VI.-EDUCACIÓN PARA LA PRODUCCIÓN
AGRÍCOLA
RECUPERACIÓN DE LA AGRICULTURA
VENEZOLANA POSTSOCIALISMO DEL SIGLO XXI
Pedro Raúl Solórzano Peraza
VI.-EDUCACIÓN PARA LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA (Resumen del
original)
Comienzo
este capítulo señalando que la agricultura es una actividad muy compleja,
porque estoy seguro que muchos lectores no se imaginan la cantidad de factores
adversos que actúan hasta que una planta cultivada llegue a producir
rendimientos favorables de alimentos de buena calidad.
La
agricultura no es tirar las semillas al campo y luego ir a recolectar la
cosecha y venderla, ya que durante el proceso productivo se debe luchar contra
esos factores adversos como insectos, hongos, bacterias, virus, malezas,
excesos de lluvia, escasez de lluvia, vientos huracanados, cambios bruscos de
condiciones climáticas especialmente en zonas templadas, exceso de oferta en el
mercado que baje los precios de los productos cosechados hasta niveles
antieconómicos, malas políticas agrícolas, incendios forestales, inundaciones
por desborde de ríos y quebradas, obstrucción de la vialidad agrícola por
efectos del clima y por falta de mantenimiento, escasez de maquinaria agrícola,
escasez de insumos agrícolas en los momentos más oportunos, desconocimiento de
las condiciones de los sistemas suelo-clima y otros.
Teniendo claro que la
producción agrícola es un proceso bastante complejo, que depende de muchos
factores y es necesario aplicar conocimientos derivados de diversas ciencias
como física, química, matemáticas, biología, ciencias económicas, geología,
bioquímica, etc., los cuales se concentran en la Agronomía; es lógico que las
personas que apoyan a los productores del campo, tienen que cultivar estos
conocimientos. Quiere decir, que esas personas tienen que instruirse en las
instituciones que existen para tal fin, las cuales van desde las escuelas
prácticas de agricultura hasta las universidades.
Se puede decir que la
historia de la educación agrícola formal en el país comienza a principios de
1930 con la fundación de la Escuela de Prácticos Agropecuarios, que a partir
del 5/12/1936 se denomina Escuela Práctica de Agricultura y Centro de
Demostración del estado Aragua, ubicada en la Hacienda La Providencia entre
Turmero y Maracay, otorgando a sus egresados el título de Perito Agropecuario.
Posteriormente se fundaron otras escuelas de este tipo, siendo quizás las más
importantes las ubicadas en Agua Blanca, estado Portuguesa y en Maturín, estado
Monagas.
Otras instituciones
para la educación agrícola en el país son:
En 1938, se funda la
primera Escuela Normal Rural del país, específicamente en El Mácaro, estado
Aragua. Recibe, en 1947, la Escuela de Demostradoras del Hogar Campesino, que
inicialmente se fundó en Caracas en 1939 como Escuela de Agentes de
Demostración del Hogar. La Escuela Normal Rural se funda para la formación de
los maestros que atenderían, principalmente, la inmensa población rural que
existía en Venezuela para la época; mientras que las egresadas de la Escuela de
Demostradoras del Hogar Campesino, fungirían como extensionistas para ayudar a
mejorar los hogares y las familias campesinas.
A nivel privado,
tomemos el ejemplo de la Escuela Agronómica Salesiana, que desde hace muchos
años existió en la ciudad de Valencia y otorga títulos de Peritos
Agropecuarios. Debido al crecimiento de la ciudad tuvo que ser trasladada cerca
de la ciudad de Barinas, en una extensa zona donde ha continuado su actividad
docente, liberando profesionales para contribuir con la agricultura venezolana.
En el año 1937 se
crean la Facultad de Agronomía y la Facultad de Ciencias Veterinarias de la
Universidad Central de Venezuela, que se inician en Caracas pero al breve
tiempo se mudan a Maracay. Posteriormente se crean otras facultades de
veterinaria en algunas universidades y facultades de agronomía en La
Universidad del Zulia, en la Universidad de Oriente, en la Universidad del
Táchira, en la Universidad Lisandro Alvarado, en la Universidad Francisco de
Miranda, en la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora.
