martes, 28 de marzo de 2017

NOS RESTRINGEN LA APLICACIÓN DE LA MODERNA TECNOLOGÍA AGRÍCOLA

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Marzo de 2017.

La agricultura venezolana está en crisis. Eso lo escuchamos a diario o lo leemos en los diferentes medios de comunicación, nacionales y extranjeros. Todo el mundo opina y muchos, conocedores o no de lo que es la agricultura, hasta llegan a decir que tenemos un enorme atraso tecnológico o que no hemos superado la agricultura de subsistencia, siendo éstas las causas de que nos encontremos muy lejos de lograr la soberanía alimentaria para nuestra población. Igualmente se opina sobre la crisis en salud, educación, economía, en fin, toda Venezuela está en crisis. Sin embargo, no se escucha decir que la farmacología o la medicina venezolana tienen un enorme atraso tecnológico aún cuando no se consiguen medicinas en las farmacias, los quirófanos no funcionan, etc., etc. Por supuesto que no hay atraso tecnológico ya que nuestros médicos salen al mercado internacional en países del primer mundo como los Estados Unidos y los de la Unión Europea y logran destacarse profesionalmente. Lo mismo ocurre con los profesores universitarios, con los economistas, pero también con los profesionales del agro como son los ingenieros agrónomos y los médicos veterinarios, quienes se destacan en los diversos escenarios donde han tenido que ir huyendo de las limitaciones para su desarrollo en el país o simplemente solicitados por organismos internacionales.

En general, las personas tienden a confundir los términos, a confundir crisis con atraso tecnológico, ya que la crisis nuestra es generada por malas políticas mientras que un atraso tecnológico se genera por desconocimiento de una materia en particular. Así, escuchamos la promoción de un centro médico capitalino anunciando que disponen de la tecnología más moderna del mundo, lo que indica que no hay atraso tecnológico en la medicina pero la crisis de la salud en muy grande y cada día cobra nuevas víctimas. En agricultura disponemos de híbridos de arroz, hemos utilizado ampliamente fertilizantes nitrogenados con inhibidores de la nitrificación, con el uso de la biotecnología podemos clonar cultivares libres de ciertas enfermedades, estamos en capacidad de  producir insecticidas biológicos para mejorar el manejo integrado de plagas, el riego localizado ha aumentado rápidamente la superficie servida con fertirrigación, utilizamos recursos de internet para facilitar actividades propias de la agricultura, y muchas otras herramientas modernas, novedosas, han sido utilizadas en nuestras regiones agrícolas, pero la crisis del sistema agroalimentario es muy grande y al igual que la salud, cada día la desnutrición por falta de alimentos cobra nuevas víctimas. Y esto lo aprovechan algunas personas para asegurar que en agricultura, a diferencia de otras disciplinas, sí tenemos un enorme atraso tecnológico.

Aceptar que tenemos atraso tecnológico en la agricultura nacional sería una injusta descalificación de muchos de nuestros productores que andan en pos de lo novedoso en agricultura y de las instituciones de educación superior del país, especialmente aquellas universidades donde existen facultades de agronomía y ciencias veterinarias y de otras organizaciones que sirven de complemento en algunas áreas conexas con el agro, como por ejemplo el IESA. Por las limitaciones de espacio voy a referirme en concreto a tres ejemplos en particular:

Los híbridos de arroz: la hibridación de plantas autógamas como el arroz es sumamente complicada, como ejemplo de esto podemos señalar que es necesario desarrollar líneas androestériles por medio de variaciones del fotoperíodo o por variaciones térmicas y luego mantenerlas en el tiempo, para ser utilizadas como madres en los cruzamientos respectivos. Todo el desarrollo de los híbridos es muy complejo, lo cual se evidencia en que los chinos, descubridores de esta tecnología, pusieron a disposición de sus agricultores los primeros híbridos de arroz en el año 1976, y solamente a finales del siglo pasado y lo que va de este siglo, es cuando se ha comenzado a popularizar el uso y la producción de estos materiales genéticos de alto potencial de rendimiento y elevadas cualidades de tolerancia a plagas y a limitaciones ambientales, en países de gran desarrollo científico y tecnológico como los Estados Unidos y algunos países europeos. Y en Venezuela, gracias a la Fundación DANAC, estamos a la vanguardia en esta carrera tecnológica, no solo evaluando híbridos si no produciendo nuestros propios materiales para mejorar los rendimientos y disminuir costos directos de producción en este importante cereal.

