Para el día después, que será el primer día de un nuevo período
democrático para Venezuela, se debe tener un plan de acción para recuperar los
sectores productivos del país. Uno de ellos es la agricultura, donde hay que
considerar muchos aspectos y en esta oportunidad se presentan lineamientos para
definir las políticas agrícolas, que deben ser la base para cualquier
planificación.
Políticas
agrícolas.
La
producción agrícola en Venezuela se encuentra a niveles muy bajos en relación a
la demanda de la población por alimentos y por otros productos del campo,
causando que la mayoría de esos requerimientos sean satisfechos con
importaciones. Para solucionar esta situación y obtener una balanza agrícola
positiva, un aspecto importante es la aplicación de políticas agrícolas que
favorezcan el incremento de la producción y de la productividad de los
cultivos, tomando en consideración todos los aspectos que intervienen en el
proceso agrícola como son los legales y financieros, los recursos físico
naturales; infraestructura; equipamiento e insumos agrícolas; demanda de los
diferentes rubros por la población; recursos humanos incluyendo mano de obra
asalariada, productores y profesionales del agro; aspectos sociales y aspectos
geopolíticos.
El
establecimiento de lineamientos para definir políticas agrícolas en Venezuela,
debe partir de conocer qué vamos a producir, cuánto, dónde, con qué y con quién
vamos a alcanzar la producción deseada o requerida.
1.-Qué vamos a producir: se necesita producir
alimentos energéticos como azúcar, cereales y semillas oleaginosas; y fuentes
de fibra y de proteínas.
Nuestra
principal fuente de azúcar es la caña de azúcar, y los cereales para consumo
humano directo y más competitivos en nuestros sistemas suelo-planta-clima, son
el maíz blanco y el arroz.
Las
oleaginosas con más posibilidades en la actualidad son la palma aceitera, la
soya y el girasol, y quizás el ajonjolí como fuente de una semilla y un aceite
muy especiales. En cuanto a las fuentes de proteínas de origen vegetal tenemos
nuevamente la soya y algunas leguminosas de grano; y como fuentes de proteínas
de origen animal tenemos huevos, leche, carnes de diferentes especies
domésticas y pescado.
Para la
producción de proteína animal cuya alimentación básica es con alimentos
balanceados, como aves y cerdos, se requiere una producción primaria de fuentes
energéticas que se pueden cubrir con maíz amarillo y sorgo granífero, y de
fuentes proteicas que se cubren mayormente con harina de soya y con tortas que
son subproductos de otras especies vegetales. La alimentación para la
producción de proteína animal a potreros, es básicamente con especies
forrajeras que van a aportar un poco de todo, incluyendo fibras, minerales y
vitaminas esenciales para la nutrición animal, suplementado con concentrados de
minerales.
Una
alimentación balanceada para mejorar el suministro de vitaminas y minerales
esenciales para la población se completa con frutas, hortalizas, raíces y tubérculos como papa, yuca, ocumo,
ñame y otros de menor importancia, los cuales necesitan fundamentalmente apoyos
financiero y educativo para estimular su producción y mantenerla a niveles de
la demanda.
En relación
a la proteína animal, además de los aspectos de su alimentación, deben
considerarse políticas que promuevan el uso de las mejores razas para nuestros
ambientes y sistemas de producción, así como el mejoramiento genético de los
rebaños.
2.-Cuánto vamos a producir: en función de la seguridad
alimentaria esperada, para saber cuánto vamos a producir, podemos basarnos
sobre los requerimientos nutritivos de la población que permitan diseñar una
adecuada guía de alimentación, capaz de cubrir esos requerimientos. El Instituto
Nacional de Nutrición (INN) o su equivalente, debería ser el organismo líder en
esta instancia, con la cooperación de algunas organizaciones privadas y de
expertos independientes que acumulan múltiples y acertadas experiencias en esta
materia. Estos requerimientos se llevan a productos alimenticios, para saber la
cantidad de cada alimento que debe ser consumida anualmente por la población
venezolana y cuánto de eso nosotros pudiéramos producir.
Además se
deben revisar las estadísticas y considerar los datos históricos en cuanto al
consumo de la población en cada rubro, lo cual ayudaría mucho en el diseño de
los cultivos y la magnitud de cada uno. Lo importante es que se pueda ofrecer a
la población venezolana una adecuada alimentación, y si es con productos
provenientes de nuestros campos, mucho mejor.
