miércoles, 31 de agosto de 2016

UN MODELO AGRÍCOLA Y LOS SISTEMAS SUELO-PLANTA-CLIMA
Pedro Raúl Solórzano Peraza

Es por todos conocido que la agricultura venezolana atraviesa por una crisis sin precedentes, por lo que para intentar superar la carestía de los alimentos básicos necesarios para cubrir las necesidades de la población, la producción agrícola tiene que ser recuperada. A pesar de todo esto, en Venezuela hace mucho tiempo que dejamos la agricultura de subsistencia y tenemos una agricultura moderna, gracias entre otros, a los centros de investigación y a un buen número de agricultores de avanzada que han estado pendientes de los últimos adelantos para mejorar esta actividad. Por supuesto, estos años de indolencia e ignorancia por parte de los gobernantes, han deteriorado ese modelo que tenemos que actualizar de manera generalizada. Cualquier camino que se tome en ese sentido, cualquier modelo agrícola que se intente establecer para el país, tiene que basarse sobre el cabal conocimiento de los diferentes sistemas suelo-planta-clima de nuestras regiones agrícolas y cómo manejarlos adecuadamente para obtener la mayor productividad posible de dichos sistemas. Todo ese esfuerzo acompañado de políticas agrícolas que abarquen aspectos sociales, económicos y geopolíticos.

¿Qué es un sistema suelo-planta-clima? Es una aproximación donde concurren una serie de factores de suelo y de clima que pueden afectar el crecimiento de las plantas. El crecimiento de una planta no puede considerarse en una forma aislada, ya que el mismo va a depender tanto de sus características propias determinadas por su código genético, como de los factores externos de suelo y clima predominantes en un momento y un lugar determinados. Se debe considerar entonces el crecimiento como una resultante de las interacciones que ocurren dentro del sistema suelo-planta-clima, donde concurre un cuarto factor que es el manejo que se le pueda brindar a esos factores, con el objeto de lograr las mejores condiciones para el desarrollo de las plantas.

La planta: en agricultura, nuestro fin primordial es lograr los mayores rendimientos y beneficios de un cultivo, lo cual va a depender de que las plantas se puedan desarrollar normalmente, y para lograrlo, es necesario conocer los factores que afectan su crecimiento. La planta es un producto de su constitución genética y el ambiente que la rodea, el patrón genético es fijo para una planta dada y determina su potencial para un máximo crecimiento en medio de un ambiente favorable. Por esto se puede decir que el crecimiento de la planta es una función de los factores ambientales o factores de  crecimiento externos, los cuales pueden ser considerados como variables, y cuya magnitud y combinación determinarán el crecimiento que pueda alcanzar dicha planta. Simbólicamente, esto puede ser expresado de la siguiente manera:

                        C = f(X1,X2,X3,...Xn)

Donde:
C= Medida del crecimiento
X1,X2,X3,...Xn = Factores que afectan el crecimiento

Por otro lado, los factores genéticos van a determinar la máxima capacidad de crecimiento de una planta y pueden ser modificados por medio del mejoramiento genético, para darle al vegetal una serie de características que le permitan tolerar mejor las condiciones ambientales. El aporte de la genética a la agricultura ha sido muy amplio y vemos como cada día se liberan al mercado nuevos híbridos con alta capacidad de rendimiento, productos de mejor calidad, plantas con mayor amplitud de resistencia a plagas y enfermedades, de mayor eficiencia en el uso de nutrientes, con mayor resistencia a la sequía y a las condiciones de acidez de los suelos, etc.

La genética continúa con la posibilidad de seguir dando aportes significativos al desarrollo agrícola a través de la biotecnología, que permite la propagación clonal para la multiplicación rápida de plantas con características deseables; la obtención de plantas libres de virus; la producción de plantas haploides a partir del cultivo de granos de polen y anteras; la fusión de protoplastos procedentes de diferentes plantas para lograr la hibridación interespecífica. Otra vía importante está basada en recombinaciones del ADN para manipular directamente, en fitomejoramiento, el material hereditario. En el campo de la microbiología se suceden logros importantes en el desarrollo de nuevos tipos de microorganismos, especialmente bacterias y micorrizas, que en asociación con las plantas cultivadas o libres en el suelo, permitan una más eficiente fijación y utilización del nitrógeno atmosférico y del suelo, y de otros nutrientes esenciales. Directamente en plantas, la producción de organismos genéticamente modificados que han servido para mejorar las prácticas agrícolas en algunos cultivos, siendo uno de los más conocidos el de variedades de soya a las que se le ha incorporado el carácter de resistencia a los herbicidas del grupo de los glifosatos, facilitando el combate de malezas en este cultivo con su efecto directo en el mejoramiento de los rendimientos y en la disminución de los costos de producción.