También se comienzan a crear Institutos Tecnológicos Universitarios en diversas
regiones del país, incluyendo en la
mayoría de ellos la educación para la producción agrícola. Hoy en día, las
universidades, además de la enseñanza de pregrado, también ofrecen cursos de
posgrado, a nivel de maestrías, doctorados y diplomados en las diversas áreas
de la Agronomía.
Es decir, muy temprano
en el siglo XX a la educación agrícola se le dio la importancia que requería un
país en franco crecimiento, con necesidad de alimentar a una población que se
incrementaba aceleradamente.
El Instituto Nacional
de Investigaciones Agrícolas (INIA), ligado al Ministerio de Agricultura y
Tierras -primero Centro de
Investigaciones Agropecuarias (CIA), luego Fondo Nacional de Investigaciones
Agropecuarias (FONAIAP)- además de investigación realiza una importante labor
divulgativa y de extensión que contribuye con la educación agrícola del país.
También, por medio de la Escuela Socialista de Agricultura Tropical (ESAT),
ofrece cursos de doctorado, maestria, diplomados, cursos de ampliación,
talleres, etc.
Otras organizaciones
dedicadas a la educación agrícola, por años han contribuido con el desarrollo
agrícola del país, pero han tenido que enfrentar grandes obstáculos para lograr
sus objetivos. Algunas tienden a desaparecer como es el caso de la reciente
invasión del Colegio del Mundo Unido en Barinas, el cual tiene alcance
internacional en la formación de técnicos agrícolas ya que ha visto desfilar
por sus instalaciones a estudiantes de todas partes del mundo.
El deterioro de
nuestra educación agrícola es progresivo y actualmente ha llegado a niveles
inesperados, ya que los gobernantes del socialismo del siglo XXI le tienen
aversión a todo lo que trata sobre educación, instrucción o academia.
ALGUNAS SOLUCIONES
La educación agrícola
en Venezuela ha ido desmejorando por varias razones. Una ha sido el abandono
del apoyo material oficial que es indispensable cuando se imparte una educación
gratuita. Esto ha afectado la calidad de la infraestructura y las dotaciones de
material de apoyo como son sillas, pupitres, escritorios, papelería,
bibliotecas, laboratorios, artículos deportivos y otros. También ha afectado el
salario de los docentes motivando, especialmente a nivel universitario, el
éxodo de profesores e investigadores.
Además, ha ocurrido un
saqueo de algunas instituciones. Es el caso de
invasiones y en algunos casos confiscaciones, de estaciones
experimentales de las facultades de Agronomía y Veterinaria de la U.C.V.; de
las instalaciones y campos experimentales y de trabajo del Colegio del Mundo
Unido y de la amenaza sobre la Escuela Agronómica Salesiana de Barinas. Estas
propiedades tienen que ser devueltas a las diversas instituciones para que
continúen cumpliendo sus funciones docentes y de investigación, tan necesarias
en el área agrícola.
Los presupuestos
solicitados anualmente al gobierno nacional por las escuelas que intervienen en
la educación agrícola venezolana deben ser aceptados y cubiertos una vez que se
evalúe su contenido, para asegurar su cabal funcionamiento.
Los sueldos y salarios
del personal que labora en estas organizaciones tienen que revisarse y
ajustarse con la frecuencia que dicte el movimiento económico del país, para
evitar la renuncia de esas personas y promover su retorno, ya que tienen una
sólida formación académica.
Otra razón de mucho
peso en la pérdida de calidad en la educación agrícola es referida a los
contenidos programáticos. Es urgente revisarlos, a todos los niveles, para
orientarlos hacia las necesidades de una agricultura actual y moderna.
El INIA, como
institución oficial, debe volver a ser líder nacional en la investigación
agrícola y en las otras actividades para lo cual fue creado. Sus instalaciones
recuperadas, sus laboratorios equipados, su personal satisfecho con el trabajo
que pueden realizar y por el trato que reciben, tanto en lo personal como en lo
institucional.
En fin, todas las
organizaciones dedicadas a la educación y la investigación agrícola en
Venezuela y su personal, deben recuperar su tradicional categoría y su prestigio para que sean importantes en el
desarrollo agrícola nacional, tan necesario ante tanta escasez de alimentos y
tanta pobreza que ha retornado a la vida campesina del país.
Septiembre de 2016
pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com
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