sábado, 16 de diciembre de 2017

Lea que le va a interesar, versión novelada de: No recomiende fertilizantes sin información suficiente


En la agricultura moderna, en la cual se aspira obtener altos y rentables rendimientos, generalmente se utilizan cultivares con alta capacidad productiva pero que a la vez son muy exigentes en los factores que afectan el crecimiento vegetal, los cuales están comprendidos dentro del sistema suelo-planta-clima-manejo. En este caso, al tener una planta muy exigente de los factores del suelo y del clima, para que pueda expresar su máxima capacidad de producción dichos factores tienen que converger favorablemente, y además, aplicarles un manejo adecuado y oportuno. Como parte de ese manejo entra en juego un acertado programa de fertilización, que a su vez debe estar basado sobre un conocimiento suficiente de los factores edáficos y climáticos.

En la Venezuela actual tenemos infinidad de problemas que afectan negativamente la vida nacional, siendo muy grave en el caso de la agricultura, donde además de escasear los insumos básicos para una producción rentable, los análisis de suelo y de tejidos vegetales están limitados porque los laboratorios no cuentan con suficientes equipos y reactivos; y la información meteorológica, fundamental para programar las siembras y seleccionar los cultivos, es muy limitada ya que han cerrado muchas estaciones porque los equipos se deterioran y no se mantienen adecuadamente, no hay personal para su atención y recopilación de la información, gran cantidad de ellas no se han modernizado suficientemente, etc. Por supuesto, esta falta de información complica poder efectuar buenas recomendaciones de fertilización, complica el manejo de la fertilización para la producción agrícola.

Esa falta de información básica de apoyo a la actividad agrícola que conlleva a la aplicación de malas prácticas culturales, me recuerda los años setenta y ochenta del siglo pasado, cuando muchas personas querían ser agricultores, querían sembrar, como ellos decían. Para eso, algunos adquirieron fincas y otros simplemente arrendaban tierras y contrataban todos los servicios de mecanización requeridos para la actividad. La gran mayoría de estos nuevos “agricultores” tenían otras profesiones o practicaban oficios que no tenían nada que ver con el campo y sus quehaceres, pero ellos tuvieron la creencia que hacer agricultura es muy fácil, que basta con enterrar las semillas, aplicar fertilizantes y listo, recolectar una abundante cosecha, venderla y hacerse rico en pocos meses.

Qué lejos de la realidad estaban esas personas. La producción agrícola es una actividad muy compleja, que requiere, además de políticas favorables, una gran variedad de recursos o insumos en forma suficiente y oportuna, que está expuesta abiertamente a las grandes variaciones del clima, que necesita un monitoreo permanente de los campos para poder detectar la amenaza de plagas, enfermedades y malezas, y poder estar al tanto del estado nutritivo de las plantas, y así, una gran cantidad de aspectos físico naturales, económicos y sociales que van a determinar el éxito o el fracaso  final de un cultivo.

Un ejemplo de esa situación, de médicos, abogados, profesores, maestros, militares, curas, barberos, banqueros que quisieron ser agricultores, fue una vivencia que tuve con el barbero italiano que por años cortó mensualmente mi cabello. Los barberos son muy conversadores, ya que su soledad dentro de la barbería la rompen los clientes, y por eso, cuando uno llega comienzan a hablar de cualquier tema. En esa oportunidad Bartolomeo el barbero, y yo, tuvimos una conversación más o menos en este sentido:

-Bartolomeo, ¿cómo está el negocio?
-La verdad inyeniero es que ya no trabajo casi, este tipo de negocio ha cambiado mucho y mejor me voy a convertir en agricultore. Compré una finquita en el estado Guárico y necesito que me asesore ya que voy a sembrar maíz, ya tengo la semilla y ahora voy a comprar el fertilizante porque me dijeron que sin eso no crece el maíz; pero necesito que me diga qué le echo. Inyeniero, dígame ¿qué le echo?
-Bartolomeo, dime ¿dónde está ubicada la finca?
-Inyeniero, ubíquese en El Sombrero, desde allí toma la vía a Chaguaramas, unos 8 km después de pasar Memo hay un cruce a la izquierda, por allí rueda unos 14 km y llega a la finca. Está a la mano derecha de la carretera de tierra y le puse el mismo nombre de la barbería: Finca La Confidencia, es muy fácil llegarle.
-Dime otra cosa Bartolomeo, ¿tienes un análisis de suelos con fines de fertilidad reciente y confiable? Eso sería muy bueno para orientarnos y poder hacerte una mejor recomendación. Además, ¿has conseguido al menos la información histórica de la lluvia en esa zona?
-Pero inyeniero, ¿para qué eso?, además usted conoce muy bien esa región. Solo quiero saber qué le echo al maíz.
-Bueno Bartolomeo, en esas condiciones solamente te puedo recomendar que reces bastante y en cuanto a qué le echas, “échale bolas” socio.

En este ejemplo hemos querido mostrar, que sería una gran irresponsabilidad hacer una recomendación para fertilizar un cultivo sin tener una información básica, no solo del suelo, sino de los diversos factores que conforman cada sistema suelo-planta-clima; ya que de la concurrencia en forma favorable de esos factores y del manejo que se les pueda dar dependerá el rendimiento final. Algunos de esos factores son temperatura, luz, humedad relativa, precipitación, organismos benéficos y patógenos del suelo, insectos plaga, presencia de malezas, enfermedades (bacterianas, fungosas, virales), pH del suelo, concentración de sales solubles, humedad edáfica, contenido de nutrientes de los suelos, y otros.

Dentro del manejo que podamos darle a esos factores que afectan el crecimiento vegetal, la fertilización viene a ser simplemente una práctica de manejo más, que busca aplicar los recursos necesarios para que las plantas puedan absorber cantidades suficientes de todos los nutrientes esenciales, de tal forma que cubran sus requerimientos  nutritivos a lo largo de su ciclo de vida. Por eso, es indispensable elaborar programas de fertilización basados, al menos, en los resultados de un análisis de suelo con fines de fertilidad reciente y un mínimo conocimiento meteorológico que incluya la precipitación total anual y su distribución en el tiempo (mientras los períodos de tiempo sean menores, mejor).

Espero les sea de utilidad.

Recordemos que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.

En Amazon está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor trato a los suelos y al ambiente en general, https:/www.amazon.com/dp/1973818078/

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Diciembre de 2017



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