Los fertilizantes nitrogenados con inhibidores de la nitrificación: debido al comportamiento tan especial del nitrógeno en el suelo, los fertilizantes nitrogenados son los que, en general, se aplican en mayor cantidad para la producción agrícola. Son sustancias muy criticadas por ser contaminantes del ambiente, de las aguas profundas y de los cuerpos de agua, pero actualmente no es posible producir abundancia de alimentos sin el concurso de estos productos. Por esa razón, se han buscado opciones que permitan contaminar menos a la vez que utilizar menores dosis por unidad de superficie cultivada. En lo personal, considero que la mejor opción para esto es el uso de fertilizantes con inhibidores de la nitrificación. Esto consiste en combinar los fertilizantes nitrogenados con moléculas específicas producidas en reactores, que son capaces de retrasar en el suelo la acción de las bacterias del género Nitrosomonas, las cuales son responsables de transformar el amonio de los fertilizantes en nitrato. Este último es el compuesto nitrogenado que causa mayores problemas de contaminación ambiental y al disminuir su producción se disminuyen las pérdidas de nitrógeno del suelo por lixiviación y erosión, y consecuentemente se utilizan dosis menores y se contamina menos. Hasta hace cinco años, en el mundo solo existían cuatro plantas para producir estos fertilizantes ecológicos, y la quinta planta, la estábamos instalando en Venezuela por medio de la empresa Agroisleña, C.A. después de haber evaluado experimentalmente y utilizado a nivel comercial estos fertilizantes en casi todo el país, en lo cual hemos sido pioneros en la agricultura de Suramérica.

La ruta de la soya: así bautizaron un grupo de agricultores sus nuevas decisiones para producir soya en el país, utilizando los más recientes avances en este cultivo. Casualmente, en el momento cuando estoy escribiendo este artículo, ellos van rumbo a Boa Vista, Brasil, a asistir a unas actividades de campo y seminarios para traer lo novedoso del cultivo desde el principal país exportador de soya del mundo. Esto no puede ser atraso tecnológico.

Esos ejemplos, así como muchos otros que por falta de espacio no se pueden mostrar, revelan que en agricultura tenemos significativos adelantos tecnológicos, pero las políticas gubernamentales nos restringen su aplicación. La planta de nitrogenados con inhibidores quedó a medio construir con la expropiación de Agroisleña, C.A. en el año 2010, los híbridos de arroz requieren programas especiales de fertilización para desarrollar su potencial de rendimiento y en el país no existen esos fertilizantes necesarios, el manejo integrado de insectos plagas y de malezas requiere plaguicidas específicos que en el país no se consiguen, la producción de fertilizantes hidrosolubles para fertirrigación requiere la importación de materia prima que no se puede obtener si no se adjudican las divisas correspondientes, no podemos utilizar semillas de cultivares genéticamente modificados porque legalmente nos lo prohíben, etc., etc.

Así como algunas personas tienen el derecho de establecer que nuestra agricultura está tecnológicamente atrasada, en lo personal y sobre la base de todo lo anterior que es una muestra de que disponemos de conocimiento suficiente para hacer una agricultura con modernas tecnologías, considero que tengo el derecho de no aceptar esa concepción y más bien aseverar que nuestra agricultura sufre una brutal crisis, y por lo  tanto, tiene que ser recuperada. Estos comentarios los respaldo con la experiencia de más de cincuenta años de graduado al egresar de la Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela en marzo de 1966, con estudios de posgrado en una prestigiosa universidad de USA, transitando la docencia universitaria prácticamente durante todos esos años en la UCV y en la UNELLEZ, dedicado a la investigación y la extensión agrícolas cuyos resultados han generado la publicación de varios libros, al mismo tiempo trabajando en empresas como Protinal, C.A. y Agroisleña, C.A. por más de 13 años en cada una de ellas, asesorando diversas organizaciones, y quizás la vivencia más importante, siendo agricultor.

Es el momento de ofrecer soluciones para la recuperación de la agricultura venezolana.

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Marzo de 2017.


martes, 21 de marzo de 2017

ALGUNAS COSAS ABSURDAS DE LOS FERTILIZANTES EN VENEZUELA

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Marzo de 2017.

