VI.-CASO DE LA CAÑA DE
AZÚCAR
CONSIDERACIONES
ESPECIALES EN PROGRAMAS DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
Pedro
Raúl Solórzano Peraza
Febrero
de 2017
VI.-CASO DE LA CAÑA DE
AZÚCAR (Saccharum officinarum)
La
caña de azúcar viene a ser prácticamente la única materia prima para la
producción de azúcar en el país, quizás por ello tiene una gran tradición en el
ambiente agrícola venezolano, donde por muchos años, ha ocupado inmensas
extensiones de terreno. A todos quienes hemos tenido la fortuna de viajar por
nuestro territorio, al paso por los
Valles de Aragua, por los del Río Turbio o por los valles yaracuyanos, nos ha
quedado grabado en la mente los cañamelares en flor durante los meses finales
del año, porque cuando los días de hacen más cortos se induce la floración de
esta dulce planta, y brotan de sus tallos blanquecinas flores que cubren los
campos y asemejan el resultado de una nevada pasajera. Aunque esas siembras han
mermado hasta niveles muy bajos, pueden ser recuperadas en el corto y mediano
plazos, para volver a florecer en estos valles de fèrtiles suelos y con
productores especializados en este cultivo.
También,
resultado de esa tradición, hemos desarrollado una amplia infraestructura para
el procesamiento de la caña, representada por los centrales azucareros que se
encuentran repartidos en casi todo el territorio nacional, desde Sucre hasta el
Zulia, en Táchira lindando con la frontera colombiana, en Trujillo, y con una
alta concentración de estas instalaciones en los estados centrales y en Lara,
Yaracuy, Portuguesa y Barinas. Sin embargo, hoy muchas de esas instalaciones
han sido expropiadas por el gobierno, están deteriorándose rápidamente por
inactividad y, los que aún funcionan, trabajan por debajo de sus capacidades
instaladas, debido principalmente a la falta de materia prima para procesar,
motivado en gran parte al desestímulo para la siembra de este importante
cultivo.
La
caña de azúcar debe producirse con riego para asegurar buenos rendimientos; por
lo tanto, para ampliar la superficie sembrada una opción sería la recuperación
de la infraestructura de algunos sistemas de riego del país, lo cual se inició
a mediados de los años noventa con la intención de otorgar a los productores
organizados, la administración, operación y mantenimiento de estas grandes
obras que pertenecen al estado venezolano. Esa acción no fue continuada pero
puede ser reiniciada, ya que existen los proyectos para algunos sistemas de
riego y lo que faltaría sería ejecutarlos. Otra opción sería, que en aquellos
sitios donde el suministro de agua es limitado y se dispone de acuíferos
abundantes y de buena calidad para riego, se adelanten programas para la
perforación y equipamiento de pozos.
Disponiendo
de suficiente superficie acondicionada para la siembra de caña de azúcar, se
tienen que organizar programas de producción comercial, con la seguridad de
disponer de los recursos necesarios (maquinarias y equipos agrícolas, vialidad
agrícola en buenas condiciones, semillas, fertilizantes, plaguicidas, entre
otros) para llevar las siembras a feliz término, incluyendo definición de
precios del producto que permitan que los agricultores obtengan un margen
aceptable de beneficios por su actividad, y que el producto final pueda llegar
a los consumidores a un precio razonable. Paralelamente, los centrales
azucareros del país deben ser recuperados y acondicionados para la molienda de
esa nueva cantidad de materia prima que producirán nuestros campos.
Recordemos
que:
Del
sacaroso jugo de la caña
se
cristalizan:
la panela,
el papelón,
la
morena y la blanca sacarinas
que
al paladar endulzan
con
su melífero sabor;
además
se destilan:
el aguardiente
claro
y el
ambarino ron,
que a
los sentidos enardecen
y, momentáneamente,
a
nuestras vidas enloquecen.
Pedro
Raúl Solórzano Peraza
Febrero
de 2017
pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com
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