En la actualidad estamos viviendo en la Cuarta
Revolución Industrial, caracterizada por increíbles adelantos científicos y
tecnológicos, parecidos a lo que para la generación de mediados del siglo XX
nos parecían sueños del futuro, como por ejemplo, el viaje del hombre a la
luna. La inteligencia artificial está compitiendo muy favorablemente con la
mente humana. Posiblemente, los hombres de hace miles de años se
asombraron con inventos como la rueda, que
vemos ahora de una gran simpleza, pero en aquel entonces, comparable a nuestro actual
asombro cuando por primera vez vimos un dron surcando los cielos del mundo.
En la historia de la humanidad, han ocurrido eventos
profundamente transformadores del comportamiento de la sociedad de cada época.
Un ejemplo interesante es el del surgimiento de la agricultura en el Período Neolítico, el cual se considera que
abarca desde el año 6000 hasta el año 3000 a.C. En ese período ocurre lo que se
ha denominado la Revolución Neolítica, la cual se refiere a la gran
transformación que sufre la forma de vida de la humanidad, que va pasando de
nómada a sedentaria, de una economía recolectora (recolección de frutos, caza y
pesca) se pasa a una economía productora (agricultura vegetal y animal).
Cuando nos vamos hacia atrás
en el tiempo, se observa que los cambios profundos en la sociedad ocurrieron en
períodos muy prolongados en comparación con la época actual. Así, a miles de
años del Neolítico, llega la primera revolución industrial durante el período
1760-1840, pero en los ciento ochenta años siguientes, hasta el 2020, han
ocurrido tres revoluciones industriales más. Esa primera revolución industrial
surge en Gran Bretaña, y la gran transformación que produce, se basa en que la
economía deja de sustentarse principalmente en la agricultura y la artesanía
para depender en gran medida del desarrollo industrial.
En este período, de unos
ochenta años aproximadamente, ocurren importantes cambios tecnológicos con el
uso de nuevos materiales como el acero, nuevas fuentes energéticas como el
carbón, y el mayor suceso que fue la creación de la máquina de vapor, la cual
vino a convertirse en el motor inicial de esta revolución industrial. Aparecen
nuevas técnicas para el desarrollo del trabajo, comenzando con la
especialización de la mano de obra, que asigna a cada trabajador labores
específicas que debe realizar. Esto mejoró profundamente la eficiencia de los
empleados y la calidad de su trabajo. Ocurre un tremendo desarrollo de trenes y
buques de diferentes tipos y capacidades, incrementándose y mejorándose
significativamente tanto el transporte como el comercio.
Paralelamente al surgimiento de las industrias en
múltiples ramas, hay un profundo aumento de los conocimientos científicos y
tecnológicos que influyen en que también se inicie una revolución agrícola
mundial, disminuyendo las necesidades de mano de obra en el campo sustituida
por máquinas y promoviendo un numeroso éxodo de trabajadores desde las zonas
rurales hacia las ciudades, para ir a trabajar en las fábricas que iban en
aumento.
Esta revolución industrial que nace en Gran Bretaña,
fue propagándose rápidamente al resto de Europa, Estados Unidos de América y
Japón, principalmente, debido a las grandes ventajas que ofrecía. Se considera
que paralelamente a cada revolución industrial ha ocurrido una revolución en la
agricultura, por lo que actualmente se considera que estamos entrando en la
Agricultura 4, como consecuencia de la cuarta revolución industrial.
Pedro Raúl Solórzano Peraza
Enero de 2020.
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