Las plantas, como todos los seres vivos, necesitan alimentarse. Para ello requieren agua, aire y nutrientes minerales; y dentro de estos últimos están los nutrientes esenciales que se agrupan en macro y micronutrientes. La razón para esta separación es que los macronutrientes (nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y azufre) son requeridos en cantidades relativamente grandes, por ejemplo: pudiéramos decir que en promedio se deben aplicar 120 kg de nitrógeno (N) por hectárea cultivada (excepto en especies leguminosas), lo que para 1.000.000 de hectáreas significa aplicar 120.000 toneladas de N, equivalentes a más de 260.000 toneladas de urea. Por otro lado, los micronutrientes (hierro, cobre, manganeso, zinc, boro, molibdeno y cloro) son requeridos en cantidades relativamente pequeñas, por ejemplo: pudiéramos decir que en promedio se deben aplicar 150 gramos de zinc (Zn) por hectárea cultivada, lo que para 1.000.000 de hectáreas significa aplicar 150 toneladas de Zn, equivalentes a unas 370 toneladas de sulfato de zinc. Es decir, se necesita aplicar 703 veces más urea que sulfato de zinc para cubrir, en promedio, los requerimientos de un cultivo en esos dos nutrientes.

Por supuesto, todos esos nutrientes tienen la misma importancia para las plantas, ya que la insuficiencia de cualquiera de ellos puede causar anormalidades en el crecimiento y rendimiento de las diferentes especies vegetales. Sin embargo, por la magnitud de sus necesidades, los macronutrientes son más importantes que los micronutrientes desde el punto de vista comercial, por lo que generalmente cuando nos referimos a los fertilizantes se habla de aquellos que contienen macronutrientes. Venezuela tiene inmensos recursos para producir fertilizantes a base de nitrógeno, fósforo (P), calcio (Ca) y azufre (S); pero una ausencia total de potasio (K), ya que parece ser que todos los yacimientos importantes de silvita y silvinita están localizados en el hemisferio norte del planeta, con excepción de algo de silvinita en Brasil. Así mismo, hasta ahora no se han localizado depósitos importantes de magnesio en el país, más allá de las minas de roca caliza dolomítica que tienen un tenor relativamente bajo en este elemento.

Sobre la base de los recursos disponibles en el país, en 1953 se crea la industria petroquímica nacional que pasa a Instituto Venezolano de Petroquímica (IVP) en 1956, para comenzar la producción interna de fertilizantes utilizando gas natural y roca fosfórica, elementos fundamentales para la producción de fertilizantes nitrogenados y fosfatados respectivamente y además, muy abundantes en el país. Los fertilizantes a base de potasio y de micronutrientes se importaban desde que comenzó la industria nacional.

A pesar de que Venezuela tiene una capacidad potencial de producción de fertilizantes nitrogenados y fosfatados bastante grande, es muy desalentador ver como la producción real ha venido disminuyendo progresivamente por problemas en las plantas productoras, especialmente falta de mantenimiento oportuno y escasez de materia prima, como es el caso del suministro insuficiente de gas natural a las plantas que sintetizan amoníaco y las limitaciones que se están originando en el suministro de roca fosfórica a la planta de Morón, desde las minas de Riecito en Falcón.

Así, para el año 2004, Venezuela llega a tener una capacidad potencial de producción de abonos nitrogenados de 2.510.000 toneladas, que representa el 32% de la capacidad de producción de toda Latinoamérica, pero ese año solamente se produjeron unas 370.000 toneladas, lo que representó aproximadamente el 15% del potencial de producción. Ese mismo año, solamente se llegó a procesar 350.000 toneladas de roca fosfórica micronizada para producir ácido fosfórico, fosfato diamónico especial (conocido en el mercado como DAPITO), y roca fosfórica parcialmente acidulada (conocida en el mercado como Superphosfertil), cifras que están muy por debajo de la capacidad potencial de producción de fertilizantes fosfatados. Esto ha motivado a que en la actualidad más del 40% de los fertilizantes comercializados en el país sean importados.

Es absurdo que esa capacidad instalada y esos recursos: aire (con más de 70% de nitrógeno) y gas natural para la síntesis de amoníaco (NH3) que es el precursor de todos los fertilizantes nitrogenados; y roca fosfórica, en cuyos yacimientos tenemos recursos inferidos por más de 2.600 millones de toneladas, que cubrirían nuestra demanda actual por P2O5 durante más de 1.600 años; no se estén utilizando para producir más fertilizantes N-P-K y podamos dejar la dependencia de costosas importaciones que solo quedarían limitadas a fuentes de potasio.

A partir del año 2006, todas las funciones de producción, importación y distribución de los fertilizantes en el territorio nacional pasan a la responsabilidad de PEQUIVEN, empresa que conjuntamente con el Ministerio de Agricultura y Tierras y otros organismos del sector oficial, estiman las necesidades anuales de fertilizantes según las áreas a sembrar programadas para cada cultivo.

