IDEAS
PARA DEFINIR POLÍTICAS AGRÍCOLAS EN LA VENEZUELA ACTUAL (Noviembre de 2016)
Pedro
Raúl Solórzano Peraza
La
producción agrícola en Venezuela se encuentra a niveles muy bajos en relación a
la demanda de la población por alimentos y otros productos del campo, por lo que la mayoría de esos
requerimientos tienen que ser satisfechos con importaciones. Para solucionar
esta situación y obtener una balanza agrícola positiva, que permita que tendamos
hacia la tan necesaria soberanía alimentaria, uno de los aspectos más
importantes es la aplicación de políticas agrícolas que favorezcan el incremento
de la producción y de la productividad de los cultivos, tomando en
consideración, entre otros, aspectos legales y financieros; recursos físico
naturales; infraestructura, equipamiento y suministros agrícolas; demanda de
los diferentes rubros por la población; recursos humanos incluyendo mano de
obra asalariada, productores y profesionales del agro; aspectos sociales y aspectos
geopolíticos.
Siendo
la política un artificio que promueve la participación ciudadana en las
acciones encaminadas a gobernar, presento algunas ideas que pueden ayudar a
definir acertadas políticas que permitan la recuperación de la agricultura venezolana.
Fundamentalmente, debemos partir de conocer qué vamos a producir, cuánto, dónde,
con qué y con quién vamos a alcanzar la producción deseada o requerida.
1.-Qué
vamos a producir: se necesita producir alimentos energéticos como azúcar,
cereales y semillas oleaginosas; y fuentes de fibra y de proteínas.
Nuestra
principal fuente de azúcar es la caña de azúcar y, los cereales, como fuente
energética para consumo humano directo y más competitivos en nuestros sistemas
suelo-planta-clima, son el maíz blanco y el arroz.
Las
oleaginosas con más posibilidades en la actualidad son la palma aceitera, la
soya y el girasol, y quizás el ajonjolí como fuente de una semilla y un aceite
muy especiales. En cuanto a las fuentes de proteínas de origen vegetal tenemos
nuevamente la soya y algunas leguminosas de grano; y como fuentes de proteínas
de origen animal tenemos huevos, leche, carnes de diferentes especies
domésticas y pescado.
Para
aquella producción de proteína animal, cuya alimentación básica es con alimentos
balanceados como los casos de aves y cerdos, se requiere una producción
primaria previa de fuentes energéticas que se pueden cubrir con maíz amarillo y
sorgo granífero, y de fuentes proteicas que se cubren mayormente con harina de
soya y con tortas que son subproductos de otras especies vegetales. La alimentación
para la producción de proteína animal a potreros, a pastoreo, es básicamente
con especies forrajeras que van a aportar un poco de todo incluyendo fibras,
minerales y vitaminas esenciales para la nutrición animal. Por supuesto, todo
esto se complementa con otras fuentes vegetales en menor cuantía, además de
suplementar con concentrados de minerales.
Una
alimentación balanceada para mejorar el suministro de vitaminas y minerales
esenciales para la población, la completamos consumiendo frutas y hortalizas,
que provienen en su mayoría de cultivos bajo sistemas de producción intensivos;
y consumiendo raíces y tubérculos como papa, yuca, ocumo, ñame y otros de menor
importancia, los cuales necesitan fundamentalmente apoyos financiero y
educativo para estimular la producción y mantenerla a niveles adecuados según
la demanda.
Las
políticas para orientar “qué vamos a producir”, deben estimular la siembra de
aquellos cultivos en los cuales existan déficits en sus niveles actuales de
producción, y que sean fundamentales para una sana alimentación de la
población.
En
relación a la proteína animal, además de los aspectos de su alimentación, deben
considerarse políticas que promuevan el uso de las mejores razas para nuestros
ambientes y sistemas de producción, así como el mejoramiento genético de los
rebaños para incrementar la producción de estas proteínas, fundamentales en la
alimentación de la población.
