miércoles, 2 de noviembre de 2016

IDEAS PARA DEFINIR POLÍTICAS AGRÍCOLAS EN LA VENEZUELA ACTUAL (Noviembre de 2016)

Pedro Raúl Solórzano Peraza

La producción agrícola en Venezuela se encuentra a niveles muy bajos en relación a la demanda de la población por alimentos y otros productos del  campo, por lo que la mayoría de esos requerimientos tienen que ser satisfechos con importaciones. Para solucionar esta situación y obtener una balanza agrícola positiva, que permita que tendamos hacia la tan necesaria soberanía alimentaria, uno de los aspectos más importantes es la aplicación de políticas agrícolas que favorezcan el incremento de la producción y de la productividad de los cultivos, tomando en consideración, entre otros, aspectos legales y financieros; recursos físico naturales; infraestructura, equipamiento y suministros agrícolas; demanda de los diferentes rubros por la población; recursos humanos incluyendo mano de obra asalariada, productores y profesionales del agro; aspectos sociales y aspectos geopolíticos.

Siendo la política un artificio que promueve la participación ciudadana en las acciones encaminadas a gobernar, presento algunas ideas que pueden ayudar a definir acertadas políticas que permitan la recuperación de la agricultura venezolana. Fundamentalmente, debemos partir de conocer qué vamos a producir, cuánto, dónde, con qué y con quién vamos a alcanzar la producción deseada o requerida.

1.-Qué vamos a producir: se necesita producir alimentos energéticos como azúcar, cereales y semillas oleaginosas; y fuentes de fibra y de proteínas.

Nuestra principal fuente de azúcar es la caña de azúcar y, los cereales, como fuente energética para consumo humano directo y más competitivos en nuestros sistemas suelo-planta-clima, son el maíz blanco y el arroz.

Las oleaginosas con más posibilidades en la actualidad son la palma aceitera, la soya y el girasol, y quizás el ajonjolí como fuente de una semilla y un aceite muy especiales. En cuanto a las fuentes de proteínas de origen vegetal tenemos nuevamente la soya y algunas leguminosas de grano; y como fuentes de proteínas de origen animal tenemos huevos, leche, carnes de diferentes especies domésticas y pescado.

Para aquella producción de proteína animal, cuya alimentación básica es con alimentos balanceados como los casos de aves y cerdos, se requiere una producción primaria previa de fuentes energéticas que se pueden cubrir con maíz amarillo y sorgo granífero, y de fuentes proteicas que se cubren mayormente con harina de soya y con tortas que son subproductos de otras especies vegetales. La alimentación para la producción de proteína animal a potreros, a pastoreo, es básicamente con especies forrajeras que van a aportar un poco de todo incluyendo fibras, minerales y vitaminas esenciales para la nutrición animal. Por supuesto, todo esto se complementa con otras fuentes vegetales en menor cuantía, además de suplementar con concentrados de minerales.

Una alimentación balanceada para mejorar el suministro de vitaminas y minerales esenciales para la población, la completamos consumiendo frutas y hortalizas, que provienen en su mayoría de cultivos bajo sistemas de producción intensivos; y consumiendo raíces y tubérculos como papa, yuca, ocumo, ñame y otros de menor importancia, los cuales necesitan fundamentalmente apoyos financiero y educativo para estimular la producción y mantenerla a niveles adecuados según la demanda.

Las políticas para orientar “qué vamos a producir”, deben estimular la siembra de aquellos cultivos en los cuales existan déficits en sus niveles actuales de producción, y que sean fundamentales para una sana alimentación de la población.

En relación a la proteína animal, además de los aspectos de su alimentación, deben considerarse políticas que promuevan el uso de las mejores razas para nuestros ambientes y sistemas de producción, así como el mejoramiento genético de los rebaños para incrementar la producción de estas proteínas, fundamentales en la alimentación de la población.

