleres, seminarios, demostraciones, días de campo, donde él participa en conjunto con los especialistas e investigadores que sean necesarios y donde el público que asiste son los agricultores interesados.

Otra herramienta de la extensión agrícola es un buen material divulgativo, que explique de manera sencilla, tanto en forma escrita como gráfica, cómo realizar determinadas actividades agrícolas, que pueden ir desde una labor hasta la descripción de todo el ciclo de un cultivo. También deben existir órganos divulgativos de publicación periódica, que informen sobre lo cotidiano de la actividad agrícola nacional y mundial.

Actualmente en Venezuela, lo poco que se puede considerar de extensión en el campo agrícola por parte de entes oficiales, está orientada hacia el adoctrinamiento de la población en un esquema de gobierno y no hacia lo que realmente es específicamente importante para la agricultura. Para apoyar la producción agrícola interna tiene que existir una verdadera actividad de extensión.

ALGUNAS SOLUCIONES

Definitivamente, ante la ausencia de un organismo oficial dedicado a la extensión agrícola, es perentorio organizar en el país un verdadero Servicio de Extensión Agrícola y Asistencia Técnica, que permita crear un vínculo fuerte y permanente entre el productor del campo y las instituciones de investigación y educación agrícola, así como con todas las actividades comerciales que van desde la adquisición de los recursos para la producción hasta la venta de la cosecha.

El Servicio de Extensión Agrícola y Asistencia Técnica pudiera ser una dependencia del Ministerio de Agricultura, o pudiera ser un instituto autónomo, o vinculado a cualquier otra instancia gubernamental,  pero lo importante es que tenga una estructura y una organización que le permita cumplir cabalmente su misión.

El personal técnico para el Servicio de Extensión Agrícola y Asistencia Técnica debe ser minuciosamente seleccionado. Para las posiciones directivas y de coordinación deben ser profesionales de comprobada experiencia e intachable trayectoria profesional. Los que van a desempeñarse como  agentes de extensión, reciben una instrucción específica para cumplir cabalmente sus funciones. Estas jornadas de instrucción y de selección de personal pueden desarrollarse de la siguiente manera:
-Convocatorias de personal para determinadas regiones con algunas exigencias curriculares.
-Primera preselección sobre la base de sus credenciales y estas personas reciben, en un período de formación, cursos para el desarrollo de relaciones interpersonales que favorezcan su trato con los productores y luego la instrucción técnica necesaria.
-El desarrollo o afianzamiento de actitudes personales para el trato del extensionista con los agricultores, se implementa con alguna institución de educación que se especialice en esta área.
-Sobre la base de los curricula y de los resultados de la actividad del punto anterior, se realiza una preselección de candidatos elegibles para  agentes de extensión agrícola.
-La instrucción técnica o ampliación de los conocimientos para los candidatos preseleccionados, se debe realizar contratando los servicios de las universidades regionales u otras organizaciones que puedan ofrecer este servicio.

Una opción para que el Servicio de Extensión Agrícola y Asistencia Técnica no represente una organización burocrática en exceso, sería combinarlo con oficinas privadas de asistencia técnica a los agricultores. Esto se ha practicado con anterioridad en el país con evidente éxito por lo que vale la pena revisarlo y considerarlo. Un ejemplo de la asistencia técnica privada en la agricultura venezolana se implementó como parte del PRA, que son las siglas de Programa Racional Agrícola. Éste fue un programa llevado a cabo por Protinal, C.A., para la producción de sorgo  en los estados Guárico y Barinas en los años setenta. En estos casos la asistencia técnica debe ser pagada por el agricultor, se considera un costo de producción y así se incluye en los programas crediticios.

Las empresas privadas de asistencia técnica estarían conformadas por agrotécnicos, quienes recibirían la debida instrucción para apoyar a los agricultores. Para  ejercer sus funciones, la calidad de los profesionales de estas empresas será evaluada y aprobada por el Servicio de Extensión Agrícola y Asistencia Técnica y supervisadas por las oficinas regionales del mismo servicio. Si se llegase a establecer que la venta de los biocidas de uso en agricultura, con restricciones por su elevado grado de toxicidad para la vida de humanos, animales domésticos y fauna silvestre, tiene que estar autorizada por personal profesional del agro, debidamente acreditado ante las instancias oficiales que se seleccionasen para ello, estas empresas privadas de asistencia técnica también pudiesen realizar estas funciones.