2.-Cuánto
vamos a producir: en función de la seguridad alimentaria esperada, para saber
cuánto vamos a producir, podemos basarnos sobre los requerimientos nutritivos
de la población que permitan diseñar una adecuada guía de alimentación capaz de
cubrir esos requerimientos. El Instituto Nacional de Nutrición (INN) debería
ser el organismo líder en esta instancia, aunque también es imprescindible la
cooperación de algunas organizaciones privadas y de expertos independientes que
acumulan múltiples y acertadas experiencias en esta materia. Estos requerimientos
se llevan a productos alimenticios para saber la cantidad de cada alimento que
debe ser consumida anualmente por la población venezolana y que nosotros
pudiéramos producir.
Para
esta estimación de “cuánto vamos a producir”, además se deben revisar las
estadísticas y considerar los datos históricos en cuanto al consumo de la
población en cada rubro, lo cual ayudaría mucho en el diseño de los cultivos y
la magnitud de cada uno. Lo importante es que se pueda ofrecer a la población
venezolana una adecuada alimentación, y si es con productos provenientes de
nuestros campos, mucho mejor.
Recordemos
que la alimentación es quizás la necesidad prioritaria del ser humano, tal como
se desprende de la pirámide de Abraham Maslow, donde jerarquiza esas necesidades
de tal manera que se deben ir cubriendo primero las necesidades orientadas a la
supervivencia, e ir subiendo hasta llegar a las que se orientan hacia el
desarrollo, al crecimiento como persona. Dentro de las necesidades de
supervivencia están las necesidades fisiológicas ocupando la base de esa
pirámide, siendo quizás la alimentación el más importante componente de este grupo y, por ello, representa la
necesidad prioritaria de todas las personas.
Una
vez que se hayan determinado los déficits de cada cultivo, las políticas agrícolas
deben estar orientadas, en primer lugar, a promover su siembra en los sistemas
suelo-planta-clima con mejores condiciones para cada cultivo; y luego, las
superficies a sembrar para un cierre progresivo de la brecha entre oferta y
demanda, se estiman considerando los rendimientos promedio en cada sistema, en
cada región agrícola, información que se obtiene de las estadísticas que deben
existir para cada cultivo. Una vez en progreso esta actividad, se debe
considerar la producción de excedentes para exportación, en aquellos rubros en
que esto sea posible y cuando se tenga un mercado seguro para su colocación.
3.-Dónde
vamos a producir cada cultivo: con la participación de los especialistas en
edafología, climatología y otras ciencias, se definen los sistemas suelo-clima
mejor adaptados para cada cultivo, así como se establecen las fechas (períodos)
de siembra más convenientes para cada caso en las siembras de secano, fechas que
deben ser respetadas para poder esperar resultados exitosos. Esta información
se complementa conjuntamente con los productores agrícolas, utilizando sus
experiencias de larga data relativas a la producción de determinados cultivos
en las diferentes regiones del país.
En
relación a este punto, las políticas agrícolas deben favorecer realizar los
estudios de suelo y de los recursos climatológicos que sean necesarios para
ampliar la frontera agrícola de la manera más
segura posible, con conocimiento cabal de los recursos físico naturales
de cada sitio; y deben ser muy enérgicas en el sentido de que se coloque cada
especie en las regiones más adecuadas y se respeten las fechas de siembra, ya
que las siembras fuera de fecha han sido causa de muchos fracasos en programas
agrícolas que se han realizado en el país.
4.-Con
qué produciremos: durante los años más recientes ha sido notoria la escasez de
los insumos básicos para la agricultura, en todos los rubros y en todas las
regiones del país. Las políticas agrícolas en este caso deben estar orientadas
a facilitar, entre otras cosas, los trámites de registros, importación,
producción, distribución de los distintos insumos, incluyendo semillas, plaguicidas,
fertilizantes y maquinarias y equipos agrícolas. Con esto se busca que esos
insumos lleguen a las unidades de producción a tiempo, en las cantidades
requeridas, del tipo y calidad exigida por los agricultores.