En relación a la planta, como centro de estos sistemas, podemos decir que la agricultura venezolana utiliza, con excepción de las variedades transgénicas, los mejores cultivares del mundo que se adaptan mejor a nuestras condiciones. En maíz tenemos cultivares, en su mayoría híbridos, propios y foráneos, con las mayores capacidades de rendimiento en nuestros sistemas; en sorgo granífero hemos desarrollado cultivares tan excelentes que hasta han sido requeridos por países vecinos para su siembra; en arroz me he llevado la sorpresa de que la Fundación DANAC está desarrollando híbridos, lo cual implica una tecnología bastante complicada y novedosa para mejorar la productividad de este cultivo, que se están sembrando en nuestras regiones arroceras con mucho éxito; en soya los persistentes agricultores de Portuguesa están abriendo lo que han llamado la “ruta de la soya”, en unas condiciones que siempre se han considerado difíciles para este cultivo pero con variedades creadas en UCLA y en DANAC, además de una variedad brasilera, que se muestran promisorias para este proyecto; en hortalizas se emplean las mejores semillas y cultivares con un buen número de híbridos, lo mismo ocurre con algunos frutos como melón, patilla y lechosa; en forrajes se han estado sembrando un gran número de cultivares, híbridos y variedades, cada uno ubicado en condiciones muy particulares por su adaptabilidad. Así como estos casos, podemos encontrar otros ejemplos del modernismo de nuestra agricultura en lo que se refiere a la planta como centro de los sistemas suelo-planta-clima.

Estamos a la expectativa de que ocurra un cambio en la legislación que impide a los agricultores venezolanos utilizar semillas de cultivares transgénicos, para comenzar a evaluarlos, producirlos y utilizarlos en nuestras siembras.

Las plantas, además, necesitan ser protegidas de la competencia o daño por malezas, insectos plaga y enfermedades, para lo cual en nuestra agricultura se utilizan todo tipo de biocidas, de última generación, complementado con un desarrollo nacional de productos biológicos basados principalmente en el uso de insectos que parasitan otros insectos y hongos que parasitan insectos y pueden también controlar otros hongos.

El clima: en el componente clima se incluyen algunos factores que van a determinar el entorno donde se desarrolla la planta, exceptuando el suelo. Los más importantes para la agricultura son temperatura, lluvias y luz o radiación, los cuales no son totalmente controlables para la producción agrícola, pero se pueden manejar con algunas acciones directas o indirectas para tratar de adaptarlos a los requerimientos de las plantas cultivadas.

La temperatura afecta directamente las funciones de fotosíntesis, respiración, absorción de agua y nutrientes, transpiración, actividad enzimática, entre otras, lo cual se refleja en el crecimiento de las plantas. En nuestras condiciones tropicales, aparentemente no existen limitaciones de temperatura para el crecimiento de las plantas, ya que sus rangos de variación están entre límites normales. Para aquellas especies que requieren bajas temperaturas para la inducción de la floración y la consecuente fructificación, se busca ubicarlas en zonas donde por razones de altitud se logran esas condiciones. Es el caso de importantes centros de producción de flores, fresas, duraznos, algunas hortalizas, etc., ubicados en la Región Andina y sectores montañosos de las Regiones Central y Centro Occidental. En este caso, se está manejando el factor temperatura con la ubicación de los cultivos en el paisaje.

Las lluvias van a ser determinantes de la disponibilidad de humedad edáfica. El crecimiento de las plantas, con algunas excepciones de plantas acuáticas o aquellas tolerantes a condiciones de sequía, tiende a reducirse por excesos o por defectos de humedad edáfica. Las plantas necesitan el agua para la producción de carbohidratos, mantener la hidratación del protoplasma y como un vehículo para el transporte interno.

La mayor parte de la producción agrícola del país proviene de la agricultura de secano, que es la que depende de la cantidad y distribución de las lluvias en cada ciclo anual. En este tipo de agricultura, pueden ocurrir irregularidades en la suplencia de agua a las plantas por exceso o insuficiencia de las lluvias; por mala distribución de las mismas en el tiempo; o porque los suelos tengan una baja capacidad de almacenamiento de agua y lleguen fácilmente a niveles de marchitez permanente, o sean muy pesados con mal drenaje y se aguachinen en períodos cortos de tiempo.  

El mejor aprovechamiento de los ciclos de lluvia en la agricultura de secano, se logra con adecuadas fechas de siembra y poblaciones de plantas, según la humedad edáfica disponible durante el ciclo de vida. Cuando hay excesos se construyen drenajes para avenar convenientemente los campos y cuando hay defectos se busca mejorar  la infiltración del agua en el suelo.

La agricultura bajo riego proporciona una gran seguridad para el éxito de la producción de los cultivos. En Venezuela disponemos de sistemas de riego para cientos de miles de hectáreas que se utilizan principalmente en arroz y caña de azúcar. Muchos de nuestros productores de arroz utilizan modernos sistemas de nivelación, con rayos laser, para lograr sembrar con pendientes mínimas y el mínimo gasto de agua posible, lo cual permite incrementar las áreas de siembra con la misma disponibilidad de agua. También existen desarrollos de riego recientes, en su mayoría por particulares y especialmente para la producción de hortalizas, que se han orientado hacia el uso del concepto de riego localizado, con la aplicación simultánea de la fertirrigación, que es uno de los métodos de aplicación de fertilizantes más modernos y eficientes que existen en la actualidad. Estos sistemas de riego localizado se han instalado tanto para agricultura a cielo abierto como para agricultura protegida en invernaderos, donde también es posible controlar luz y temperatura. En muchos de ellos se han instalado los dispositivos para automatizar todo el manejo del sistema, aportando eficiencia y disminución de costos por menor cantidad de mano de obra empleada.