Quizás una de las causas de las ventas limitadas de fertilizantes en el país, que últimamente se han estabilizado en unas 800.000 toneladas por año, y de la mala práctica de la fertilización de los cultivos, sea la forma en que esos organismos oficiales estiman las necesidades de estos productos para los programas agrícolas. En mi opinión, el criterio básico que priva en este caso es que se utilice la menor cantidad posible de fertilizantes en la agricultura. En los años recientes, para cereales (arroz, maíz y sorgo) que son los mayores consumidores de estos insumos, se ha establecido la dosis única e insuficiente de 200 kg de fórmula 10-20-20 CP para ser aplicada en todos los sistemas suelo-planta-clima del país, que son tan diferentes. Esto obedece a que siendo un insumo muy subsidiado y ser importado en más de un 40%, se convierte en una carga para el estado, por lo tanto, se debe ahorrar. Pero lo insólito por irracional, lo absurdo, es que se quiera ahorrar en función de un pésimo uso de los fertilizantes. Esto desvirtúa cualquier recomendación que quiera hacerse para mejorar la práctica de fertilización de cultivos en el país.

Por supuesto, lo anterior anula todos los esfuerzos que puedan realizarse para hacer de la fertilización una práctica ajustada a los avances tecnológicos actuales. Con esas condiciones de distribución y oferta de los fertilizantes a los agricultores no tiene sentido realizar análisis de suelos, ni de tejidos, ni se requieren programas de fertilización específicos para sistemas suelo-planta-clima específicos. Además, es absurdo que con tantos recursos naturales e industriales, nuestros agricultores aún no dispongan en sus fincas de los fertilizantes requeridos para el ciclo de secano de este año 2017.


Pedro Raúl Solórzano Peraza
Marzo de 2017.



sábado, 18 de marzo de 2017

COMENZARON LAS ANGUSTIAS CAMPIRANAS

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Marzo de 2017.

Las faenas del campo para la producción agrícola se realizan prácticamente durante todo el año, pero se intensifican cuando van a comenzar las temporadas de siembra. En Venezuela, ahora es tradicional que se realicen esas labores de campo con unos agricultores angustiados ante la incertidumbre de saber, si se dispondrá o no, de los insumos básicos necesarios para las siembras en cantidad, calidad y oportunidad suficientes para aspirar a tener éxito en la actividad agrícola. Ha sido común en años recientes pasar por esta misma experiencia y el año pasado, a escasos 15 días para el comienzo de las siembras de maíz, solo existía en inventarios un 25% de los plaguicidas necesarios.

Llegamos al año 2017 con la tradicional cantaleta por parte de los organismos oficiales anunciando la disponibilidad de los insumos y de una millonada de bolívares para el sector, mientras que por otro lado los productores, conocedores de la realidad, desmienten estos anuncios y demuestran su falsedad. Además, para determinar el tipo y cantidad de los insumos necesarios, previamente se tiene que determinar qué vamos a producir, cuánto, dónde, con qué y con quién vamos a alcanzar la producción deseada o requerida; de lo contrario esos insumos no serían totalmente eficientes.

Si no se sabe qué vamos a producir no se puede conocer cuáles serían los plaguicidas más convenientes, qué tipos de plaguicidas debemos tener a disposición, ya que cada especie cultivada utiliza plaguicidas específicos aplicados en sistemas suelo-planta-clima-manejo específicos. Lo mismo ocurre con los fertilizantes y con los cultivares más adecuados para cada  sistema. Lo que se necesita producir son alimentos energéticos como azúcar (caña  de azúcar) y cereales (maíz blanco y arroz); semillas oleaginosas (palma aceitera, soya, ajonjolí y girasol); y fuentes de fibra y de proteínas (soya, leguminosas de grano como caraotas y frijoles, huevos, leche, carnes de diferentes especies domésticas y pescados).

Para aquella producción de proteína animal, cuya alimentación básica es con alimentos balanceados como los casos de aves y cerdos, se requiere una producción primaria previa de fuentes energéticas que se pueden cubrir con maíz amarillo y sorgo granífero, y de fuentes proteicas que se cubren mayormente con harina de soya y con tortas que son subproductos de otras especies vegetales. La alimentación para la producción de proteína animal a potreros, a pastoreo, es básicamente con la producción de especies forrajeras.

Una alimentación balanceada para mejorar el suministro de vitaminas y minerales esenciales para la población, se complementa consumiendo frutas y hortalizas que provienen en su mayoría de cultivos bajo sistemas de producción intensivos; y consumiendo raíces y tubérculos como papa, yuca, ocumo, ñame y otros de menor importancia.

Una vez que sabemos qué vamos a producir se requiere saber cuánto vamos a producir. Para ello se deben revisar las estadísticas y considerar los datos históricos en relación al consumo o a los requerimientos de la población en cada rubro, lo cual ayudaría mucho en el diseño de los cultivos y en la magnitud  de la superficie a sembrar de cada uno.

