ALGUNAS
IDEAS PARA LA PRODUCCIÓN DE SOYA EN VENEZUELA
(CUARTA
PARTE DE UN TOTAL DE CUATRO)
Pedro
Raúl Solórzano Peraza
Mayo
de 2017.
IV/4.-CON
QUÉ VAMOS A SEMBRAR SOYA (2ªparte) Y COSECHA
En la sección anterior se incluyeron los aspectos de
semillas y fertilización, en esta parte incluiremos los aspectos fitosanitarios
y la cosecha o recolección para completar la etapa de campo en la producción de
este maravilloso cultivo.
Manejo
de malezas: las malezas constituyen uno de los
factores o agentes bióticos que más afectan negativamente a los cultivos, pues
interfieren o compiten con él por elementos que le son esenciales para su
normal desarrollo.
La habilidad de la soya para competir con malezas es
limitada, ya que es una especie C3 mientras que la mayoría de las malezas que
crecen asociadas con ella son especies C4. Las plantas C4 son
fotosintéticamente más eficientes que las C3, tienen menor sensibilidad a altas
temperaturas y menor coeficiente de transpiración, asimilan mejor el CO2
ya que no tienen fotorespiración aparente, son de rápido crecimiento, todo lo
cual capacita a estas especies para competir ventajosamente con la soya.
En soya entonces es indispensable realizar un adecuado
manejo de las malezas, para lo cual existen diversos métodos de control tales
como algunas prácticas culturales, métodos manuales y mecánicos, métodos
físicos como las quemas y el método químico, que en el caso de la soya dispone
de una amplia gama de herbicidas de aplicación pre y posemergente, para combate
de plantas de hoja ancha, de gramíneas y de ciperáceas. Para decidir sobre el
control químico, se recomienda analizar las poblaciones de malezas, especies
predominantes, etapa de desarrollo de malezas y plantas de soya, lo cual
conducirá a la selección del producto más adecuado en cada caso. Lo importante
es recordar que debemos combatir las malezas para poder aspirar a altos
rendimientos y buena calidad del grano de soya. En caso de necesidad, se
recomienda buscar un asesoramiento técnico adecuado para tomar las mejores
decisiones en el combate de malezas en soya.
Como una orientación en la selección de herbicidas se
incluye el siguiente resumen de cuándo aplicarlos y tipo de malezas que combate:
Basagran 480, en mínima labranza y posemergencia
temprana, hoja ancha y ciperáceas.
Brioso 10 SL, en posemergencia temprana, hoja ancha y
pocas gramíneas.
Classic, hasta posemergencia intermedia, hoja ancha.
Command 4, en mínima labranza, preemergencia y posemergencia
temprana; gramíneas.
Doblete 200, desecante de contacto no selectivo.
Dual Gold, en presiembra incorporado y preemergencia,
gramíneas y ciperáceas.
Flex, en posemergencia total, hoja ancha.
Glyfosatos, desecante sistémico no selectivo, en mínima
labranza y presiembra.
Gramisso CE 480, en preemergencia, gramíneas.
Gramocil y Gramoxone, mínima labranza y presiembra, no
selectivos.
Hache Uno 2000, en posemergencia total, gramíneas.
Hexone 70 PM y Hexone Fácil 70 GD, en preemergencia y
posemergencia temprana, gramíneas y hoja ancha.
Linurex, en preemergencia, gramíneas y hoja ancha.
Prowl 400, en preemergencia, fundamentalmente gramíneas.
Zulu 900 EC, en preemergencia, fundamentalmente
gramíneas.
Manejo
de plagas: para esta actividad se sugiere la
aplicación del manejo integrado de plagas (MIP) que se refiere al uso de todas
las técnicas disponibles, integradas de una manera armoniosa para mantener las
plagas a niveles poblacionales que no causen daño económico al cultivo de la
soya.
Para tomar decisiones acertadas de control se debe
disponer de una estimación de los niveles de población de los insectos plaga,
para lo cual el monitoreo o seguimiento diario de los campos es imprescindible.
