La expresión Hambre Oculta
es muy elocuente y puede ser padecida por las plantas cuando hay fallas en su
nutrición, así como por nosotros, los humanos, por alguna insuficiencia
nutritiva. Hambre oculta es simplemente un estado ocasionado por una nutrición
desbalanceada o insuficiente, que no alcanza niveles tan elevados como para
generar la manifestación de la sintomatología característica según el nutriente
deficiente. En humanos podemos encontrar personas que se han debilitado pero
están aparentemente sanas cuando están sentadas o, de alguna manera, reposando.
Al incorporarse a alguna actividad pueden manifestar lentitud de movimientos,
mareos, una enorme flojera, lo cual puede ser indicativo de una anemia por
deficiencia en la ingesta de hierro (Fe). Esto pudiera ser una situación de
hambre oculta y al continuar un suministro insuficiente de Fe, se pasa a una
anemia clorótica ya que esa persona puede comenzar a mostrarse muy pálida
porque disminuyen sus niveles de hemoglobina, de cuya molécula el Fe forma
parte importante. Es decir, esa persona pasa de la etapa de hambre oculta a la
etapa de manifestación de síntomas visuales de deficiencia nutritiva.
En las plantas ocurre lo
mismo, y se puede apreciar muy claramente al analizar una curva que represente
la respuesta de las plantas a las aplicaciones de un nutriente que se encuentra
en niveles insuficientes en la solución del suelo. Veamos una relación general entre crecimiento de una
planta y el suministro de nutrientes:
Si
se considera el crecimiento de una planta en un suelo con limitada suplencia de
un nutriente esencial, al cual se le aplican dosis crecientes de ese nutriente
limitante, se obtiene la relación general que se ilustra en la figura siguiente.
El punto de partida de esa relación es un crecimiento limitado de la planta
cuando no se aplica el nutriente o la dosis es cero (X=0). A pesar de no
aplicar fertilizante, ocurre cierto crecimiento de la planta dependiente del
bajo nivel del nutriente limitante en la solución del suelo. A medida que se
van aplicando dosis crecientes del nutriente (X=1, 2, 3,...,n), el crecimiento
(o rendimiento) de la planta va incrementándose progresivamente hasta llegar a
un punto máximo, y todo este sector de la curva representa una respuesta
positiva de la planta a la aplicación de este nutriente. Por supuesto, si el
nivel inicial del nutriente en el suelo hubiera sido satisfactorio, no hubiera
ocurrido esta zona de respuesta a su aplicación. En este sector de respuesta a
la aplicación del nutriente en cuestión, hay dos áreas diferentes, una en la
cual la insuficiencia es tan grande que la planta muestra síntomas
característicos de deficiencia nutritiva y, a continuación, otra área donde la
suplencia del nutriente es insuficiente pero la planta ya no muestra los
síntomas, por lo que se denomina zona de hambre oculta.
Relación general entre crecimiento o rendimiento de
un cultivo y suplencia de nutrientes
Si
continuamos la dirección de la curva, se aprecia un sector donde el rendimiento
es estable, no continúa aumentando a pesar de seguir aplicando dosis crecientes
del nutriente, es la zona de rendimiento máximo donde aumentos en la dosis de
fertilizante no originan incrementos en los rendimientos, aunque si puede
aumentar la concentración del nutriente en los tejidos representando el
fenómeno que se conoce como “consumo de lujo”. Finalmente, tenemos un sector de
la curva en el cual los rendimientos disminuyen por efecto de las dosis
excesivas del nutriente que llegan a causar algún tipo de toxicidad, y esto
representa una respuesta negativa de la planta a esas altas dosis del
nutriente.
Entre la zona de respuesta
de la planta a la aplicación de nutrientes y la zona de rendimiento máximo
existe un sector que se denomina “rango crítico”, el cual generalmente se
establece entre 90 y 100% del rendimiento máximo y representa un rango de
valores en el cual se debe realizar la aplicación de fertilizantes ya que por
debajo estamos dejando de propiciar mejores rendimientos y por encima estamos
mal gastando los fertilizantes porque podemos llegar a la zona de consumo de
lujo.
Lo importante de conocer
estos conceptos, es que el agricultor puede estar limitando la productividad de
su cultivo porque las dosis de fertilizantes aplicadas son insuficientes y las
plantas se encuentran en la zona de hambre oculta. En esas condiciones, el
agricultor no se percata de la condición de mal nutrición por la que atraviesa
el cultivo ya que no hay manifestación de síntomas visuales, y esto ratifica
una vez más la necesidad de que se disponga de un análisis de suelo que oriente
mejor hacia la recomendación de dosis adecuadas de fertilizantes. También
resalta la importancia de que se realicen análisis de tejidos de plantas que
van a indicar directamente su estado nutritivo, y nos permite mejorar los
programas de fertilización en ciclos de cultivos sucesivos.
Recordemos que: SIN
FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de alimentos que necesitamos
para satisfacer los requerimientos de la población.
En Amazon está a la venta el libro del autor:
“Fertilidad de suelos y su manejo en la agricultura venezolana”. Tiene
información muy útil para mejorar la práctica de fertilización de los cultivos,
con miras a una mayor productividad y a un mejor trato a los suelos y al
ambiente en general.
Pedro Raúl Solórzano
Peraza
Septiembre 2017
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