Como
ejemplos de esta situación se puede mencionar lo complicado que es actualmente obtener el registro de algún
insumo agrícola. Consideremos un fertilizante de aplicación foliar, que
contiene agua como solvente, en ciertos casos contiene un pequeño porcentaje de
algún extracto de origen orgánico y un 5% de una sal prácticamente inocua al
ambiente en estas concentraciones, como puede ser sulfato ferroso. El
expediente para el registro se lleva a las oficinas correspondientes,
incluyendo el resultado del análisis cuantitativo y cualitativo del producto
realizado por un laboratorio autorizado
por los entes oficiales, y en algunas oportunidades asignar el registro a ese
producto tarda más de un año y hasta se han presentado casos con más de dos
años de espera.
Los
casos de insecticidas o fungicidas son aún más complicados, especialmente si
son productos químicos que requieren un manejo especial. El caso de los
fertilizantes de aplicación edáfica directa
es gravísimo, ya que la exclusividad en su producción, importación y
distribución está asignada a Pequiven, además con unos subsidios exagerados
trayendo como consecuencia que no hay libertad de mercado para estos productos
y se presenta escasez y poca diversidad en los productos ofrecidos, lo que no
permite elaborar los mejores programas de fertilización para tratar de
optimizar los rendimientos de los cultivos.
Así
como esos ejemplos, hay muchos otros obstáculos para que los insumos básicos
para la producción agrícola lleguen a tiempo a las fincas. Por lo tanto, todo
eso debe revisarse detalladamente y emitir
políticas agrícolas que permitan resolver todas estas limitaciones.
5.-Con
quién produciremos: en el país existe un buen número de productores agrícolas,
capacitados, con experiencia, en muchos casos especializados en determinados
cultivos y manejando muy específicos sistemas de producción, quienes serán
los principales protagonistas de la
actividad agrícola nacional. Gran parte de estos productores se encuentran
agremiados en diversas asociaciones, las cuales son, entre otras cosas, centros
de apoyo para facilitar las actividades de campo, legales, financieras, y
también centros de divulgación y mejoramiento profesional de esos agricultores.
También
existen los pequeños productores, quienes tradicionalmente han permanecido y
vivido de lo que producen sus limitadas parcelas, que tienen que ser apoyados y
mejorados en cuanto al suministro de recursos incluyendo asistencia técnica, y
en cuanto a su calidad de vida que algunas veces es realmente marginal.
Además
de los productores, en el país hay
centros de investigación y docencia para apoyar la actividad; profesionales de
alto nivel y amplia experiencia en agricultura; y una disponibilidad laboral
con tradición y conocimiento de las actividades de campo. Todos ellos deben ser
beneficiados con políticas agrícolas que los apoyen en sus gestiones financieras
y comerciales, ya que representan las personas con quienes produciremos los
alimentos y otros bienes agrícolas, para tratar de lograr una necesaria e
impostergable seguridad alimentaria.
6.-Otras
políticas: en adición a las políticas específicas para la producción de campo,
se tienen que decretar otras, en áreas conexas, que vayan dirigidas a la solución de tantos problemas que afectan
la vida y la tranquilidad de los productores. Algunas de estas políticas deben
cubrir el área de financiamiento de la producción, incluyendo, además del apoyo
para cubrir los costos directos de producción, las inversiones en
infraestructura y en equipos y maquinarias agrícolas. Otras políticas dirigidas
a asegurar la titularidad de las propiedades de los agricultores, así como para
brindarles seguridad personal que es un deber constitucional de los gobernantes
para con los ciudadanos. Otras orientadas a comprometer a las industrias
receptoras de materia prima a llegar a acuerdos que sean satisfactorios para
ellos, pero también para productores y consumidores.
En
fin, para dictar políticas agrícolas eficientes es necesario revisar todos los
aspectos que influyan sobre la marcha de la agricultura en su más amplia
expresión, para que se pueda alcanzar éxito en esta actividad fundamental, no
solo para la salud y supervivencia de nuestros conciudadanos, si no para su
felicidad y disfrute pleno de la vida.
Pedro
Raúl Solórzano Peraza
Noviembre
de 2016
www.pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com
pedroraulsolorzano@yahoo.com
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