Es conveniente considerar, que la planta de soya tolera hasta medios niveles de
defoliación temprana, durante las etapas de desarrollo vegetativo, pero desde
el inicio de floración hasta el llenado de granos se debe defender el follaje
para lograr evitar pérdidas significativas en el rendimiento final.
Los insectos plaga tienen muchos enemigos naturales como
arañas, insectos de varios órdenes, parasitoides de huevos y larvas, hongos
entomopatógenos, bacterias, virus y nemátodos, que permiten implementar medidas
de control biológico. Para un acertado control de plagas se deben identificar
bien y conocer sus hábitos, biología y época de aparición; disponer de umbrales
económicos (UE) para aplicar las medidas de control; conocer los enemigos
naturales y el modo y mecanismo de acción de los insecticidas para utilizar
aquellos selectivos y compatibles con el MIP, sin olvidar su manejo adecuado
para evitar la aparición de resistencia.
La soya es atacada por insectos defoliadores donde se
incluyen larvas de lepidópteros como el gusano del frijol (Anticarsia gemmatalis) y el falso medidor (Pseudoplusia sp.) que consumen gran cantidad de follaje. El UE para
el control de estas larvas es de 40 larvas por pase de malla o 30% de
defoliación. Coleópteros como los coquitos perforadores (varios géneros de la
familia Chrysomelidae) que pueden causar niveles importantes de defoliación y
el UE es cuando se estime 30% de defoliación.
También la soya está expuesta a ataques de insectos
chupadores, que en el caso de los chinches (varios géneros de la familia
Pentatomidae), pueden causar un daño enorme cuando el cultivo se encuentra en
etapa de desarrollo de los frutos, durante el llenado de granos, llegando a
causar hasta vaneamiento total de las vainas. El control debe iniciarse al
conseguir de 2 a 4 adultos o ninfas en 2 metros de hilera.
Otra plaga importante en soya es la mosca blanca (Bemisia tabaci) cuyo principal peligro
está asociado a la transmisión de enfermedades virales y tiene una gran
cantidad de plantas hospederas. Su control se complica cuando se deja que las
poblaciones se incrementen considerablemente.
También pueden tener importancia económica ataques de
bachacos (Atta sexdens) que cortan
follaje y flores, y los insectos que tienen acción de cortadores de plantas
recién germinadas entre los cuales hay larvas de lepidópteros, grillo común (Gryllus assimilis) y perro de agua (Neocurtilla hexadactyla).
Control
de enfermedades: las enfermedades representan
uno de los factores más limitantes de la producción y calidad de los granos de
soya, además de ser de difícil control. La siembra de extensiones importantes
bajo el sistema de monocultivo, empleándose cultivares genéticamente
semejantes, puede conllevar al aumento de enfermedades causadas por hongos,
bacterias, virus y nemátodos, que afecten considerablemente los rendimientos
del cultivo y hasta causar pérdida total de los campos.
La aparición e importancia de las enfermedades varía de
año en año en las zonas productoras, dependiendo de los cultivares empleados,
condiciones climáticas durante el ciclo del cultivo, época de siembra y algunas
prácticas agronómicas implementadas. En nuestras condiciones, las elevadas
temperaturas y humedad relativa ambiental, favorecen los ataques,
principalmente, de hongos fitopatógenos.
En la producción de soya se debe prestar mucha atención a
la presencia de enfermedades por las consecuencias tan graves que pueden
causar; por lo tanto, se deben considerar algunos aspectos como el uso de
variedades resistentes a las principales enfermedades, aplicación de prácticas
agronómicas que tiendan a disminuir la incidencia de patógenos como densidad y
época de siembra adecuadas, rotación de cultivos, eliminación de restos de
cosecha, y el uso del control químico cuando sea factible. Por lo delicado que
puede ser la presencia de enfermedades en los campos de cultivo, se sugiere,
para su manejo, disponer de un adecuado asesoramiento técnico.