La decisión de dónde vamos a producir los diferentes cultivos se realiza definiendo los sistemas suelo-clima mejor adaptados para cada uno de ellos, y al mismo tiempo se delimitan las fechas (períodos) de siembra más convenientes para cada caso en las temporadas de secano, fechas que deben ser respetadas para poder esperar resultados exitosos.

Una vez conocido qué, cuánto y dónde vamos a producir, se determina con qué produciremos. Durante los años más recientes ha sido notoria la escasez de los insumos básicos para la agricultura, en todos los rubros y en todas las regiones del país. En esto no se puede improvisar y se necesita cubrir varias etapas como son los trámites de registros, importación, producción, distribución de los distintos insumos, incluyendo semillas, plaguicidas, fertilizantes y maquinarias y equipos agrícolas. Con esto se busca que esos insumos lleguen a las unidades de producción a tiempo, en las cantidades requeridas, del tipo y calidad exigida por los agricultores.

Finalmente, con quién produciremos. En el país existe un buen número de productores agrícolas, capacitados, con experiencia, en muchos casos especializados en determinados cultivos y manejando muy específicos sistemas de producción, quienes serán los  principales protagonistas de la actividad agrícola nacional. Junto a ellos, también están los pequeños productores, quienes tradicionalmente han permanecido y vivido de lo que producen sus limitadas parcelas, que tienen que ser apoyados y mejorados en cuanto al suministro de recursos incluyendo asistencia técnica, y en cuanto a su calidad de vida que algunas veces es realmente marginal.

Al mismo tiempo que los productores lanzan sus advertencias en relación al problema en el suministro de insumos agrícolas y se incrementan las noticias al respecto y sobre la pobre producción nacional de alimentos, algunas personas se aprovechan de esta situación para juzgar a nuestra agricultura y a nuestros agricultores, y una de las etiquetas más populares es referirse a que tenemos una agricultura atrasada tecnológicamente. Sin embargo, en Venezuela tenemos una agricultura moderna aplicando las mismas técnicas que en países de gran desarrollo agrícola como Argentina y Brasil, gracias entre otros, a los centros de investigación y a un buen número de agricultores de avanzada que han estado pendientes de los últimos adelantos para mejorar esta actividad. Por ejemplo, ya están pendientes, entre otras cosas, de equipos y maquinarias prototipos para labores agrícolas, que son robotizados o manejados desde computadoras que actualmente se evalúan en otros países; ya utilizan drones para la revisión de sus campos y disponen de información climatológica al día con pronósticos que le permiten organizar mejor sus actividades.

En relación a la planta, como centro de los sistemas de producción, podemos decir que la agricultura venezolana, con excepción de las variedades transgénicas (estamos a la expectativa de que ocurra un cambio en la legislación que impide a los agricultores venezolanos utilizar semillas de cultivares transgénicos, para comenzar a evaluarlos, producirlos y utilizarlos en nuestras siembras) utiliza los mejores cultivares del mundo que se adaptan mejor a nuestras condiciones. En maíz tenemos cultivares con las mayores capacidades de rendimiento en nuestros sistemas; en sorgo granífero hemos desarrollado cultivares tan excelentes que hasta han sido requeridos por países vecinos para su siembra; en arroz me he llevado la sorpresa de que la Fundación DANAC está desarrollando híbridos, lo cual implica una tecnología bastante complicada y novedosa para mejorar la productividad de este cultivo; en hortalizas se emplean las mejores semillas y cultivares con un buen número de híbridos, lo mismo ocurre con algunos frutos como melón, patilla y lechosa; en forrajes se han estado sembrando un gran número de cultivares, híbridos y variedades, cada uno ubicado en condiciones muy particulares por su adaptabilidad. Así como estos casos, podemos encontrar otros ejemplos del modernismo de nuestra agricultura en lo que se refiere a la planta como centro de los sistemas suelo-planta-clima.

Por supuesto, estos años de indolencia e ignorancia por parte de los gobernantes, han deteriorado ese modelo que tenemos que actualizar de manera generalizada.

En una oportunidad reciente escribí que “en Venezuela hay una agricultura moderna, que necesita el apoyo de políticas adecuadas para su recuperación y crecimiento tanto vertical como horizontal. Sabemos de la complejidad  de la agricultura, los riesgos que existen en la actividad, pero también sabemos que solo se logra producir alimentos, fibras y otros bienes provenientes del mundo vegetal, conociendo los factores de producción y manejándolos en el campo. No se produce alimentos diagnosticando las calorías necesarias por las personas ya que eso es asunto de los nutricionistas, ni se produce alimentos asignando recursos monetarios que luego son mal invertidos o no se invierten en el sector, solo se produce alimentos trabajando en el campo con dedicación, con apoyo financiero suficiente y oportuno, y con apoyo científico y tecnológico”.