La luz es un factor muy importante ya que es determinante para que ocurra la fotosíntesis, y por consiguiente, para el crecimiento de las plantas. Por supuesto, existen diferencias en los requerimientos de luz de las plantas ya que hay especies que tienen un punto de saturación de luz muy bajo y otras muy alto. En la producción de cultivos es importante lograr poblaciones de plantas adecuadas en cada uno de ellos, para obtener una eficiente intercepción y utilización de la luz por las plantas. Cuando las poblaciones son muy bajas, una buena proporción de la energía radiante incidente no puede ser interceptada por las hojas y se pierde; por otro lado, existe un punto por encima del cual un incremento en la población de plantas de un cultivo no produce mayores rendimientos, entre otras cosas, porque ocurre una fuerte competencia entre las plantas por agua, luz y nutrientes.

Hay un aspecto asociado a la suplencia de luz de gran importancia en agricultura, el cual se refiere a la duración diaria del período de claridad u oscuridad, o lo que se ha denominado longitud del día o de la noche. El comportamiento de la planta en relación a la longitud del día es llamado fotoperíodo, y en nuestras condiciones, aún cuando a lo largo del año la diferencia entre el día más largo y el más corto es aproximadamente una hora, tiene gran trascendencia en el comportamiento de muchas especies, particularmente en lo que se refiere a la inducción de la floración. Por eso es un factor que se toma en consideración para establecer las fechas de siembra de los cultivos.

El suelo: es un cuerpo natural donde se arraigan las plantas, y entre otras cosas,  es fuente de los nutrientes que éstas necesitan para su normal desarrollo. El suelo tiene características que se agrupan en físicas, químicas, físico-químicas y biológicas, las cuales en una u otra forma afectan el crecimiento de las plantas.

Las características físicas textura, estructura y porosidad del suelo son determinantes en el almacenamiento de agua y nutrientes, movilidad de iones en la fase líquida, y principalmente, en las pérdidas de nutrientes (contenidos en el suelo o adicionados con los fertilizantes) por los procesos de lixiviación o de arrastre por acción de la erosión.

Las características químicas están relacionadas con la naturaleza de los minerales y la disponibilidad de nutrientes del suelo, tanto en forma intercambiable como en solución. El instrumento de diagnóstico más utilizado con la finalidad de conocer estas características y por ende, el estado nutritivo del suelo, es el análisis químico de suelos lo cual se realiza en laboratorios especializados.

Las características físico-químicas se refieren principalmente a la capacidad de intercambio catiónico (CIC) y al pH del suelo. La CIC refleja la capacidad del suelo para retener cationes y se relacionan con ella la CIC efectiva, CIC a pH 7,0, saturación con aluminio, saturación con bases, acidez potencial.

Con el conocimiento o la consideración del sistema suelo-planta-clima, se pueden establecer las prácticas de manejo para mantener niveles adecuados de nutrientes en la solución del suelo, hacer un uso eficiente de los fertilizantes, y asegurar una nutrición adecuada y balanceada para las plantas. Desafortunadamente, por lo menos durante los últimos diez años, en Venezuela no se ha podido aplicar cantidades suficientes de fertilizantes, ya que el gobierno asigna una dosis única, de una fórmula única, para todos los sistemas suelo-planta-clima del país. Esas dosis son erradas e insuficientes.

Finalmente, todo ese manejo de los sistemas agrícolas, la realización de muchas labores, se realiza con el concurso de maquinarias y equipos agrícolas, que en la mayoría de los casos son de los más modernos del mercado internacional, pero deben recuperarse por encontrarse en mal estado por falta de repuestos y mantenimiento adecuado

En relación al clima en particular, vale la pena mencionar que por lo menos en Acarigua, los agricultores organizados disponen diariamente de la información meteorológica al momento, así como el pronóstico para el futuro inmediato, de tal manera que puedan programar mejor sus actividades. Igualmente, ya se encuentran utilizando drones para la evaluación de los campos cultivados, de una forma más rápida y económica que la forma tradicional de visitar los diferentes confines de cada finca.

En conclusión, podemos decir que en Venezuela hay una agricultura moderna, que necesita el apoyo de políticas adecuadas para su recuperación y crecimiento tanto vertical como horizontal. Hemos visto la complejidad  de la agricultura, los riesgos que existen en la actividad, y hemos visto que solo se logra producir alimentos, fibras y otros bienes provenientes del mundo vegetal, conociendo los factores de producción y manejándolos en el campo. No se produce alimentos diagnosticando las calorías necesarias por las personas ya que eso es asunto de los nutricionistas, ni se produce alimentos asignando recursos monetarios que luego son mal invertidos o no se invierten en el sector, solo se produce alimentos trabajando en el campo con dedicación, con apoyo financiero suficiente y oportuno, y con apoyo científico y tecnológico.

Agosto de 2016


pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com

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