Cosecha:
la recolección del grano de soya debe
realizarse en forma mecanizada mediante el uso de las cosechadoras combinadas,
con los ajustes correspondientes, para una elevada eficiencia y disminución de
las pérdidas de granos, que pueden ser muy altas debido a la deshicencia
fisiológica de las vainas y a la mala operación de los equipos.
La cosecha de la soya debe iniciarse tan pronto los
campos de cultivo alcancen el estado R8 (95% de las vainas han alcanzado su
color típico de vainas maduras. En general se requieren de 5 a 10 días de
ambiente seco después de R8 para que las semillas alcancen menos de 15% de
humedad); por lo tanto, el productor debe estar preparado con anticipación con
la maquinaria necesaria, sitio de recepción y acondicionamiento de los granos,
almacén adecuado, etc., ya que tan pronto se alcance la maduración del grano,
comienza su deterioro.
Durante la recolección es normal que ocurran pérdidas,
pero es necesario que éstas sean reducidas a un mínimo para mejorar la
rentabilidad. Para poder reducir las pérdidas es necesario conocer sus causas,
algunas de las cuales son: una mala preparación de tierras que cause
oscilaciones pronunciadas de la mesa de corte; inadecuado espaciamiento,
densidad de plantas y época de siembra, que en conjunto afectan la altura
normal de las plantas y la altura de inserción de las vainas inferiores; uso de
variedades poco adaptadas que puede resultar en inserción de vainas muy bajas o
excesivo acame; presencia de malezas durante la cosecha; humedad del grano
inadecuada estableciéndose como humedad ideal para la recolección entre 13 y
15%. En relación a esta última causa de pérdida de granos, cabe agregar que a
medida que disminuye el contenido de humedad de los frutos éstos tienen la
tendencia a abrirse esparciendo los granos sobre el suelo. Además, se ha
determinado que con alto contenido de humedad (más de 20%) los granos tienen la
cutícula muy suave y pueden ser triturados con facilidad y muchas vainas verdes
no son trilladas; por otro lado, una humedad inferior a 10% puede provocar gran
cantidad de granos partidos.
En conclusión, para una cosecha eficiente se debe manejar
bien el cultivo desde la preparación del terreno, se debe iniciar la cosecha
con una humedad de grano adecuada y realizar una operación bastante precisa de
la combinada. Esta última debe incluir al menos la operación del molinete a
velocidad ligeramente superior al desplazamiento de la máquina, una posición de
la mesa de corte suficientemente baja para recolectar la mayor cantidad posible
de vainas, una velocidad de desplazamiento de la máquina entre 3 y 5 km/h , abertura del cóncavo
entre 3/8” y 1” ,
velocidad del cilindro cerca de 400 r.p.m. y velocidad del ventilador por
debajo de 750 r.p.m.
Se sugiere que al comenzar la cosecha se realice una
evaluación de pérdidas para ajustar convenientemente el equipo. Para ello se
puede utilizar un marco de madera o metal de 2 m2, cuyo mayor
lado debe ser igual al largo de la mesa de corte de la combinada, es decir, si la
mesa tiene 3,4 m
de largo, el lado menor se calcula dividiendo 2 entre 3,4 y el resultado es
0,588, por lo tanto los lados del rectángulo serán 3,4 m x 0,59 m . Este marco se coloca
a todo lo ancho del corte de la combinada en un campo recién cosechado y se
recolectan y pesan los granos dentro del rectángulo. La pérdida se calcula de
la siguiente manera:
GSR
= peso de los granos de soya recolectados
dentro del área del rectángulo expresado en gramos.
GSP
= gramos de soya perdidos, o cantidad de soya perdida.
GSR
x 5 = GSP en kg/ha
Por ejemplo, si recolectamos 53 gramos de soya dentro
del rectángulo, la pérdida sería 53 x 5 = 265 kg/ha.
Pedro Raúl Solórzano Peraza
Mayo 2017
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