Para el día después, que será el primer día de un
nuevo período democrático para Venezuela, se debe tener un plan de acción para
recuperar los sectores productivos del país. Uno de ellos es la agricultura,
donde hay que considerar muchos aspectos y en esta oportunidad comenzaremos con
los sistemas de riego.
Sistemas
de riego
En Venezuela, la mayor actividad
agrícola corresponde a lo que se conoce como agricultura de secano, la cual es
aquella que depende de los ciclos de lluvia para el crecimiento y desarrollo de
los cultivos. Es por todos conocido lo errático que pueden ser estos ciclos,
tanto por la cantidad de agua que cae durante cada temporada de lluvias, como
por la distribución de las mismas. Cada especie cultivada y en muchos casos
cada “cultivar” dentro de cada especie, tiene unos requerimientos totales de
agua muy particulares para llegar a alcanzar los mejores rendimientos. Esos
requerimientos, además, varían a lo largo del ciclo de vida de las plantas,
presentando períodos en los cuales son altos e indispensables para un buen
rendimiento, por lo que se conocen como períodos críticos de los requerimientos
hídricos de cada cultivo.
Cuando esos períodos críticos no se
cubren con suficiente agua, los rendimientos disminuyen muy significativamente.
Éste es uno de los grandes riesgos de la agricultura de secano, ya que es
frecuente que durante las temporadas de
lluvia se presente un prolongado período seco que coincida con un período
crítico en los requerimientos de agua del cultivo, consecuentemente, el
rendimiento será muy bajo y las ganancias del agricultor se pueden tornar en
pérdidas del negocio agrícola.
Con la agricultura bajo riego se
evitan los riesgos de las irregularidades de los ciclos de lluvia, ya que se
dispone de agua para aplicarla a los terrenos sembrados según sus
requerimientos y asegurar, en lo que al agua se refiere, un suministro adecuado
para poder aspirar a una buena cosecha. Además, al disponer de riego se puede
hacer un uso más intensivo de los suelos ya que se pueden cultivar
prácticamente durante todo el año. Durante la época seca se pueden establecer
cultivos que requieren atmósferas con baja humedad relativa, se pueden sembrar
cultivos de alto valor y elevados costos de producción como es el caso de las
hortalizas, donde los riesgos de la agricultura de secano pudieran conducir a
grandes pérdidas de dinero. También se pueden sembrar aquellos cultivos que
como el arroz, tienen muy altos requerimientos hídricos.
La combinación de una bien
planificada agricultura de secano con una extensa y bien manejada agricultura
de riego, debe conducir con bastante certeza hacia una pronta y amplia
seguridad alimentaria para la población y en ese caso, poder decir con
propiedad que realmente somos una potencia agrícola y que somos hasta capaces
de poder exportar algunos excedentes.
El Estado Venezolano a lo largo de
diversos períodos durante el siglo XX, construyó importantes obras de riego y
drenaje, algunas grandes obras que podían servir a miles de hectáreas y otras
de menores dimensiones hasta llegar a lo que se denominó Pequeños Sistemas de
Riego.
Entre las grandes obras destaca el
Sistema de Riego Rio Guárico, con una larga presa a la entrada de la población
de Calabozo, estado Guárico, que almacena las aguas del rio Guárico y sirve
para regar extensas zonas aguas abajo donde el principal cultivo ha sido el
arroz. Luego le sigue el Sistema de Riego Cojedes-Sarare en el estado
Portuguesa, conocido popularmente como Las Majaguas, con varias presas en una
zona de cerros elevados, que permite el almacenamiento de las aguas de los ríos
Cojedes y Sarare, a los que debe su nombre, y donde los principales cultivos
han sido la caña de azúcar y el arroz.
