Muchos analistas políticos y económicos,
frecuentemente refieren que el gobierno revolucionario de Venezuela ha
destruido el “aparato productivo”, por supuesto, dentro de ese aparato
productivo se encuentra la agricultura.
También es frecuente que al referirnos a la hecatombe
de la agricultura venezolana, mencionamos que las políticas agrícolas han sido
un fracaso total, y algunos más extremistas, señalamos que no han existido
políticas agrícolas en estos veinte años de “revolución” porque tampoco han
existido, en los niveles correspondientes, personas capacitadas para hacer esas
políticas. Los funcionarios de turno lo que han hecho es decir “vamos a hacer”,
“vamos a satisfacer la demanda interna de alimentos y vamos a exportar los
excedentes”, “vamos a importar tantas toneladas de insumos para cubrir la
demanda de los agricultores”, “vamos a invertir……”, etc, etc. Pero no hacen
nada, ni harán porque no saben o porque no quieren, porque eso es parte de una
venganza alimentada por odios irracionales y por envidias que corroen la
posible felicidad de los gobernantes.
Concretamente, el socialismo del siglo XXI ha acabado
con la infraestructura de apoyo a la agricultura, con la seguridad para los
agricultores en el campo y con la seguridad jurídica de sus propiedades y otros
bienes; ha acabado con la maquinaria y equipos al negar recursos para su
renovación y repotenciación. En relación a los recursos suelo y agua, ha
contribuido a la destrucción de zonas tan vulnerables como la Guayana, donde
destruye los suelos y el paisaje, se roba las riquezas minerales y afectan
cuencas hidrográficas tan importantes para la conservación del agua, y
consecuentemente, para la generación de hidroelectricidad. Ha acabado con el
suministro de insumos al expoliar empresas especializadas en el ramo y utilizar
esta actividad como centro de corrupción. Ha acabado con los institutos de
educación e investigación agrícolas. No hay extensión agrícola ni asistencia
técnica de calidad para los productores. Acabó con PDVSA y ha regalado el
Esequibo. Nos ha robado la dignidad al arrodillarse ante los hermanos Castro de
Cuba, y dejarlos penetrar instituciones tan delicadas como las Fuerzas Armadas,
el sistema de identificación, el manejo de los puertos, registros y notarías y
paremos de contar.
Las zonas agrícolas, especialmente aquellas que hacen
frontera con Colombia, están totalmente controladas por esos movimientos
irregulares, guerrilleros, de las FARC y ELN, extranjeros que mandan en nuestro
territorio. No les avergüenza izar la bandera cubana en cualquier pedazo de
territorio venezolano o institución pública, como cuando los conquistadores
dominan al adversario y en compensación adquieren los derechos sobre las áreas
y bienes conquistados. Es decir, nos han robado hasta la soberanía de nuestro
territorio, que nos fuera entregado para su disfrute y desarrollo por nuestros
libertadores del siglo XIX, quienes expusieron sus vidas ante los ejércitos del
Imperio Español y regaron con sangre nuestras tierras.
Algunas veces pienso, con todo este saqueo que han
hecho de nuestras riquezas, de nuestra dignidad, con esta destrucción de
nuestra agricultura, solo falta que se roben también el nitrógeno del aire para
que los microorganismos simbióticos, asociados y de vida libre, no puedan
fijarlo al suelo y para que nuestra industria petroquímica no pueda producir
fertilizantes nitrogenados. De esa manera, sin nitrógeno, las plantas no
crecerán y será la ruina de los valientes agricultores que aún insisten en
colaborar con la alimentación del pueblo. También, con esa habilidad que tiene
el socialismo del siglo XXI para robar y acabar con todo, pudiera destruir el
sol para que las plantas no puedan realizar la fotosíntesis, no haya producción
primaria y podamos morir de hambre más rápidamente que en los actuales
momentos. Adelante revolucionarios, con su capacidad para robar y destruir,
vayan a robarse el nitrógeno del aire y a destruir el sol, que es lo único que
les falta para que lleguemos a la hecatombe total de la agricultura venezolana.
Recordemos que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de
alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.
En Amazon
está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la
agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de
fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor
trato a los suelos y al ambiente en general,
https:/www.amazon.com/dp/1973818078/
Pedro Raúl Solórzano Peraza
Junio de 2018.
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