Como se desprende de lo anterior, el suministro de insumos agrícolas en cantidad, calidad y oportunamente, requiere una adecuada planificación con la intervención de los diversos segmentos del sector, que debe realizarse con tiempo suficiente para evitar improvisaciones de última hora, y ya estamos viendo que este año, cuando las siembras de maíz se inician en Socopó y sectores aledaños en el occidente barinés en fecha cercana al 15 de abril, aún no se ha trabajado en este sentido. Con razón han comenzado las angustias en nuestras regiones agrícolas.


Posdata: con frecuencia escucho que se refieren a la parte comestible de la yuca como un “tubérculo” cuando en realidad es una “raíz” de reservas.

Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Marzo de 2017.



viernes, 10 de marzo de 2017

ACTUACIÓN INDECOROSA

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Marzo de 2017.

A raíz de la locura que significó la participación del venezolano Adrián Solano en un campeonato mundial de esquí sobre nieve, he leído muchas opiniones al respecto, pero algunas de ellas me han dado la impresión de querer justificar aquella barrabasada; de querer endosarle un mérito que no tiene; de querer mostrar que fue un acto de valentía, de arrojo. Yo lo veo desde el punto de vista del deporte nacional y estoy convencido que eso no fue más que una actuación indecorosa que irrespeta y deshonra la tradición de nuestros atletas, que atenta contra el pundonor de quienes han levantado pasiones deportivas, de quienes han permitido que nuestro himno retumbe en variados escenarios del mundo, de quienes han sido ejemplo para nuestros niños y jóvenes con inquietudes deportivas. Por eso, y aunque no quisiera seguir prestándole atención a esa situación, he decidido escribir estas líneas.

Quizás porque fui deportista desde mi infancia hasta que la madurez y las ocupaciones profesionales y domésticas me comenzaron a limitar las habilidades y el tiempo; o porque practiqué deportes organizados desde mi etapa juvenil hasta competir en categorías de “mayores”, y luego  me he  dedicado a seguir el deporte en casi todas sus expresiones por los diversos medios de comunicación o asistiendo a los escenarios correspondientes; quizás por eso me ha indignado profundamente esta aventura del joven venezolano ofensor de los esquiadores y de los deportistas en general.

Venezuela, aunque no lo parezca, ha sido cuna de insignes deportistas en muy variadas especialidades, y no lo parece porque con excepción del béisbol, en general no hay continuidad en los éxitos alcanzados. La fiebre del béisbol en Venezuela comienza en el año 1941, con lo que se ha considerado el primer gran triunfo internacional del deporte nacional como fue la obtención del título de Campeones Mundiales de Béisbol Amateur, el 22 de octubre de ese año, en la propia ciudad de La Habana, derrotando a la invencible Cuba de la época con marcador de 3 a 1. Ese día hubo fiesta en el país y el presidente Isaías Medina Angarita lo decretó como Día Nacional del Deporte. José Antonio Casanova, Daniel “Chino” Canónico, Luis Romero Petit, Jesús “Chucho” Ramos, Guillermo Vento, Dalmiro Finol, entre otros integrantes de aquel trabuco del 41, fueron verdaderos héroes del deporte venezolano. A partir de allí siguieron destacándose peloteros en las ligas venezolanas y en algunas ligas caribeñas, hasta que comienzan a surgir en la MLB (Major Ligue Baseball) grandes estrellas con Alfonso “Chico” Carrasquel, el Hall de la Fama Luis Aparicio y luego decenas de flamantes peloteros que han marcado récords en este competido deporte, como por ejemplo, la Triple Corona ganada recientemente por José Miguel Cabrera y todas las marcas de Omar Vizquel.