Finalmente, es recomendable estudiar el funcionamiento de algunos servicios de extensión exitosos en el mundo como es el caso del Servicio de Extensión del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, o lo existente en países vecinos como Brasil y Colombia, o cualquier otro que pueda ser de interés para la agricultura venezolana.

Septiembre de 2016
pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com   

lunes, 10 de octubre de 2016

VI.-EDUCACIÓN PARA LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
RECUPERACIÓN DE LA AGRICULTURA VENEZOLANA POSTSOCIALISMO DEL SIGLO XXI
Pedro Raúl Solórzano Peraza

VI.-EDUCACIÓN PARA LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA (Resumen del original)

Comienzo este capítulo señalando que la agricultura es una actividad muy compleja, porque estoy seguro que muchos lectores no se imaginan la cantidad de factores adversos que actúan hasta que una planta cultivada llegue a producir rendimientos favorables de alimentos de buena calidad.

La agricultura no es tirar las semillas al campo y luego ir a recolectar la cosecha y venderla, ya que durante el proceso productivo se debe luchar contra esos factores adversos como insectos, hongos, bacterias, virus, malezas, excesos de lluvia, escasez de lluvia, vientos huracanados, cambios bruscos de condiciones climáticas especialmente en zonas templadas, exceso de oferta en el mercado que baje los precios de los productos cosechados hasta niveles antieconómicos, malas políticas agrícolas, incendios forestales, inundaciones por desborde de ríos y quebradas, obstrucción de la vialidad agrícola por efectos del clima y por falta de mantenimiento, escasez de maquinaria agrícola, escasez de insumos agrícolas en los momentos más oportunos, desconocimiento de las condiciones de los sistemas suelo-clima y otros.

Teniendo claro que la producción agrícola es un proceso bastante complejo, que depende de muchos factores y es necesario aplicar conocimientos derivados de diversas ciencias como física, química, matemáticas, biología, ciencias económicas, geología, bioquímica, etc., los cuales se concentran en la Agronomía; es lógico que las personas que apoyan a los productores del campo, tienen que cultivar estos conocimientos. Quiere decir, que esas personas tienen que instruirse en las instituciones que existen para tal fin, las cuales van desde las escuelas prácticas de agricultura hasta las universidades.

Se puede decir que la historia de la educación agrícola formal en el país comienza a principios de 1930 con la fundación de la Escuela de Prácticos Agropecuarios, que a partir del 5/12/1936 se denomina Escuela Práctica de Agricultura y Centro de Demostración del estado Aragua, ubicada en la Hacienda La Providencia entre Turmero y Maracay, otorgando a sus egresados el título de Perito Agropecuario. Posteriormente se fundaron otras escuelas de este tipo, siendo quizás las más importantes las ubicadas en Agua Blanca, estado Portuguesa y en Maturín, estado Monagas.

Otras instituciones para la educación agrícola en el país son:

En 1938, se funda la primera Escuela Normal Rural del país, específicamente en El Mácaro, estado Aragua. Recibe, en 1947, la Escuela de Demostradoras del Hogar Campesino, que inicialmente se fundó en Caracas en 1939 como Escuela de Agentes de Demostración del Hogar. La Escuela Normal Rural se funda para la formación de los maestros que atenderían, principalmente, la inmensa población rural que existía en Venezuela para la época; mientras que las egresadas de la Escuela de Demostradoras del Hogar Campesino, fungirían como extensionistas para ayudar a mejorar los hogares y las familias campesinas.

A nivel privado, tomemos el ejemplo de la Escuela Agronómica Salesiana, que desde hace muchos años existió en la ciudad de Valencia y otorga títulos de Peritos Agropecuarios. Debido al crecimiento de la ciudad tuvo que ser trasladada cerca de la ciudad de Barinas, en una extensa zona donde ha continuado su actividad docente, liberando profesionales para contribuir con la agricultura venezolana.

