II.-CASO DEL MAIZ
CONSIDERACIONES
ESPECIALES EN PROGRAMAS DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
Pedro
Raúl Solórzano Peraza
Noviembre
de 2016
II.-CASO DEL MAIZ (Zea
mayz).
El
maíz es el cultivo más popular en el país, se puede decir que conocido por
todos los agricultores y también por todos los consumidores, quienes a diario
reclaman la arepa en sus comidas y en la actualidad luchan por conseguir aceite
de maíz para cocinar y aderezar platos de la comida criolla, además de la
cantidad de otros usos de este cereal. A pesar de esta popularidad y tradición,
ya que ha sido una planta clave desde la época de las civilizaciones
precolombinas de América Central y la zona del Mar Caribe, en Venezuela tenemos
un marcado déficit en su suministro tanto para consumo humano directo (maíz
blanco) como para uso forrajero (maíz amarillo).
Su producción se realiza prácticamente en todas
nuestras regiones agrícolas, siendo los principales productores el estado
Guárico en su sector centro-oriental; los estados de los Llanos Occidentales
Portuguesa, Barinas, Cojedes; Yaracuy y los estados orientales Anzoátegui,
Monagas y Bolívar. La producción es básicamente de secano mientras que la
producción de semilla híbrida certificada de maíz se realiza con riego. Un alto
porcentaje del maíz que se produce en Venezuela es blanco y destinado en su
mayoría a la industria de harina precocida para alimentación humana; sin
embargo, en la actualidad la producción de maíz amarillo que se utiliza en la
elaboración de alimentos balanceados para animales, está tratando de superar la
de maíz blanco debido a que existen genotipos de mayor capacidad de rendimiento
y la relación costo/beneficio para el agricultor es más favorable en el caso
del maíz amarillo.
La producción de harina precocida implica la
extracción de la mayor parte del aceite del grano de maíz, por lo que
paralelamente se producen en la industria unas 20.000 a 30.000 toneladas
de aceite de maíz para consumo humano derivadas del procesamiento de unas 800.000 a 1.000.000 de
toneladas de maíz al año, por lo que irónicamente, el maíz sin ser una
oleaginosa se convierte en uno de nuestros principales cultivos suplidores de
aceite vegetal. Casualmente, en estos días recientes, una de las noticias más
frecuente es la falta de materia prima para esta industria, lo cual motivó al
Dr. Pedro Piñate a escribir un artículo titulado “La arepa cuadrada”, que en
lenguaje coloquial significa la ausencia de la arepa en las mesas venezolanas.
El
maíz, además de ser el cultivo más
popular en el campo venezolano y en muchas partes del mundo, es quizás
la especie vegetal en la cual se ha realizado el mayor número de
investigaciones, con resultados que han permitido establecer un patrón
tecnológico para su producción, adaptado a las diferentes regiones de nuestro
territorio. Pero como permanentemente aparecen nuevas plagas y enfermedades,
nuevos problemas de combate de malezas, nuevos sistemas suelo-clima que se
incorporan a la producción de maíz y que tienen que ser cabalmente conocidos
para poder aplicar el mejor manejo posible, como cada día llegan al mercado
nuevos cultivares que tienen que ser evaluados en los diferentes sistemas
suelo-clima para ajustar el patrón tecnológico para su producción, la
investigación en este cultivo no puede detenerse. Los resultados de estas
investigaciones permitirían mantener los programas de producción comercial con
el mejor manejo para cada una de las regiones productoras.
Debido
a la competencia existente entre producir maíz blanco o amarillo, es
fundamental definir y aplicar políticas que motiven a los agricultores a sembrar maíz blanco hasta
cubrir nuestros requerimientos anuales, ya que por el mayor potencial de
rendimiento y amplitud en la gama de cultivares ofrecidos de maíz amarillo, los
productores tienen un justificado sesgo hacia su producción. Esto es muy
importante en la programación de las siembras comerciales de maíz, ya que el
grano blanco no tiene sustituto en la mesa venezolana, mientras que el amarillo
puede combinarse o compensarse con otros granos forrajeros, como por ejemplo,
el sorgo granífero.
Finalmente,
para ir disminuyendo las importaciones de maíz, tanto blanco como amarillo, ya
que históricamente hemos tenido déficit del primero para la industria de harina
precocida y de amarillo para la industria de alimentos balanceados para
animales, es preciso que con suficiente anticipación, se promuevan y organicen
programas de producción comercial de este cereal, asegurando a los productores
el suministro oportuno de todos los insumos que se requieren para el mejor
manejo del cultivo, en especial semillas de los cultivares de mejor
comportamiento en cada sistema suelo-clima del país.
Pedro
Raúl Solórzano Peraza
Noviembre
de 2016
pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com
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