El atletismo ha visto competir figuras rutilantes en diversas modalidades de pista y campo, que comenzaron con Asnoldo Devonish, un desgarbado joven de 20 años que conquistaba la primera medalla olímpica de nuestra historia, bronce en salto triple con marca de 15m 52cm en las olimpíadas de Helsinki. Para la época, el rey de esta competencia era el brasileño Adhemar Da Silva, quien luego de los Juegos Panamericanos de 1955 dijo a la prensa internacional: ese muchacho pronto será campeón mundial y olímpico. Pero una suspensión, quizás exagerada, por la Federación Venezolana de Atletismo, truncó su meteórico ascenso en el concierto mundial. Después de Devonish surgieron muchos atletas, quienes lograron reunirse, a principio de los años sesenta, logrando un triunfo tan resonante como el de Campeones Iberoamericanos de Atletismo en el año 1962, en competencias desarrolladas  en Madrid, España. En ese grupo, bautizado como “Los Superdotados”, se encontraba Horacio Esteves, quien compartía con el alemán Armin Hary la plus marca  mundial de 100m planos con tiempo de 10 segundos exactos; Rafael Romero, la flecha maracucha y rey de los 100 y 200m planos; Arquímedes Herrera, Arístides Pineda, Lloyd Murad, Juan Muñoz, Hortensio Fucil, Hector Thomas, Roberto Caravaca, Jesús Rodriguez, Teófilo Davis Bell, Andrés Fawre, Victor Maldonado, Lancelot Bob, y otros tantos que se me pierden en el recuerdo. Anecdótico de aquellos juegos fue cuando Venezuela ganó oro en relevo 4 x 400 rematando  Hortensio Fucil, con unos puntos que fueron decisivos para el triunfo final, y uno de los brasileños que competía en este relevo y que para Brasil hubiera sido suficiente para ganar los juegos, dijo refiriéndose a nuestro rematador: ese negro no es un “fusil”, eso es una bala.

Después de este grupo, que destacó también en juegos olímpicos cuando llevaron el relevo 4 x 100 y el decathlon hasta las pruebas finales, y otras intervenciones decorosas, solo han surgido unos pocos atletas de pista y campo excelentes pero sin llegar al nivel de esos superdotados.

En actividades como motociclismo con Johnny Cecotto, los hermanos Lavado y otros; en volibol con un equipo mundialista por  varios años; en baloncesto con aquel famoso grupo de Iván, Rostin, Estaba, Carl, el “Mago”  Sam y otros que sudaron para llegar hasta los juegos olímpicos; boxeadores de la talla de “Morochito Rodriguez” y Pedro Gamarro con oro y plata respectivamente en juegos olímpícos y Carlos “Morocho” Hernández, Betulio, “Lumumba”, Esparragosa y otros que fueron campeones mundiales en las filas del boxeo profesional; y en deportes como esgrima, judo, ciclismo, natación, tiro y otros, tanto en masculino como en femenino, hemos tenido destacados exponentes del deporte nacional.

Todos esos atletas, deportistas esforzados por  hacer siempre lo mejor, hoy deben sentirse ofendidos con la actuación indecorosa de este joven, que intentó esquiar en las montañas nevadas de Finlandia y que en lugar de tratar de emular a esos adalides de nuestra vida deportiva, lo que hizo fue equipararse con las mayores burlas al deporte mundial como Eric Mossambani de Guinea Ecuatorial que casi se ahoga en la piscina olímpica de Sydney durante los juegos del año 2000 y que días antes había comenzado a aprender a nadar en los ríos de su país; o como Philip Boit de Kenya quien también intentó esquiar en Finlandia pero patrocinado por una gran empresa de equipos deportivos; o como también con participantes de Samoa, de Mongolia y otros, que menoscaban la gallardía y el orgullo de los verdaderos deportistas. Adicional a esto, nuestros gobernantes, como en todos sus actos durante los recientes años, lo que hicieron fue buscar culpables donde no los hay y se dirigieron al gobierno francés reclamándole mal trato con este joven, lo que no le permitió entrenar adecuadamente. Qué riñones……..


Pedro Raúl Solórzano Peraza
10 de marzo de 2017.



sábado, 4 de marzo de 2017

PRIMERO LO PRIMERO

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Marzo de 2017

Los venezolanos, dentro y fuera del país, aún tenemos disposición para hablar y escribir en relación a la situación política, social y económica que viven nuestros conciudadanos, pero en algunas ocasiones las opiniones emitidas son aparentemente contradictorias dentro de las filas de la gran legión opositora, que clama por una pronta y efectiva salida de esta locura. Esas actitudes de enfrentamiento entre opositores deben evitarse en público, ya que es un excelente caldo de cultivo para las intrigas del gobierno, y lo que es peor, muchos de estos mensajes intrigantes e insanos son creídos por algunos y solo traen consigo la desesperanza. Por ejemplo, si María Corina Machado, con todo su derecho ciudadano expone sus puntos de vista en relación a algunas acciones de la MUD, considerando su liderazgo dentro de una importante organización política como Vente Venezuela, debería hacerlo privadamente ante las instancias de esa nueva MUD y, si así lo hizo, dejarlo hasta allí y no llevarlo a la opinión pública. Al mismo tiempo, Ochoa Antich no debe contestarle de esa manera abierta, pública como lo hizo, sino más bien, en forma privada tratar de conciliar con MCM. Se supone que ambos pertenecen a organizaciones del bloque opositor, léase bien, “del bloque opositor”, y deben remar en una misma dirección para que el barco se dirija hacia la meta final: el cambio de sistema de gobierno para reconstruir una nueva Venezuela.

