Los nutrientes en el suelo
están distribuidos en las diferentes fracciones de la fase sólida y de alguna
forma están relacionados con los nutrientes en la solución del suelo. Estas son
las relaciones que representan la cantidad “Q” de un nutriente en la fase
sólida del suelo y la intensidad ”I” de ese nutriente en la solución.
Intensidad: es la
concentración de un nutriente en la solución del suelo, desde donde las raíces
de las plantas lo absorben.
Cantidad: es el “pool
lábil” o fracción rápidamente intercambiable, que alimenta a la solución del
suelo cuando su concentración (I) disminuye.
Esta relación
entre Q e I es una relación directa, ya que al aumentar Q tiende a aumentar I y
es válida en esta misma forma para cualquier nutriente; sin embargo, por su
importancia en la nutrición vegetal, han sido ampliamente estudiadas con el
potasio (K). Esta relación de equilibrio es muy dinámica, ya que a medida que
la concentración de K en solución disminuye porque las plantas lo absorben, el
K intercambiable comienza a enviar K a la solución para restablecer el nivel de
equilibrio. Esta concentración de equilibrio de K, o actividad de este
nutriente en la solución del suelo [ARKe=aK/(aCa+aMg)1/2],
provee una medida satisfactoria del potencial de K en un suelo o del factor
Intensidad (I), y debe mantenerse sobre cierto nivel crítico para que las
plantas dispongan de suficiente potasio para su nutrición.
La concentración
de equilibrio de K en solución o intensidad (I) no es igual para todos los
suelos y depende fundamentalmente de la cantidad de potasio presente, contenido
de arcilla y su mineralogía. Por esta razón, varios suelos pueden tener la
misma intensidad, pero difieren en su capacidad o habilidad para mantener la
concentración de equilibrio dentro de un rango crítico a medida que las plantas
absorben potasio. Debido a eso, se requiere evaluar un parámetro que determine
la cantidad potencial de K presente en el suelo y de allí la importancia de
conocer estas Relaciones Cantidad/Intensidad (Q/I).
Las relaciones
Cantidad/Intensidad o relaciones Q/I miden la cantidad de K adsorbido en el
complejo de intercambio catiónico a una determinada intensidad (actividad o
concentración de K en solución). Además, determinan la Capacidad Tampón
Potencial (PBC: Potential Buffer Capacity) de K (PBCK) que
representa la resistencia del suelo al cambio en contenido de K, o dicho de
otra forma, la capacidad del suelo para suplir K continuamente.
Para medir las
curvas Q/I, a una misma cantidad de suelo se añaden soluciones con concentraciones
crecientes de K, después de un tiempo se logra el equilibrio en el suelo y se
mide la actividad de K en solución. En las muestras donde se aplican soluciones
con concentraciones bajas de potasio, se libera K del suelo a la solución;
mientras que en las muestras donde se aplican soluciones con concentraciones
altas de potasio, ocurre lo contrario para establecer el equilibrio en ese
suelo. Con esta información se hace un gráfico Q/I colocando la cantidad de K
liberada o adsorbida por el suelo en el eje Y (factor Q) y en el eje X se
coloca la cantidad de K remanente en solución (ARKe) o
factor I. Los incrementos en Q con respecto a los incrementos en I representan
la capacidad del suelo para suplir K o PBCK.
Una adaptación de
este concepto de las relaciones Q/I se logra relacionando un estimado de Q como
es el K aprovechable del suelo determinado por extracción con solución de
acetato de amonio normal, y un estimado de I como es la concentración de K en
el extracto de pasta saturada del suelo. Ésta sería una versión de las
relaciones Q/I muy diferente a las originales, en las cuales la cantidad (Q)
depende de las cantidades de K añadidas al suelo en las soluciones de
diferentes concentraciones. O sea, en el
concepto original de las relaciones Q/I, Q va a depender de la concentración de
I añadida al suelo. En esta adaptación, relacionando la concentración de K
extraído con acetato de amonio normal como estimado de Q, y la concentración de
K en el extracto de pasta saturada como estimado de I, la variable dependiente
es I ya que depende del valor de K intercambiable, razón por la cual se coloca
I en el eje Y, y los valores de K intercambiable como estimado de Q, se colocan
en el eje X [Y=f(X)].
Ya se ha señalado que la relación
Q/I no es igual en todos los suelos, y hay una tendencia a que a medida que la
textura del suelo es más gruesa, la concentración de un nutriente en la
solución tiende a ser mayor para un mismo valor de Q. Por esto, en suelos
arenosos la mayor parte de un nutriente se encuentra en solución, y con un
régimen pluviométrico alto, pueden ocurrir pérdidas importantes de los
nutrientes por lixiviación. En estos casos, el fraccionamiento de las dosis de
fertilizantes a aplicar es indispensable, para poder asegurar un suministro
prolongado de ese nutriente durante el ciclo de cultivo. Por otro lado, en
suelos con alto contenido de arcilla se van a requerir cantidades relativamente
altas de K intercambiable (Q) para que se pueda lograr la concentración de
equilibrio crítica de ese nutriente en la solución del suelo (I).
Los análisis de suelo con fines
de fertilidad reportan los valores de K intercambiable extraído con solución
normal de acetato de amonio, con los cuales se establecen los rangos alto, medio
y bajo de disponibilidad para las plantas. Pero esos rangos se han establecido
sin tomar en cuenta el contenido de arcilla. Por esa razón, en la
interpretación de los reportes de laboratorio, es bueno asociar el nivel de K
aprovechable con el contenido de arcilla, ya que si el suelo es muy arcilloso
puede ser que un valor reportado medianamente alto, sea insuficiente para
mantener una concentración crítica de K en solución, y se tengan que ajustar
las recomendaciones de dosis de fertilizantes potásicos.
Recordemos que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de
alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.
En Amazon
está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la
agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de
fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor
trato a los suelos y al ambiente en general,
https:/www.amazon.com/dp/1973818078/
Pedro Raúl Solórzano Peraza
Junio de 2018.
No hay comentarios:
Publicar un comentario