III.-CASO
DEL SORGO GRANÍFERO
CONSIDERACIONES ESPECIALES EN PROGRAMAS DE
PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
Pedro Raúl
Solórzano Peraza
Diciembre de 2016
III.-CASO DEL SORGO GRANÍFERO (Sorghum bicolor)
Durante las
décadas de los años setenta y ochenta, el sorgo granífero se estableció en
Venezuela con una expansión vertiginosa, especialmente en los llanos
guariqueños, de paisajes ondulados y agrestes, donde existía una ganadería
trashumante debido a los períodos tan secos que caracterizan el “verano” en
esta región del país, que obligaban a la movilización de los rebaños hacia los
llanos del sur buscando pasto verde y agua para esos animales, así como también
obligaban a la venta de animales fuera de edad y de bajo peso, por no tener
facilidades para su alimentación.
En esa época, se
demostró la facilidad para producir este grano forrajero y sus ventajas para
convivir con la ganadería bovina de esas llanuras, se expandió luego a otras
regiones, logrando uno de los índices de crecimiento interanual más elevado en toda
la historia de nuestra producción agrícola. El cultivo de sorgo granífero llegó
a cubrir cientos de miles de hectáreas, pero hoy su producción se ha estancado
y trata de sobrevivir en unas 200.000 hectáreas distribuidas en algunas
regiones del país. Por eso, y por la necesidad que tiene el país de producir
granos forrajeros para la industria de alimentos balanceados para animales, es
necesario promover programas de producción comercial con este cultivo.
El sorgo
granífero es un cultivo industrial, pues su grano, el cual es su principal
producto, se utiliza en grandes proporciones como fuente energética en la
elaboración de alimentos balanceados para animales, por lo que se considera un
grano forrajero. Por otro lado, luego de la cosecha del grano hay un forraje
remanente como producto secundario, que puede ser utilizado directamente por el
ganado en pastoreo o puede
ser henificado,
por lo que este cultivo debe ser el mejor aliado de los ganaderos. Como todo
cultivo industrial de uso masivo, es totalmente mecanizado.
La rusticidad de
esta planta le confiere grandes probabilidades de ampliar su superficie de
siembra sin competir por espacios con otros cultivos más exigentes como el
maíz. Durante muchos años hemos tenido un déficit elevado de granos forrajeros
que en el pasado se cubrió con la importación de trigo de segunda (US Nº2) y
luego de sorgo, y que en la actualidad se cubre con la importación de maíz
amarillo. Quiere decir, que existe en el país una gran oportunidad para que
este cultivo crezca considerablemente y pase a disminuir la brecha que hay
entre la demanda y el suministro de material energético para la alimentación
animal.
Una de las razones del estancamiento en la producción nacional de
sorgo granífero obedece a que su precio ha sido tradicionalmente muy inferior
al del maíz amarillo, y los pocos productores que se mantienen sembrando sorgo
es porque las condiciones de sus fincas no permiten una siembra segura de maíz,
o porque son ante todo ganaderos con la imperiosa necesidad de disponer del
forraje que produce el sorgo. Debido a esto se considera necesario que se
revisen los precios del grano de sorgo, que lo hagan competitivo en el mercado
nacional, lo cual serviría de estímulo para que los agricultores lo seleccionen
en sus planificaciones.
En Venezuela tenemos muchos recursos naturales con aptitud para la
producción de sorgo granífero. Se puede decir que haciendo abstracción de otros
aspectos, con excepción de las zonas montañosas y aquellas que se inundan o
aguachinan por períodos prolongados, todas aquellas áreas con suelos de
texturas medias a pesadas y al menos 400 mm de lluvia concentrada en 4 meses, son
potencialmente aptas para la producción de sorgo granífero. Suelos de texturas
livianas, incluyendo franco arenosos y areno francosos, deben estar ubicados en
áreas con regímenes de lluvia de al menos 600 mm concentrados y bien
distribuidos en 4 meses, para ser considerados para la producción de sorgo.
Estas condiciones predominan en Guárico y las mesas de Anzoátegui y Monagas. No
se puede olvidar el inmenso recurso que existe en los Llanos Occidentales,
donde se ha demostrado que el sorgo es una verdadera opción para la siembra del
período de norte-verano y que solo en Portuguesa en el año 2003 se llegó a
sembrar más de 100.000 ha
con rendimientos muy aceptables y costos de producción relativamente bajos.
Quiere decir, que
tenemos sistemas suelo-clima donde el cultivo del sorgo granífero tiene
altísimas probabilidades de éxito y en los cuales otros cultivos pudieran
conducir al fracaso de la actividad agrícola. En esos sistemas se debe promover
la siembra de programas de sorgo granífero que contribuyan con la suplencia de
granos para la industria de alimentos balanceados, base de la alimentación para
producir pollos, huevos y cerdos; y que con su forraje remanente luego de la
recolección del grano contribuyan con la alimentación de la ganadería bovina,
especialmente de carne.
Es evidente el gran potencial de recursos naturales que hay en el
país para incrementar sustancialmente la producción de sorgo y contribuir directamente
al autoabastecimiento nacional de granos forrajeros, e indirectamente, a la
producción de carne, huevos y leche.
Pedro Raúl Solórzano Peraza
Diciembre de 2016
pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com
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