2.-Cuánto vamos a producir: en función de la seguridad alimentaria esperada, para saber cuánto vamos a producir, podemos basarnos sobre los requerimientos nutritivos de la población que permitan diseñar una adecuada guía de alimentación capaz de cubrir esos requerimientos. El Instituto Nacional de Nutrición (INN) debería ser el organismo líder en esta instancia, aunque también es imprescindible la cooperación de algunas organizaciones privadas y de expertos independientes que acumulan múltiples y acertadas experiencias en esta materia. Estos requerimientos se llevan a productos alimenticios para saber la cantidad de cada alimento que debe ser consumida anualmente por la población venezolana y que nosotros pudiéramos producir.

Para esta estimación de “cuánto vamos a producir”, además se deben revisar las estadísticas y considerar los datos históricos en cuanto al consumo de la población en cada rubro, lo cual ayudaría mucho en el diseño de los cultivos y la magnitud de cada uno. Lo importante es que se pueda ofrecer a la población venezolana una adecuada alimentación, y si es con productos provenientes de nuestros campos, mucho mejor.

Recordemos que la alimentación es quizás la necesidad prioritaria del ser humano, tal como se desprende de la pirámide de Abraham Maslow, donde jerarquiza esas necesidades de tal manera que se deben ir cubriendo primero las necesidades orientadas a la supervivencia, e ir subiendo hasta llegar a las que se orientan hacia el desarrollo, al crecimiento como persona. Dentro de las necesidades de supervivencia están las necesidades fisiológicas ocupando la base de esa pirámide, siendo quizás la alimentación el más importante componente de  este grupo y, por ello, representa la necesidad prioritaria de todas las personas.

Una vez que se hayan determinado los déficits de cada cultivo, las políticas agrícolas deben estar orientadas, en primer lugar, a promover su siembra en los sistemas suelo-planta-clima con mejores condiciones para cada cultivo; y luego, las superficies a sembrar para un cierre progresivo de la brecha entre oferta y demanda, se estiman considerando los rendimientos promedio en cada sistema, en cada región agrícola, información que se obtiene de las estadísticas que deben existir para cada cultivo. Una vez en progreso esta actividad, se debe considerar la producción de excedentes para exportación, en aquellos rubros en que esto sea posible y cuando se tenga un mercado seguro para su colocación.

3.-Dónde vamos a producir cada cultivo: con la participación de los especialistas en edafología, climatología y otras ciencias, se definen los sistemas suelo-clima mejor adaptados para cada cultivo, así como se establecen las fechas (períodos) de siembra más convenientes para cada caso en las siembras de secano, fechas que deben ser respetadas para poder esperar resultados exitosos. Esta información se complementa conjuntamente con los productores agrícolas, utilizando sus experiencias de larga data relativas a la producción de determinados cultivos en las diferentes regiones del país.

En relación a este punto, las políticas agrícolas deben favorecer realizar los estudios de suelo y de los recursos climatológicos que sean necesarios para ampliar la frontera agrícola de la manera más  segura posible, con conocimiento cabal de los recursos físico naturales de cada sitio; y deben ser muy enérgicas en el sentido de que se coloque cada especie en las regiones más adecuadas y se respeten las fechas de siembra, ya que las siembras fuera de fecha han sido causa de muchos fracasos en programas agrícolas que se han realizado en el país.

4.-Con qué produciremos: durante los años más recientes ha sido notoria la escasez de los insumos básicos para la agricultura, en todos los rubros y en todas las regiones del país. Las políticas agrícolas en este caso deben estar orientadas a facilitar, entre otras cosas, los trámites de registros, importación, producción, distribución de los distintos insumos, incluyendo semillas, plaguicidas, fertilizantes y maquinarias y equipos agrícolas. Con esto se busca que esos insumos lleguen a las unidades de producción a tiempo, en las cantidades requeridas, del tipo y calidad exigida por los agricultores.