Además de esas grandes obras, se han
construido otras de menor envergadura pero no por ello menos importantes en los
estados Cojedes, Aragua, Zulia, Falcón, Yaracuy, Sucre, Trujillo, Portuguesa,
Barinas y otros. Algunos de estos sistemas de riego no almacenan agua de los
ríos si no que éstas son derivadas hacia las zonas de regadío por medio de
canales y tuberías, por lo cual se llaman sistemas por derivación. Dos de los
más importantes sistemas de estas características son el del rio Boconó, que
sirve a terrenos aledaños a la población de Sabaneta en el estado Barinas y
cuyo principal cultivo actual es la caña de azúcar, y el del rio Guanare que
sirve a terrenos aledaños a la ciudad de Guanare y su principal cultivo es
también la caña de azúcar.
Otra opción de la agricultura bajo
riego que se implementó en el país, fue la de los Pequeños Sistemas de Riego,
los cuales consistían en dotar de riego a algunos asentamientos campesinos de
la reforma agraria que tuvieran las condiciones para ello. Sus resultados
iniciales fueron excelentes, pero ha sido otra política abandonada por los
entes gubernamentales.
Muchos de los sistemas de riego del
país no operan a su total capacidad por problemas de infraestructura dañada,
errores de diseño o porque la infraestructura quedó incompleta desde el momento
de su construcción. Entonces, para los sistemas de riego es preciso hacer las
reparaciones que fuesen necesarias y estudiar la posibilidad de construir
nuevos desarrollos para la agricultura bajo riego. En este sentido, hacia
finales del siglo pasado, por medio del Ministerio de Agricultura y Cría se
comenzaron las evaluaciones del estado actual de la infraestructura de algunos
sistemas de riego, con la meta de extender esto a todos los sistemas de riego
del país, y con el objeto de
reacondicionarlos, corregir todas las fallas de infraestructura que
afectaran su operación y luego transferir legalmente su administración,
operación y mantenimiento bajo la responsabilidad de los usuarios debidamente
organizados.
Este concepto fue muy acertado y
había la experiencia de su éxito en otros países, pero desafortunadamente no
pasó de los estudios previos para definir las obras necesarias para el
acondicionamiento de cada sistema, ya que ocurrió el cambio de gobierno de la
democracia representativa que veníamos disfrutando desde 1958, al régimen de
Socialismo del Siglo XXI que impera desde el año 1999, el cual abandonó estos
proyectos. Éste es un camino que debe revisarse para poner operativos al 100%
los sistemas de riego existentes, analizar nuevamente la opción de transferir
la administración, operación y mantenimiento de estas obras a los usuarios, y
estudiar las opciones que puedan existir para la construcción de nuevos
sistemas de riego.
Otra acción que pudiera tomarse para
mejorar y ampliar la agricultura de riego en el país es revisar y continuar con
los proyectos de Pequeños Sistemas de Riego, hoy en día con la posibilidad de
utilizar sistemas de riego localizado, que al ser más eficientes utilizan menos
agua por unidad de superficie y se han estado popularizando en todo el
territorio nacional.
La mayor superficie regada
actualmente en Venezuela se debe a desarrollos de particulares, quienes han
establecido sus propias obras de riego. En los últimos años buena parte de estos
riegos desarrollados por particulares se han orientado hacia el uso del riego
localizado, con la aplicación simultánea de la fertirrigación. Éstos son
sistemas de producción muy intensiva y pueden ser diseñados para agricultura a
cielo abierto o para agricultura en invernaderos. Con la fertirrigación se hace
un mejor uso del agua y, en el caso de los fertilizantes, éstos se manejan con
extremada prudencia permitiendo eliminar prácticamente la lixiviación de
nutrientes, en especial de los nitratos, que tienden a contaminar los
acuíferos.
Para los desarrollos de riego
localizado con fertirrigación, es recomendable realizar sesiones de
entrenamiento y cursos intensivos teóricos y prácticos, para ilustrar a los
futuros usuarios en este novedoso y eficiente método para regar y fertilizar
al mismo tiempo. Esto debe ser una
estrategia a seguir en muchas actividades agrícolas que sean novedosas, para que
los agricultores tengan altas probabilidades de éxito con estos sistemas de
producción.
Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Octubre de 2018.
No hay comentarios:
Publicar un comentario