Siempre que se habla de fertilidad de suelos,
fertilización de cultivos o nutrición vegetal, aparecen como protagonistas los
nutrientes esenciales para las plantas. Estos elementos son esenciales porque
cumplen con algunos criterios establecidos para tal fin, y de acuerdo a las
cantidades que son requeridos por las plantas se han agrupado en
macronutrientes y micronutrientes. Los macronutrientes los requieren las
plantas en cantidades relativamente altas (decenas y centenas de kg/ha),
mientras que los micronutrientes los requieren en cantidades relativamente
bajas (decenas y centenas de gramos/ha).
Los macronutrientes son C-O-H, que son suplidos por el
aire y el agua. N-P-K-Ca-Mg-S suplidos por la descomposición de los minerales
del suelo, con excepción del nitrógeno que llega al suelo proveniente del aire.
Los micronutrientes, también provenientes de la descomposición de los minerales
del suelo, son Fe-Mn-Zn-Cu-B-Cl-Mo y ahora níquel (Ni).
Por lo relativamente novedoso del níquel como
nutriente esencial, se debe ilustrar un poco su importancia en la nutrición
vegetal. Diversas experiencias desde los años setenta del siglo pasado (Brown
et al, 1987; Dixon et al, 1975; Wood et al, 2006), han permitido demostrar que
el níquel cumple con el criterio de esencialidad propuesto por Arnon y Stout
(1939) y con el criterio directo de esencialidad, al formar parte de la ureasa
que es una metaloenzima ubicua indispensable para que ocurra la hidrólisis de
la urea. Además, está involucrado en la fijación simbiótica de nitrógeno, al
incrementar la actividad de la hidrogenasa en los bacteroides aislados de los
nódulos que se forman en las raíces de especies leguminosas.
Los requerimientos de Ni por las plantas son bajos,
similares a los de Mo. Puede estar
presente en la solución del suelo, como catión intercambiable, presente
en las estructuras de algunos minerales o asociado a la materia orgánica. Una
deficiencia de Ni en las plantas puede deberse a que el suelo es naturalmente
pobre en este nutriente, o porque ha sido empobrecido al ser cultivado
permanentemente, o puede ser una insuficiencia inducida por algunas
interacciones como excesos de Ca, Mg, Cu o Zn capaces de inhibir la absorción
de Ni, pH superior a 6,5 que promueva la formación de formas insolubles de Ni,
o elevadas dosis de fertilizantes fosfatados o altos niveles de P en el suelo
que reducen la disponibilidad de este elemento. Por otro lado, se han reportado
problemas de toxicidad por excesos de Ni aprovechable en suelos ácidos.
La corrección de deficiencias de níquel se puede
realizar con aplicaciones al suelo de NiSO4.6H2O, o con
aspersiones de este producto en soluciones con concentración de 10 a 100 mg de
Ni L-1, las cuales son más recomendables que la fertilización
edáfica.
La Asociación Americana de Oficiales de Control de
Fertilizantes y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de
América, en el año 2003, han colocado al níquel en la lista de nutrientes esenciales
para las plantas luego de haber comprobado el cumplimiento de los criterios de
esencialidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario