martes, 3 de diciembre de 2019

SORGO GRANIFERO [Sorghum bicolor (L.) Moench] un cultivo rústico que puede resurgir en la crisis



En Venezuela la actividad agrícola ha desmejorado tanto en los últimos años, que para comprender la realidad de la mayoría de los cultivos y su contribución a la cadena alimenticia debemos hurgar un poco en el pasado, en su historia. Esto quizás sea muy necesario en el caso del sorgo granífero, el cual probablemente ha sido el cultivo con mayor crecimiento explosivo en un momento determinado, con uno de los índices de crecimiento interanual más elevado en toda la historia de nuestra producción agrícola, que se estableció muy rápidamente especialmente en regiones ganaderas, llegando a cubrir cientos de miles de hectáreas, cuya producción se ha estancado y hoy en día trata de sobrevivir en unas 200.000 hectáreas en algunas regiones del país.

El sorgo granífero es un cultivo industrial, pues su grano, el cual es su principal producto, se utiliza en grandes proporciones como fuente energética en la elaboración de alimentos balanceados para animales, por lo que se considera un grano forrajero. Por otro lado, luego de la cosecha del grano hay un forraje remanente como producto secundario, que puede ser utilizado directamente por el ganado en pastoreo o puede ser henificado, por lo que este cultivo debe ser el mejor aliado de los ganaderos. Si se elabora heno, el sorgo es capaz de producir una soca que puede ser igualmente henificada o pastoreada como forraje fresco. Como todo cultivo industrial de uso masivo, es totalmente mecanizado.

Comparativamente con otras especies cultivadas, el sorgo granífero posee una aceptable rusticidad en cuanto a su comportamiento ante el ambiente, lo cual le permite que pueda producirse económicamente bien en áreas, regiones o épocas que ofrezcan condiciones limitantes para la explotación de otros cultivos, por lo que tiene grandes probabilidades de crecer sin competir por espacios con otros cultivos más exigentes como el maíz. Durante muchos años hemos tenido un déficit elevado de granos forrajeros que en el pasado se cubrió con la importación de trigo de segunda (US Nº2) y luego de sorgo, y que en la actualidad se debería cubrir con la importación de alrededor de 1.000.000 de toneladas de maíz amarillo. Quiere decir, que existe en el país una gran oportunidad para que este cultivo crezca considerablemente y pase a cubrir una brecha en el suministro de material energético para la alimentación animal.

En Venezuela, el sorgo granífero tuvo un gran auge a partir de 1970, comenzó a crecer vertiginosamente llegando a convertirse en regiones como el noreste del estado Guárico en un cultivo de doble propósito, ya que como ha sido mencionado,  luego de enviar su grano a la industria, su forraje se convirtió en el alimento principal para sustentar y sedentarizar una ganadería trashumante por la escasez de forraje durante la época seca. En esta región se llegaron a sembrar más de 200.000 ha/año, y aunque Guárico sigue siendo el principal productor de este cereal, en los últimos años la superficie sembrada ha rondado unas 60.000 ha/año. Esto es indicativo del gran potencial de esta región para incrementar el cultivo del sorgo granífero.

A un alto nivel de abstracción, se puede señalar que con excepción de áreas montañosas y zonas bajas inundables, cualquier región del país con suelos de texturas medias a pesadas y una precipitación superior a 400 mm concentrados en un período de 4 meses, es potencialmente apta para la producción de sorgo granífero de secano. Es así como el estado Guárico, con extensas áreas de dudosa precipitación para producir maíz, ha sido en muchos años el principal productor nacional de sorgo en Venezuela.

Además de Guárico, otras zonas para la producción de sorgo granífero, actuales y potenciales, son extensos sectores de los Llanos Orientales de Anzoátegui y Monagas que hoy ocupan, respectivamente, el segundo y quinto lugar en la escala de producción nacional; luego Portuguesa, Barinas y Cojedes con la siembra durante el período de nortes o en sectores de los llanos altos de estos estados; sigue Aragua que ha tenido un crecimiento importante en los últimos años; y sectores de Zulia, Yaracuy y Lara en menor escala. Se debe señalar, que durante el período 2002-2007, el estado Portuguesa fue el principal productor nacional de sorgo, llegando en el 2003 a un record de 134.000 ha sembradas; por lo tanto, ésta es otra región con gran potencial para la producción de este cereal con siembras que se deben realizar desde comienzos de septiembre hasta finales de noviembre, ya que más allá de esta fecha pueden presentarse serios problemas de ataques de pájaros. En estas siembras de sorgo como segundo cultivo, se aprovecha muy bien el efecto residual del fertilizante aplicado al cultivo de lluvias (generalmente maíz o arroz), lo cual contribuye a disminuir significativamente los costos de producción.

Ahora que la soya está siendo de interés para los agricultores y las probabilidades de que crezca la superficie sembrada son muy altas, la otra pata importante para apoyar la alimentación animal es una abundante fuente de carbohidratos, la cual se encuentra muy deficitaria en la actualidad, y el sorgo granífero, en medio de la crisis que atraviesa nuestra agricultura, pudiera ser de gran importancia para llenar este vacío.

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