Por cierto, escuchando el reciente mensaje de MCM cuando acertadamente exponía que el diálogo no debe ser una transacción para lograr las elecciones regionales, ya que no debemos transigir para lograr lo que es un mandato constitucional, ella mencionó una frase en la cual insiste muy a menudo y que comparto fielmente: “lo primero es lo primero”, en clara alusión a lo que ya hemos dicho que debe ser nuestra meta final. Esa frase me recordó que hay un libro con el título “Primero lo Primero”, traducción de la versión original en inglés de “First Things First”, escrito por Stephen Covey y Rebeca y Roger Merrill, que trata un principio básico del liderazgo: priorizar las acciones que vamos a realizar, enfocarse en la dirección correcta y no en lo rápido en llegar, porque conocer la dirección es la clave de la efectividad. Por eso los autores de ese libro destacan la brecha entre el reloj y la brújula, entre el crono y la dirección correcta. Entonces nuestra prioridad debe ser lograr salir de este régimen nefasto y no distraernos en otras acciones que tienen que ser posteriores.

Siendo la política una herramienta que promueve la participación ciudadana en las acciones encaminadas a gobernar, en el sentido lato de la palabra, me permito presentar las siguientes opiniones:

1.-Mostrar nuestra fortaleza ante la ciudadanía para poder recuperar ese gigantesco e incondicional apoyo que tuvimos en meses anteriores. Recordemos el triunfo electoral del 6 de diciembre de 2015 y las impresionantes asistencias del pueblo a algunas marchas y manifestaciones convocadas por la anterior MUD. Para ello no podemos mostrar signos de debilidad en ese movimiento unitario como son esas controversias públicas; debemos mantener claridad y difusión de las acciones a tomar y, paralelamente a todas ellas, no dejar afuera las permanentes protestas de calle bien dirigidas y organizadas, reclamando nuestros derechos a una suficiente y oportuna oferta de bienes y servicios. Esto último el pueblo lo celebra y lo apoya porque lo sufre en carne propia y, además, demuestra la disposición de los dirigentes a luchar por esa causa común.

2.-Todas aquellas personas que de alguna manera están relacionadas con las organizaciones políticas que conforman la MUD y actúen a motu propio tomando decisiones contrarias al mandato único de la MUD, o divulgando información que solo le concierne a la privacidad del movimiento opositor, deben ser debidamente y enérgicamente sancionadas. No podemos promover el clientelismo protegiendo y amparando a estas personas por motivos de relaciones familiares o de amistad, ya que esa fue una de las causas que deterioró nuestra pasada era democrática y contribuyó a conducirnos a esta barbarie.

3.-A pesar de no ser prioritario, pero siendo una merecida ambición de algunos dirigentes llegar a la presidencia de la república, y si esto se considera como una de las causas principales que alimenta la discordia interna de la MUD, inmediatamente escojamos, por alguna vía expedita pero satisfactoria, a la persona que debe ocupar ese lugar dentro del movimiento opositor y dediquémonos todos a lograr “Primero lo Primero” y luego a trabajar por el triunfo en las elecciones presidenciales y a comenzar la reconstrucción de Venezuela.

4.-Miremos hacia el pasado para aprender de él, para darnos cuenta de lo que no debemos repetir como son, entre otros, los casos de populismo, caudillismo, clientelismo y prebendas; para darnos cuenta que no debemos abandonar a las personas en cuanto a educación, seguridad ciudadana, alimentación, vivienda, puestos de trabajo, salud, y otras tantas responsabilidades que debe tener un gobierno decente con sus ciudadanos. No miremos el pasado con la añoranza de esa frase hueca y repetida de “éramos felices y no lo sabíamos” ya que solo eran felices unos pocos y la gran mayoría sufría por bienes y servicios escasos y de mala calidad; y mucho menos añorando esos mismos problemas pero magnificados durante estos años de gobierno bolivariano y socialista. Miremos hacia el futuro para fundar una Nueva República, utilizando todas las experiencias buenas y malas, propias y extrañas, que nos permitan un desarrollo sostenido en lo moral, lo económico y lo político, para recuperar el tiempo perdido y reinsertar a Venezuela en la actualidad de un mundo globalizado.


Pedro Raúl Solórzano Peraza
Marzo de 2017.