lunes, 12 de diciembre de 2016

REUNIFICACIÓN

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Diciembre de 2016

Venezuela, desde que se convirtió en República, hoy ofrece las peores condiciones de vida a sus ciudadanos. Es una situación de descomposición en lo social, en lo moral, en lo político y en lo económico, que ha venido creciendo progresivamente durante todos los  años de este siglo, y tan desfavorable condición ha sido la obra de un pequeño grupo de personas, cuya estrategia fundamental ha sido dividir a la población.

Durante estos años del siglo XXI, el gobierno, sembrando la desunión en los ciudadanos, ha logrado innumerables victorias políticas que lo han conducido a consolidarse en el poder, de tal manera que hasta cualquier habitante del mundo puede ocupar la Presidencia de la República. También lo han conducido a que puedan apropiarse indebidamente de la mayor parte de la riqueza de nuestro petróleo, para con ella, ir a engrosar las cuentas mil millonarias de los más astutos personeros del régimen; le han permitido además que la impunidad alimente el desprecio por la vida batiendo marcas mundiales de número de asesinatos y otros delitos cometidos por las bandas de malandros que ellos mismos promueven y protegen.

Han logrado victorias con las que han podido burlarse de la Constitución, cuyos ejemplos más dramáticos provienen desde el Poder Electoral manejando a su antojo y con rectores vencidos las ocasiones y procesos electorales que demanda el país; desde el Poder Judicial compuesto, desde el Tribunal Supremo de Justicia hacia abajo, por personas incompetentes que no cumplen los requisitos para merecer estar en esas posiciones quienes, entre otras cosas, se han apoderado arbitrariamente de funciones ajenas a su despacho e injustamente han enviado a la cárcel a cientos de personas; y desde el Poder Ejecutivo, cuya cabeza es una persona que ha sido incapaz de mostrar su partida de nacimiento y que además no posee ninguna cualidad de ascendencia para gobernar a nuestro pueblo.

Por su lado, los movimientos opositores al gobierno han logrado unas pocas victorias políticas, pero la gran victoria ocurrió el 6 de diciembre del año pasado cuando se logró formar un Poder Legislativo con dos terceras partes de sus diputados perteneciendo a lo que se denominó Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Esta fue una victoria de una unidad, en aquel momento indestructible, que contó además con el apoyo de un pueblo cansado de tanta miseria y que luego de ese triunfo, se recreó con las expectativas de un futuro promisorio.

Casi un año después  de aquella maravillosa y esperanzadora victoria, el apoyo popular a esa unidad ha comenzado a enfriarse y a perderse la confianza en los dirigentes políticos de la oposición, debido a lo que se percibe como falta de resultados satisfactorios de su gestión. No se aprovechó ese apoyo popular para evitar tantas disposiciones arbitrarias del TSJ que han evitado que hasta ahora,  aquella AN opositora pueda cumplir con sus responsabilidades constitucionales. Sin embargo, parece ser que esas actitudes, aparentemente pasivas de nuestros dirigentes, son en buena medida justificables por las consecuencias dramáticas y dolorosas que para el pueblo venezolano pudieran causar acciones más precipitadas y agresivas.

¿Se le debe otorgar un voto de confianza a nuestros líderes opositores? La respuesta debe ser SÍ, pero al mismo tiempo pedirles más acción, evitar confrontaciones internas, no ocultar los logros o derrotas resultantes de sus acciones, eliminar aquellos voceros cuestionados por acciones contrarias al espíritu del movimiento opositor, renovar algunos cuadros de la organización si lo considerasen conveniente.

Paralelamente, los ciudadanos que queremos un cambio en la conducción del país debemos unirnos, pero más necesario aún es que los movimientos políticos de oposición se mantengan como un solo bloque, sólido, sin fisuras, para enfrentar este régimen que cada día incrementa la ruina de Venezuela. Debemos reunificarnos, que no es más que unir de nuevo una colectividad que en algún momento constituyó una unidad.

Unir a Primero Justicia, Voluntad Popular, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Vente Venezuela y los demás partidos y movimientos políticos que hacen vida en la oposición venezolana, no puede ser más difícil que lo logrado por nuestros héroes libertadores del siglo XIX cuando se unieron los ejércitos de líderes tan diferentes como Páez, Urdaneta y Bolívar, para enfrentar al poderoso ejército español y lograr nuestra independencia de ese yugo secular. Nuestros actuales luchadores políticos, que intentan liderar esta nueva emancipación de Venezuela, deben recordar que si bien Bolívar fue investido como El Libertador, hubo otros cientos de combatientes que también han sido investidos y respetados como héroes de aquella prolongada guerra. Si logramos el objetivo de consolidar un nuevo y fructífero gobierno para nuestra patria, todos serán igualmente héroes de esta nueva gesta libertaria.


Pedro Raúl Solórzano Peraza
Diciembre de 2016

pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com


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