Como ejemplos de esta situación se puede mencionar lo complicado que  es actualmente obtener el registro de algún insumo agrícola. Consideremos un fertilizante de aplicación foliar, que contiene agua como solvente, en ciertos casos contiene un pequeño porcentaje de algún extracto de origen orgánico y un 5% de una sal prácticamente inocua al ambiente en estas concentraciones, como puede ser sulfato ferroso. El expediente para el registro se lleva a las oficinas correspondientes, incluyendo el resultado del análisis cuantitativo y cualitativo del producto realizado por  un laboratorio autorizado por los entes oficiales, y en algunas oportunidades asignar el registro a ese producto tarda más de un año y hasta se han presentado casos con más de dos años de espera.

Los casos de insecticidas o fungicidas son aún más complicados, especialmente si son productos químicos que requieren un manejo especial. El caso de los fertilizantes de aplicación edáfica directa  es gravísimo, ya que la exclusividad en su producción, importación y distribución está asignada a Pequiven, además con unos subsidios exagerados trayendo como consecuencia que no hay libertad de mercado para estos productos y se presenta escasez y poca diversidad en los productos ofrecidos, lo que no permite elaborar los mejores programas de fertilización para tratar de optimizar los rendimientos de los cultivos.

Así como esos ejemplos, hay muchos otros obstáculos para que los insumos básicos para la producción agrícola lleguen a tiempo a las fincas. Por lo tanto, todo eso debe revisarse detalladamente y emitir  políticas agrícolas que permitan resolver todas estas limitaciones.

5.-Con quién produciremos: en el país existe un buen número de productores agrícolas, capacitados, con experiencia, en muchos casos especializados en determinados cultivos y manejando muy específicos sistemas de producción, quienes serán los  principales protagonistas de la actividad agrícola nacional. Gran parte de estos productores se encuentran agremiados en diversas asociaciones, las cuales son, entre otras cosas, centros de apoyo para facilitar las actividades de campo, legales, financieras, y también centros de divulgación y mejoramiento profesional de esos agricultores.

También existen los pequeños productores, quienes tradicionalmente han permanecido y vivido de lo que producen sus limitadas parcelas, que tienen que ser apoyados y mejorados en cuanto al suministro de recursos incluyendo asistencia técnica, y en cuanto a su calidad de vida que algunas veces es realmente marginal.

Además de los  productores, en el país hay centros de investigación y docencia para apoyar la actividad; profesionales de alto nivel y amplia experiencia en agricultura; y una disponibilidad laboral con tradición y conocimiento de las actividades de campo. Todos ellos deben ser beneficiados con políticas agrícolas que los apoyen en sus gestiones financieras y comerciales, ya que representan las personas con quienes produciremos los alimentos y otros bienes agrícolas, para tratar de lograr una necesaria e impostergable seguridad alimentaria.

6.-Otras políticas: en adición a las políticas específicas para la producción de campo, se tienen que decretar otras, en áreas conexas, que vayan dirigidas a  la solución de tantos problemas que afectan la vida y la tranquilidad de los productores. Algunas de estas políticas deben cubrir el área de financiamiento de la producción, incluyendo, además del apoyo para cubrir los costos directos de producción, las inversiones en infraestructura y en equipos y maquinarias agrícolas. Otras políticas dirigidas a asegurar la titularidad de las propiedades de los agricultores, así como para brindarles seguridad personal que es un deber constitucional de los gobernantes para con los ciudadanos. Otras orientadas a comprometer a las industrias receptoras de materia prima a llegar a acuerdos que sean satisfactorios para ellos, pero también para productores y consumidores.

En fin, para dictar políticas agrícolas eficientes es necesario revisar todos los aspectos que influyan sobre la marcha de la agricultura en su más amplia expresión, para que se pueda alcanzar éxito en esta actividad fundamental, no solo para la salud y supervivencia de nuestros conciudadanos, si no para su felicidad y disfrute pleno de la vida.

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Noviembre de 2016

www.pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com

pedroraulsolorzano@yahoo.com

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