En el año 1937 se crean la Facultad de Agronomía y la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Central de Venezuela, que se inician en Caracas pero al breve tiempo se mudan a Maracay. Posteriormente se crean otras facultades de veterinaria en algunas universidades y facultades de agronomía en La Universidad del Zulia, en la Universidad de Oriente, en la Universidad del Táchira, en la Universidad Lisandro Alvarado, en la Universidad Francisco de Miranda, en la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora. También se comienzan a crear Institutos Tecnológicos Universitarios en diversas regiones del país, incluyendo  en la mayoría de ellos la educación para la producción agrícola. Hoy en día, las universidades, además de la enseñanza de pregrado, también ofrecen cursos de posgrado, a nivel de maestrías, doctorados y diplomados en las diversas áreas de la Agronomía.

Es decir, muy temprano en el siglo XX a la educación agrícola se le dio la importancia que requería un país en franco crecimiento, con necesidad de alimentar a una población que se incrementaba aceleradamente.

El Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), ligado al Ministerio de Agricultura y Tierras  -primero Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIA), luego Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias (FONAIAP)- además de investigación realiza una importante labor divulgativa y de extensión que contribuye con la educación agrícola del país. También, por medio de la Escuela Socialista de Agricultura Tropical (ESAT), ofrece cursos de doctorado, maestria, diplomados, cursos de ampliación, talleres, etc.

Otras organizaciones dedicadas a la educación agrícola, por años han contribuido con el desarrollo agrícola del país, pero han tenido que enfrentar grandes obstáculos para lograr sus objetivos. Algunas tienden a desaparecer como es el caso de la reciente invasión del Colegio del Mundo Unido en Barinas, el cual tiene alcance internacional en la formación de técnicos agrícolas ya que ha visto desfilar por sus instalaciones a estudiantes de todas partes del mundo.

El deterioro de nuestra educación agrícola es progresivo y actualmente ha llegado a niveles inesperados, ya que los gobernantes del socialismo del siglo XXI le tienen aversión a todo lo que trata sobre educación, instrucción o academia.

ALGUNAS SOLUCIONES

La educación agrícola en Venezuela ha ido desmejorando por varias razones. Una ha sido el abandono del apoyo material oficial que es indispensable cuando se imparte una educación gratuita. Esto ha afectado la calidad de la infraestructura y las dotaciones de material de apoyo como son sillas, pupitres, escritorios, papelería, bibliotecas, laboratorios, artículos deportivos y otros. También ha afectado el salario de los docentes motivando, especialmente a nivel universitario, el éxodo de profesores e investigadores.

Además, ha ocurrido un saqueo de algunas instituciones. Es el caso de  invasiones y en algunos casos confiscaciones, de estaciones experimentales de las facultades de Agronomía y Veterinaria de la U.C.V.; de las instalaciones y campos experimentales y de trabajo del Colegio del Mundo Unido y de la amenaza sobre la Escuela Agronómica Salesiana de Barinas. Estas propiedades tienen que ser devueltas a las diversas instituciones para que continúen cumpliendo sus funciones docentes y de investigación, tan necesarias en el área agrícola.

Los presupuestos solicitados anualmente al gobierno nacional por las escuelas que intervienen en la educación agrícola venezolana deben ser aceptados y cubiertos una vez que se evalúe su contenido, para asegurar su cabal funcionamiento.

Los sueldos y salarios del personal que labora en estas organizaciones tienen que revisarse y ajustarse con la frecuencia que dicte el movimiento económico del país, para evitar la renuncia de esas personas y promover su retorno, ya que tienen una sólida formación académica.

Otra razón de mucho peso en la pérdida de calidad en la educación agrícola es referida a los contenidos programáticos. Es urgente revisarlos, a todos los niveles, para orientarlos hacia las necesidades de una agricultura actual y moderna.

El INIA, como institución oficial, debe volver a ser líder nacional en la investigación agrícola y en las otras actividades para lo cual fue creado. Sus instalaciones recuperadas, sus laboratorios equipados, su personal satisfecho con el trabajo que pueden realizar y por el trato que reciben, tanto en lo personal como en lo institucional.

En fin, todas las organizaciones dedicadas a la educación y la investigación agrícola en Venezuela y su personal, deben recuperar su tradicional categoría y su  prestigio para que sean importantes en el desarrollo agrícola nacional, tan necesario ante tanta escasez de alimentos y tanta pobreza que ha retornado a la vida campesina del país.

Septiembre de 2016


pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com