Una vez que
se hayan determinado los déficits de cada cultivo, las políticas agrícolas
deben estar orientadas, en primer lugar, a promover su siembra en los sistemas
suelo-planta-clima con mejores condiciones para cada cultivo. Luego, se
establecen las superficies a sembrar, que se estiman considerando los
rendimientos promedio de cada cultivo en cada región agrícola. Una vez en
progreso esta actividad, se debe considerar la producción de excedentes para
exportación, en aquellos rubros en que esto sea posible y cuando se tenga un
mercado seguro para su colocación.
3.-Dónde vamos a producir cada
cultivo:
con la participación de los especialistas en edafología, climatología y otras
ciencias, se definen los sistemas suelo-clima mejor adaptados para cada
cultivo, así como se establecen las fechas (períodos) de siembra más
convenientes para cada caso en las siembras de secano, fechas que deben ser
respetadas para poder esperar resultados exitosos. Esta información se
complementa conjuntamente con los productores agrícolas, utilizando sus
experiencias de larga data relativas a la producción de determinados cultivos
en las diferentes regiones del país. Además, las políticas agrícolas deben
favorecer realizar los estudios de suelo y de los recursos climatológicos, que
sean necesarios para ampliar la frontera agrícola de la manera más segura posible.
4.-Con qué produciremos: durante los años más
recientes ha sido notoria la escasez de los insumos básicos para la agricultura,
en todos los rubros y en todas las regiones del país. Las políticas agrícolas
en este caso deben estar orientadas a facilitar los trámites de registros,
importación, producción, distribución de los distintos insumos, incluyendo
semillas, plaguicidas, fertilizantes, y maquinarias y equipos agrícolas. Con
esto se busca que esos insumos lleguen a las unidades de producción a tiempo,
en las cantidades requeridas, del tipo y calidad exigida por los agricultores.
5.-Con quién produciremos: en el país existe un buen
número de productores agrícolas, capacitados, con experiencia, en muchos casos
especializados en determinados cultivos y manejando muy específicos sistemas de
producción, quienes serán los principales
protagonistas de la actividad agrícola nacional. Gran parte de estos
productores se encuentran agremiados en diversas asociaciones, las cuales son,
entre otras cosas, centros de apoyo para facilitar las actividades de campo,
legales, financieras, y también centros de divulgación y mejoramiento
profesional de esos agricultores.
También
existen los pequeños productores, quienes tradicionalmente han permanecido y
vivido de lo que producen sus limitadas parcelas, que tienen que ser apoyados y
mejorados en cuanto al suministro de recursos incluyendo asistencia técnica, y
en cuanto a su calidad de vida que algunas veces es realmente marginal.
Además de
los productores, en el país hay centros
de investigación y docencia para apoyar la actividad; profesionales de alto
nivel y amplia experiencia en agricultura; y una disponibilidad laboral con
tradición y conocimiento de las actividades de campo. Todos ellos deben ser
beneficiados con políticas agrícolas que los apoyen en sus gestiones
financieras y comerciales, ya que representan las personas con quienes
produciremos los alimentos y otros bienes agrícolas, para tratar de lograr una
necesaria e impostergable seguridad alimentaria.
6.-Otras políticas: en adición a las políticas
específicas para la producción de campo, se tienen que decretar otras, en áreas
conexas, que vayan dirigidas a la
solución de tantos problemas que afectan la vida y la tranquilidad de los
productores. Algunas de estas políticas deben cubrir el área de financiamiento
de la producción, incluyendo, además del apoyo para cubrir los costos directos
de producción, las inversiones en infraestructura y en equipos y maquinarias
agrícolas. Otras políticas dirigidas a asegurar la titularidad de las
propiedades de los agricultores, así como para brindarles seguridad personal
que es un deber constitucional de los gobernantes para con los ciudadanos.
Otras orientadas a comprometer a las industrias receptoras de materia prima a
llegar a acuerdos que sean satisfactorios para ellos, pero también para
productores y consumidores.
En fin, para
dictar políticas agrícolas eficientes es necesario revisar todos los aspectos
que influyan sobre la marcha de la agricultura en su más amplia expresión.
Buenas políticas permitirán alcanzar éxito en esta actividad fundamental, no
solo para la salud y supervivencia de nuestros conciudadanos, si no para su
felicidad y disfrute pleno de la vida.
Pedro Raúl
Solórzano Peraza
Noviembre de
2018
www.pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com
pedroraulsolorzano@yahoo.com
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